C O N E X I Ó N | Omegaverse...

By ladyxagh

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La mayoría de las personas sueñan en formar un lazo con su persona amada o en el mejor de los casos encontrar... More

Prólogo.
Capítulo 1. Dragón blanco.
Capítulo 2. Demonios.
Capítulo 3. Dragón Blanco.
Capítulo 4. Demonios.
Capítulo 5. Dragón Blanco.
Capítulo 6. Demonios.
Capítulo 7. Dragón Blanco.
Capítulo 8. Demonios.
Capítulo 9. Dragón Blanco.
Capítulo 10. Demonios.
Capítulo 11. Dragón Blanco.
Capítulo 12. Demonios.
Capítulo 13. Dragón Blanco.
Capítulo 14. Demonios.
Capítulo 15. Dragón Blanco.
Capítulo 16. Demonios.
Capítulo 17. Dragón Blanco.
Capítulo 18. Demonios.
Capítulo 19. Dragón Blanco.
Capítulo 20. Demonios.
Capítulo 21. Dragón Blanco.
Capítulo 22. Demonios.
Capítulo 23. Dragón Blanco.
Capítulo 24. Demonios.
Capítulo 25. Dragón Blanco.
Capítulo 26. Demonios.
Capítulo 27. Dragón Blanco.
Capítulo 28. Demonios.
Capítulo 29. Dragón Blanco.
Capítulo 30. Demonios.
Capítulo 31. Dragón Blanco.
Capítulo 32. Demonios.
Capítulo 34. Demonios.
Capítulo 35. Dragón Blanco.
Capítulo 36. Demonios.
Capítulo 37. Dragón Blanco.
Capítulo 38. Demonios.
Capítulo 39. Dragón Blanco.
Capítulo 40. Demonios.
Capítulo 41. Dragón Blanco.
Capítulo 42. Demonios.
Capítulo 43. Dragón Blanco.
Capítulo 44. Demonios.
Capítulo 45. Dragón Blanco.
Capítulo 46. Demonios.
Capítulo 47. Dragón Blanco.
Capítulo 48. Demonios.
Capítulo 49. Dragón Blanco.
Capítulo 50. Demonios.
Capítulo 51. Dragón Blanco.
Capítulo 52. Calamidades.

Capítulo 33. Dragón Blanco.

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By ladyxagh

Todos miraban alrededor buscando alguna señal de vida, pero la falta de uno de los vehículos sólo los orillaba a pensar en una única opción.

QingXuan lucía incrédulo. —¿Se fueron? ¿XiChen-Xiong se fue?

—Eso parece—afirmó Xie Lian al no ver a Lan XiChen por ningún lado.

Wei WuXian se había agachado en forma de cuclillas para examinar algo en el suelo. —Aquí están los casquillos de las balas—apuntó hacia los pedazos de metal regados por todas partes, después se levantó y observó sus alrededores, una sonrisa se posó en el rostro del menor—, y no veo sangre, así que en definitiva no lo mató.

Aunque era una buena noticia seguía sin ser tan tranquilizadora, QingXuan casi había entrado en crisis cuando escuchó los disparos, ya se imaginaba encontrar a un XiChen muerto y lleno de sangre o algo así. El que WuXian se lo tomara tan a la ligera le inquietaba. Ahora caía en cuenta que Jiang WanYin, en definitiva, no era ni una décima parte de lo amistoso que era Wei WuXian, de hecho, le daba miedo a QingXuan, parecía haber demasiada amargura en un cuerpo tan pequeño.

—Debemos regresar y hacer una nueva recopilación—recomendó Xie Lian al ver que su trabajo aun no terminaba. Sentía su cabeza doler, además de una opresión en el pecho, sin mencionar que su omega interno estaba demasiado inquieto, pero prefería mantener las apariencias y actuar con firmeza.

WuXian realizó un sonido expresando su inconformidad. —Necesito vacaciones.

Sin explicaciones el omega comenzó a caminar en dirección al auto de Lan WangJi, parecía que era muy en serio que Wei WuXian se iría con el alfa. Por otro lado, Lan WangJi lucía satisfecho, y tenía razones de sobra para estarlo, el no separarse de su omega claramente lo tenía de buenas.

—WuXian—llamó Hua Cheng al verlo irse, el demonio no parecía tener intenciones de detenerlo en lo absoluto. —No hagas nada imprudente, ya tenemos mucho que hacer para que pongas más trabajo sobre la mesa.

