Cap 25.

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Ha pasado una semana y media desde que Elijah y Enzo tuvieron que viajar. 

Los extrañaba. 

Si, a ambos. 

Con Enzo hablamos por chat