WuXian le sonrió de lado mientras le guiñaba un ojo. —No te preocupes, Lan Zhan me cuida.

Hua suspiró bajo, Xie Lian, quien era el más cercano al alfa intentó tranquilizarlo. —WangJi lo mantendrá a raya.

Detrás de ellos se escuchó un bufido bañado en un tinte de burla. —Espero que el segundo Lan esté preparado, porque no aceptamos devoluciones—murmuró He Xuan no muy lejos del resto.

—¡Te escuché!—gritó Wei WuXian antes de subirse al auto con total indignación.

He Xuan sólo hizo una mueca. —¡Qué bueno!

—¡No finjas que no me vas a extrañar!

—¡Nadie te quiere!

—¡A ti nadie te quiere!

El intercambio de palabras fue breve e infantil, aunque nadie se atrevió a detenerlos. Después de todo no había mucho que hacer cuando WuXian se proponía molestar a alguien, en especial si ese alguien era He Xuan y su poca paciencia.

Wen Qing ya no pudo seguir presenciado tanta ridiculez junta, por lo que empezó a caminar directo al auto negro. —Vámonos, aún tengo que revisar a A-Ning—con una mirada severa amenazó a Hua Cheng. —Y tú tienes que descansar, no eres inmortal.

He Xuan le siguió por detrás a la alfa, aunque miró de reojo a QingXuan, el omega sintió un nudo en la garganta al no poder decir algo, pero se sintió extrañamente feliz cuando el alfa hizo un rápido gesto como si se despidiera de él.

En su lugar, Shi QingXuan no fue para nada discreto, pues sonrió con alegría y agitó su mano de forma enérgica. Una vez que el menor terminó de despedirse notó que los únicos que seguían ahí de pie eran Xie Lian y Hua Cheng.

No debías ser muy listo para saber que un tercero estaba de sobra. Además de que alfa y  omega no dejaban de observarse de una forma demasiado... ¿cariñosa? ¿cursi?

QingXuan tosió querido sonar casual. —Bueno... yo iré subiendo al auto también...

Xie Lian asintió en dirección al menor. —Voy en un momento.

—Sí... lo que tú digas—asintió QingXuan despidiéndose de forma rápida.

El omega subió a la parte trasera del vehículo de Lan WangJi, pero en cuanto lo hizo se arrepintió. Había escapado de una pareja para llegar con otra, y la situación no era muy diferente.

El ver como Lan WangJi acaricia el cabello de WuXian mientras el omega le dirigía sonrisas coquetas no era lo que QingXuan deseaba ver. Pero tampoco quería estar allí parado con Xie Lian y Hua Cheng.

—¿Por qué a mí?—susurró para sí mismo el menor cerrando los ojos con pesar.

Aunque no negaría que de vez en cuando los miraba con curiosidad, de hecho, estaba pegado a la ventana espiando lo mejor posible a Xie Lian quien hablaba con Hua Cheng. No podía escuchar, pero podía verlos con claridad, y por sus movimientos corporales parecían decir cosas importantes.

Xie Lian tenía una expresión de desasosiego en su rostro. —San Lang...—el omega estaba serio, su intranquilidad era más que obvia. —Prométeme que descansarás.

Hua Cheng sonrió y asintió. —Lo prometo, pero tú deberás hacer lo mismo, Wen Qing dijo que debes reposar.

—Eso te lo dijo a ti—respondió con diversión. Tener la palabra del alfa en verdad lo tranquilizaba. Xie Lian se sintió complacido, pero aún estaba algo inquieto. —Entonces... ¿Nos vemos después?—el omega suplicaba que su separación no fuera tan extensa, realmente tenía muchas ganas de tomarse un tiempo y conversar con el alfa, conocer a Hua Cheng en verdad.

Para su alivio el alfa asintió y declaró con seguridad. —Nos vemos después.

Xie Lian sentía que debía decir algo, pero no sabía qué, así que sólo le sonrió e hizo un gesto con la cabeza para despedirse. Le era insuficiente, sin embargo ese había sido su actuar de forma inconsciente.

Apenas le dio la espalda al alfa cuando escuchó la voz de Hua Cheng llamándole.

—Gege.

Xie Lian giró más rápido de lo deseado. —¿Sí?

Había una palpable esperanza, quería quizás hacer algo más, pero todo pensamiento se esfumó en el momento que sintió las manos de Hua Cheng sujetarlo por el rostro para besarlo.

Xie Lian respondió de forma natural, como si ya lo hubiera presentido con antelación, y más que sorprenderle, le calmaba. La gentileza del alfa al besarle fue más que suficiente para saciar a su agitado corazón y convertirlo en una promesa, la cual decía de forma silenciosa que todo estaría bien.

Si bien ellos se encerraron en una burbuja romántica, el resto no se sentía igual. QingXuan casi había pegado el rostro al cristal en cuanto los miró besarse, de hecho se tallaba los ojos como si aún no lo creyera.

—No puede ser—el omega seguía impactado. —¿Se están besando? ¿Se están besando verdad?

Quería asegurarse de que no era una alucinación lo que estaba mirando.

Y para su suerte Wei WuXian sólo confirmó lo obvio. —Se están besando.

QingXuan sentía su rostro ligeramente avergonzado por ver ese lado de Xie Lian, pues para él, el mayor siempre había sido alguien puro e inocente... demasiado.

A pesar de la distancia, QingXuan pudo ver que Hua Cheng parecía susurrarle algo a Xie Lian, provocando que el rostro del omega sólo se volviera de color rojo brillante, además de cubrirse con sus manos.

Justo cuando pensó que jamás se separarían, Xie Lian se alejó del alfa y se acercó al auto para subir en silencio.

Lan WangJi miró por el retrovisor a ambos omegas en la parte de atrás, pero no dijo nada, en su lugar encendió el motor y retiró el freno de mano para marcharse por fin, pensando en que después enviaría a alguien para limpiar todo ese desastre.

QingXuan estaba ansioso por hablar con el mayor, pero dudaba que este dijera algo, más al saber que Wei WuXian estaba ahí escuchando. Incluso con más aspectos negativos de su lado el menor se acercó hasta Xie Lian y preguntó en voz baja.

—¿Y? ¿Qué te dijo?

Xie Lian desvió su rostro sin el valor de mirar a QingXuan a la cara. —Nada...

—Oh por favor, después de semejante beso no te pudo haber dicho "nada".

Xie Lian ocultó su rostro entre sus manos y sólo se volvió más reacio para realizar algún comentario. En definitiva no dirá en voz alta aquellas palabras que susurró Hua Cheng en su oído... jamás.

QingXuan hizo un puchero, sin embargo se rindió, una vez más tomó su distancia al otro extremo del asiento del auto y miró por la ventanilla. De vez en cuando veía a Xie Lian con una extraña sonrisa en el rostro o a Lan WangJi sujetar la mano de Wei WuXian mientras conducía.

El omega se burló para sus adentros, nada estaba saliendo como lo había pensado. —Jun Wu los matará a ustedes dos.

Aquel comentario tenía la intención de ser burlesco para molestar a sus superiores. Lo que nunca esperó fue que Wei WuXian se girara para verle mientras le sonreía con sorna.

—¿Seguro que sólo a ellos?—su pregunta estaba llena de una sugerencia que delataba la mala posición en la que en verdad se encontraba Shi QingXuan.

No debía olvidar que WuXian sabía su secreto, volviéndolo una amenaza, más por el hecho de que Xie Lian aún no lo sabía, pero el mayor estaba tan perdido en sus pensamientos que penas notó las palabras amenazantes de WuXian, mucho menos se percató del nerviosismo de QingXuan.

—¡¿Qué-Qué es eso?! ¡¿Vieron ese oso?!—gritó QingXuan al querer desviar el tema de una forma terrible.

Su exclamación por fin trajo a Xie Lian de regreso, el mayor lo miró confundido. —No hay osos en esta región QingXuan.

—Oh, quizás vi mal y era un perro... uno muy grande—murmuró intentando arreglar su desastre.

El rostro de WuXian palideció. —¡¿Un perro?!

—No hay ningún perro—acotó enseguida Lan WangJi terminado con el escándalo.

El resto del camino fue un tanto más tranquilo, entre los descarados coqueteos de Wei WuXian al alfa y la plática simple de QingXuan el tiempo pasó. Xie Lian había permanecido en silencio, además de que se sentía totalmente exhausto.

El alfa se encargó de llevar a QingXuan y a Xie Lian a la residencia de Jun Wu, sin embargo este no bajó del auto.

—¿No se quedarán?—preguntó Xie Lian al ver que la pareja estaba a punto de irse.

Lan WangJi negó, no pondría a Wei WuXian al alcance de Jun Wu, era muy peligroso meterlo a la residencia. En su lugar el alfa dijo: —Si mi hermano llega-

QingXuan le interrumpió. —Te avisaremos, tranquilo—con una sonrisa se despidió de ambos. —Nos vemos luego.

Así los dos omegas miraron el auto color plata marcharse. Ambos se dirigieron al interior de su hogar, apenas habían puesto un pie en la casa cuando el omega mayor frenó de golpe mientras se sostenía de las paredes.

QingXuan lo miró alarmado. —¿Xie Lian? ¿Te sientes bien?—con apuro intentó ayudarlo, pero en cuanto lo tocó no pudo evitar asustarse. —¡Estás hirviendo!

—Estoy bien, sólo necesito descansar—dijo en voz baja Xie Lian haciendo amagos por alejarse y caminar.

Ni siquiera había dado un paso cuando Xie Lian cayó sobre el suelo de manera inconsciente.

—¡Xie Lian!—QingXuan entró en pánico, por lo que empezó a pedir ayuda de forma desesperada. —¡Rápido alguien venga!—En cuanto el personal llegó el omega dio la primera orden. —¡Llama al doctor, dile que es Xie Lian!

Shi QingXuan se mantuvo a lado del omega mientras esperaban al médico, con ayuda habían subido a Xie Lian a su habitación y lo habían acomodado en la cama. Sólo cuando su médico de confianza llegó a la residencia fue que dejó a Xie Lian, estaba nervioso, ni siquiera se había acordado de informar a los Lan, todo lo que podía pensar era en el estado de Xie Lian y como este extrañamente había caído inconsciente.

Una vez que miró al doctor se acercó para preguntar por la condición del omega mayor. —¿Cómo está?

El doctor suspiró, parecía no tener las mejores noticias. —Tiene una fiebre muy alta y su cuerpo parece rechazar el medicamento.

—¿Cómo que rechaza el medicamento?—QingXuan comenzó a preocuparse aún más. —¿Estará bien?

—Estos no son síntomas de alguna enfermedad—explicó el hombre. —Estos malestares son reacciones de su propio cuerpo, me temo que desconozco el motivo.

QingXuan frunció el ceño al no comprender bien la situación, después de unas cuantas preguntas más supo que en realidad no había mucho que hacer, todo quedaba en manos del mismo Xie Lian y su fortaleza.

—Está bien, gracias por venir—murmuró QingXuan con ojos humedecidos, era inevitable no sentirse triste.

—Si empeora no duden en llamarme—dijo el hombre mostrando que estaría ahí sin importar la hora o el día.

QingXuan lo acompañó a la salida, en cuanto pudo regresó al lado de Xie Lian; sus mejillas se veían algo rojas por la fiebre, pero el resto de su cara estaba mortalmente pálida, además de encontrarse bañado de una fina capa de sudor y su cuerpo temblaba.

El menor jamás lo había visto de esa forma, para él Xie Lian era su mayor referente de fuerza, así que verlo en ese estado tan vulnerable le ocasionaba punzadas de dolor en su pecho.

—Xie Lian—el menor le sujetó de la mano. —¿Qué te ocurre?

Habían tenido peores noches y jamás se había puesto tan grave, de hecho casi no enfermaba, así que nada tenía sentido para el menor.

QingXuan ocultó su rostro entre las sábanas suplicando para que Xie Lian despertara pronto.

XiChen miró como el omega de su lado daba otro trago de forma directa a la botella. Era la segunda que abría y aparentemente era sólo el comienzo.

—Frena—dijo el Jiang mientras veía hacia el frente.

—No puedo parar aquí—indicó el alfa esperando que WanYin comprendiera y no le obligara a hacer algo tan osado como frenar en medio bulevar.

Jiang WanYin apuntó uno de los rascacielos. —Necesito llegar a ese edificio.

XiChen le miró confundido, ese omega tenía ideas demasiado extrañas según el alfa. —¿Para qué?

WanYin chasqueó la lengua. —¿Quieres dejar de hacer tantas preguntas?

XiChen suspiró. Ese omega era único en su especie sin duda.

Ingeniándoselas logró acercarse hasta el edificio, ni siquiera había terminado de aparcar cuando el omega ya se había bajado del auto. XiChen ni siquiera intentó gritarle para detenerlo, sabía que no lo escucharía, así que prefirió apurar sus movimientos para seguirle el ritmo.

A pesar de que Jiang WanYin ya estaba ligeramente ebrio logró evitar la seguridad del lugar casi como si fuera un juego. XiChen estaba impresionado, en su mente hacía comentarios halagadores al omega y su destreza.

Mientras más subían Lan XiChen dedujo hacia dónde se dirigían. La azotea.

—¿Por qué estamos aquí?—preguntó en cuanto el frío viento le golpeó.

El Jiang le miró de reojo. —No importa eso, sólo necesito un lugar alto, me ayuda a pensar—el omega se sentó cerca del borde y bebió largo y tendido. Después gruñó con evidente molestia. —Maldito mentiroso, espero te encuentres un perro rabioso Wei WuXian. ¡Y yo no estaré ahí para espantarlo por ti!

XiChen miró al omega un poco más, al final decidió sentarse a su lado, aunque mantenía cierta distancia. No pudo evitar recordar las palabras de HuaiSang.

"—Cuidado con lo que pides Lan XiChen—sus ojos miraron con gracia al loto del sur. —Él es muy capaz de empujarte, pero de un edificio"

Lan XiChen prefería mantener su distancia y así vivir un poco más.

A pesar de que WanYin no había dejado de insultar a WuXian, XiChen sentía que todas esas palabras de odio no eran tan verdaderas.

El alfa sonrió y miró al omega. —Creo que nos parecemos, Jiang WanYin.

El Jiang comenzó a ahogarse un poco con su bebida antes de mirarlo escandalizado. —¿Bebiste? ¿O por qué dices estupideces?—se podía escuchar como sus palabras comenzaban a arrastrarse un poco. —Se supone que el que está tomando aquí soy yo

XiChen sonrió ignorando lo que acababa de decir el omega. —Piénsalo un poco, intentas proteger a WuXian aun sabiendo que este posiblemente hará una locura y no te escuchará—el alfa suspiró y miró como WanYin bajaba la vista, mostrando que verdaderamente le estaba prestando atención, así que prosiguió. —WangJi hace exactamente lo mismo, a veces quisiera dejarlo solo para que viera el verdadero peligro de sus decisiones.

Y más con sus últimas elecciones, donde se arriesgaba sin importarle nada más que Wei WuXian. XiChen no odiaba a ese omega, pero el hecho de que su hermano se arriesgara tanto tampoco le agradaba.

—¡Sí, como aquella vez de niños!—gritó el omega con frustración, el Lan no comprendió, pero no hubo necesidad de preguntar debido a que el Jiang continuó por si solo—, le dije que era mala idea meternos a aquel taller mecánico. ¡Pero él insistió y al final nos terminó persiguiendo una jauría de perros! ¡Lo hubiera dejado atrás en vez de arrastrar su trasero para que aprendiera la lección!

XiChen sonrió ante el relato. Todo era tan irónico, no podía creer que la personas que quizás le comprendía de mejor forma fuera el que consideró uno de sus enemigos. Aunque ya no lo eran en ese preciso momento, o eso quería creer el Lan.

—Pero no podemos hacer eso, dejarlos atrás—murmuró el alfa. —WangJi siempre fue muy terco desde niño, últimamente ha sido muy imprudente desde que conoció a WuXian, quisiera simplemente dejarlo, pero es mi hermano y no puedo ignorarlo a sabiendas que necesitará apoyo—Lan XiChen miró directamente a los ojos del Jiang. —Y estoy seguro que tú tampoco puedes ignorar al tuyo... Tú comprendes a la perfección el valor que tiene mi hermano para mí y yo sé lo importante que es WuXian para ti.

Jiang WanYin apartó la vista. —Hablas demasiado—esta vez la voz de omega se ablandó—, pero tienes razón.

XiChen miró el cielo, tenía la sensación de estar muy lejos de sus problemas en ese instante. Quizás subir al edificio también lo había ayudado a él.

El alfa pensó en su hermano, en como siempre estuvo para él y como seguiría ayudándolo. Aunque WangJi ya no le consultara las cosas como en el pasado. —Cada vez me necesita menos—dijo pensando en voz alta—, el joven WuXian se apoderó de él, casi lo desconozco.

WanYin hizo un sonido de desagrado al escuchar el nombre de Wei WuXian. —Ese miserable, es un infeliz, maldito...

La voz ahogada del Jiang hizo que el alfa le mirara, los ojos de WanYin parecían tan perdidos.

Lan XiChen se preocupó un poco. —¿WanYin?

El omega no le miró, sólo siguió hablando. —Pero... no puedo odiarlo...

—Lo sé—concordó XiChen con una ligera sonrisa.

Esta vez la voz del Jiang se escuchó más rota que antes. —La verdad es que, todas esas veces que insulto a mi hermano por no decirme las cosas, todas esas palabras las pienso en mí mismo. Yo soy el cobarde que nunca ha podido contarle nada. Yo soy quien teme ver su reacción.

—¿De qué hablas?—Ahora Lan XiChen se sentía tan perdido en la conversación. Estaba seguro que había algo que le faltaba saber.

WanYin apenas le dio un vistazo. —Nada, olvídalo.

—¿Estás seguro?

El omega se veía tan aturdido, provocando que XiChen intentara ayudarlo.

—¡Dije que lo olvides!—exclamó el omega empujándole un poco mientras volvía a beber. El sonido de su garganta aclarándose le indicaba al Lan que el alcohol era fuerte. La mirada del Jiang sobre su persona cambió a una más agresiva. —Un alfa no lo entendería, todo es su culpa, yo ni siquiera sabía lo que pasaba.

En ese punto XiChen ya no quería comprender lo que decía el omega, en cambio toda su atención se desvió a lo peligroso que se estaba tornando el ambiente.

—WanYin creo que deberías dejar de beber—el alfa intentó quitarle la botella, pero el omega se escabulló poniéndose de pie y parándose más cerca del borde. El alfa abrió los ojos preocupado. —¡WanYin espera, aléjate de la orilla!

Jiang WanYin se tambaleaba un poco, pero seguía reacio a seguir la petición del Lan. —¡No me digas que hacer! ¡Crees que por ser alfa te debo hacer caso!

XiChen se sentía frustrado, estaba claro que el alcohol sólo complicaba las cosas, y conociendo al Jiang debía de tratarlo con paciencia y ser persuasivo. —¡No, sólo quiero evitar que caigas!

—¡No te creo! ¡Después intentarás controlarme! ¡Y yo no podré hacer nada porque soy omega!—gritó desesperado el omega alejándose aún más de XiChen.

El alfa podía ver que faltaban pocos centímetros para que el Jiang cayera, si eso sucedía era claro que no sobreviviría.

—¡No haré nada de eso!—XiChen levantó sus manos en señal de paz, era un intento por hacer que el omega confiara en él. —¡Ahora ven hacia acá o te caerás!

—¡Yo puedo matarte, así como los maté a ellos!—gritó aún más fuerte dando un paso más hacia atrás.

Fue más que suficiente para desequilibrarlo y hacerlo tambalear.

—¡WanYin!

Lan XiChen apenas tuvo el tiempo suficiente para tomarlo del brazo y tirar de él en su dirección. La botella cayó estrellándose, mientras que el alfa había logrado evitar una tragedia.

Debido a la rapidez y fuerza ambos terminaron sobre el duro suelo, el alfa sostenía al omega, quien estaba encima de él.

—¿Estás bien?—preguntó XiChen buscando el rostro de WanYin.

La vista que recibió fue más de lo que pensó, los ojos del omega estaban inundados de lágrimas, además de que el cuerpo temblaba sin parar.

—Yo no quería...—dijo entre su llanto.

El instinto del Lan lo llevó a querer consolarlo, liberó un poco de su aroma y acarició la cabeza del menor.

—Tranquilo, ya pasó—se sorprendió al ver que el omega no le rechazaba, al contrario, se pegaba más a él mientras lloraba. XiChen se sintió conmovido, no comprendía nada, pero no era necesario, sabía que ese joven necesitaba apoyo, así que se lo brindó. —Todo estará bien.

La cabeza de WanYin se movió de forma negativa. —Jamás estará bien.

XiChen no dijo nada más, en su lugar sólo dio más palmadas en la espalda del Jiang mientras se sentaba de mejor forma para soportar el peso del omega.

Sólo después de unos minutos el llanto se detuvo, Jiang WanYin tenía las mejillas rojas, quizás por el llanto o por el alcohol... o la vergüenza.

El omega se alejó un poco mientras limpiaba los últimos restos de sus lágrimas. Aún parecía estar bajo los efectos del alcohol, ya que sus ojos seguían dispersos.

—No le digas a nadie que me viste llorar o lo lamentarás—amenazó en voz baja, era claro que lo haría pagar las consecuencias si decidía abrir la boca.

XiChen sonrió al ver que el omega parecía volver a ser el mismo. —De mí no saldrá ni una sola palabra—su cuerpo se tensó al sentir como Jiang WanYin hundía el rostro en su cuello y aspiraba su aroma. —Yo...

Lan XiChen no sabía qué hacer, se debatía entre sí alejarlo o permanecer quieto. Intentó hacer lo primero, pero la voz del omega lo frenó.

—No te muevas—el omega frotó su nariz sobre la piel del alfa, aspirando con más fuerza en la zona del cuello. —Tu aroma... es...—WanYin se acercó aún más— ... bueno...

XiChen tragó duro, apenas se había percatado de que el aroma del omega también había comenzado a salir. La elegante fragancia de flor de loto le acariciaba la nariz, era dulce, pero sutil, además de que a su alfa interno le agradaba bastante de igual forma.

—El tuyo igual...—dijo de manera inconsciente olfateando más de cerca al omega.

También quería oler su cuello, ya que solía ser el lugar donde más fuerte se acumulaba la esencia de las personas, pero antes de lograrlo el omega lo alejó con una mano.

Ambos se miraron, parecían perdidos y sin saber cómo proceder.

Lan XiChen podía ver el ceño fruncido del omega, además de que los labios de este parecían temblar. La respiración de WanYin era pesada y amenazante.

—Te odio—declaró el Jiang.

Después todo se detuvo.

Los labios del omega se posaron sobre los suyos, XiChen abrió los ojos sorprendido, la humedad de la boca y el aroma le desorientaron.

Sólo fueron unos segundos antes de que el omega se alejara y le viera con una mirada más que aterradora. En un instante el Jiang le empujó hacia el suelo para levantarse y salir corriendo.

—¡WanYin espera!

XiChen quería seguirlo y preguntar qué había sido aquello, pero estaba tan aturdido que ni siquiera pudo levantarse sin trastabillar varias veces.

Para cuando salió del edificio ya había perdido la pista del Jiang. XiChen se sostuvo la cabeza reflejando su confusión.

¿Qué acababa de ocurrir?

En una elegante habitación de hotel, varías extremidades desnudas se envolvían mientras dos cuerpos descansaban de forma acurrucada.

Lan WangJi veía al omega que reposaba en su pecho, la punta de sus dedos jugaba con la curvatura de la cintura del menor mientras que el omega trazaba líneas imaginarias en su pecho.

—Me duele todo el cuerpo Lan Er-Gege—se quejó WuXian con un puchero.

Lan WangJi le alzó el rostro para besarlo de forma corta, pero dulce. —Tú lo pediste.

WuXian infló sus mejillas como si se tratara de un crío. —Pero pensé que tendrías compasión, aún estoy sensible de la ronda de ayer.

El alfa acarició con su pulgar los rojos e hinchados labios de WuXian por los besos previos. El cabello negro estaba más rebelde de lo usual y por los hombros se podían ver algunas de las nuevas marcas que habían añadido a la colección.

—Eres hermoso—murmuró el Lan embelesado sin querer apartar sus ojos del menor.

Wei WuXian sonrió encantado. —Deja de adularme con cosas que ya sé.

El alfa hizo un diminuto gesto como si sonriera, sin esperar más jaló al omega para besarlo de forma más insistente. Era tan curioso, tenerlo de cerca calmaba su corazón, pero también lo aceleraba. Sentir la felicidad del omega como suya, y viceversa, era mejor de lo que alguna vez imaginó.

WuXian suspiró cual joven enamorado y se dejó caer sobre Lan WangJi, el alfa lo abrazó con fuerza de la cintura, como si buscara pegarlo más a su cuerpo... si es que fuera posible.

—¿Lo notaste, verdad?—preguntó WuXian levantado su mirada para observarlo de frente. —Lo de HuaHua y Xie Lian.

Lan WangJi asintió. —Mn.

Sabía a lo que su omega se refería, Lan WangJi ahora era consciente que aquellos dos también eran destinados.

—Hua Cheng ha buscado la forma de acercarse a Xie Lian por mucho tiempo—dijo el omega como si recordara algo.

Lan WangJi lo miró curioso. —¿Desde cuándo lo supo él?

WuXian parecía pensarlo. —No estoy seguro, creo que se conocieron de niños—la mirada del omega se llenó de lástima. —Pero no sirve de nada si Xie Lian no lo puede sentir.

—¿No se lo dirá?—cuestionó el Lan.

No quería meterse en relaciones ajenas, apenas si había podido arreglar la propia con el omega, pero tampoco deseaba que Xie Lian fuera herido.

—HuaHua espera el momento adecuado—la mirada de WuXian decayó ligeramente. —Debe ser triste que tu pareja no te reconozca. Supongo que nosotros tuvimos suerte, aunque no fue el mejor inicio tampoco.

WuXian hacía una obvia referencia a las confrontaciones del pasado, donde ambos habían resultado heridos, en ese tiempo en verdad pensaban que las cosas jamás se resolverían.

Lan WangJi sintió ese miedo en WuXian, por lo que dejó salir su aroma para calmarlo, no quería que se preocupara por cosas del pasado, ahora ambos estaban juntos y no dejaría que nadie los separara.

—Eso ya no importa—dijo el Lan depositando un beso en la coronilla del menor.

Estuvieron en silencio por unos momentos antes de que WuXian volviera a hablar.

—¿Cuándo regresa Jun Wu?

Lan WangJi se tensó ante la pregunta, sabía que estaban tranquilos porque Jun Wu se encontraba fuera de la ciudad, pero en cuanto regresara toda la paz se desvanecería.

—En un par de días—respondió el alfa intentando mantener la calma.

WuXian se incorporó sentándose a horcajadas sobre él. Era una deleitable vista de la que gozaba Lan WangJi en ese instante.

El omega sonrió de lado. —¿Qué le dirás para poder escaparte todas las noches conmigo? Apuesto que te hará preguntas.

Las manos de Wei WuXian se pasaban por todo el abdomen del Lan, tentado a su antojo.

—Ya pensaré en algo—respondió el alfa llevando sus manos a las caderas del menor para después descender más y guiarlas al esponjoso trasero donde estrujó con gusto.

WuXian gimió levemente mientras reía divertido. —¿Realmente buscarás una excusa todos los días?—el omega se inclinó para acercarse a los labios del Lan. —¿Tanto te gusta el sexo?

Lan WangJi lo miró sin vacilación. —Todos los días son todos los días.

El omega volvió a reír, pero esta vez no parecía tan divertido, de hecho lucía preocupado.

—Cuando dije que debíamos hacerlo todos los días no era tan en serio, lo dije jugando por lo caliente que estaba en ese momento. No creo que mi pobre cuerpo pueda resistir tu intensidad a diario.

Lan WangJi sabía que WuXian intentaba retractarse de sus palabras de hace unas horas, pero no se lo dejaría así de fácil.

De forma rápida giró los cuerpos para invertir la posición y así quedar sobre el menor.

—Puedes y lo harás—demandó Lan WangJi.

WuXian le abrazó por el cuello y sonrió. —En ese caso tendrás que entrenarme para poder seguirte el ritmo Lan Er-Gege.

Lan WangJi se fue directo a devorar los labios de Wei WuXian, degustar al omega se había vuelto su actividad favorita, aún lo sentía como un sueño.

En medio del apasionado y caliente beso se escuchó el sonar de un móvil, por la tonada escandalosa y burda se supo enseguida que se trataba del de Wei WuXian.

—Ignóralo—susurró el omega sin querer dejar de besar al Lan.

Pero la llamada persistió, logrando que Lan WangJi cortará el beso y le mirará.

—No se detendrá—dijo el alfa estirando el brazo para pasarle el móvil sin ver la pantalla. —Parece ser importante—comentó por la insistencia de este, además de que no quería repetir lo de la última vez, donde dos de sus compañeros casi murieron.

WuXian bufó y terminó aceptando el aparato. —¿Quién me molesta a esta hora?—de forma rápida besó los labios del alfa—Dame un segundo. —WuXian se sentó en la cama y miró con extrañes, sin embargo aún no atendía la llamada. —Que raro.

—¿Qué cosa?—preguntó el Lan.

—Este número...—WuXian por fin respondió. —¿Mo?

Lan WangJi le observó con detenimiento, la expresión de WuXian viajó de confusión a terror. Incluso pudo sentir a través de su lazo un creciente e incontrolable miedo, alarmando en seguida al alfa.

—Mierda, voy para allá—dijo el omega para seguidamente colgar y salir de un salto fuera de la cama con intenciones de buscar sus ropas regadas por el suelo.

—¿Qué sucede?—Lan WangJi esperaba ansioso alguna explicación.

—¡Rápido, no hay tiempo!—gritó WuXian vistiéndose a toda prisa. —¡Necesito que me lleves al distrito trece!

Lan WangJi seguía sin entender, aunque también había comenzado a vestirse. —¿Por qué?

—¡No hay tiempo para explicaciones!—el omega le miró con desesperación. —¡¿Lo harás o me voy sin ti?!

Lan WangJi sólo asintió. —Vamos.

Con eso ambos se alistaron y salieron de la habitación, terminando con su romántico momento.

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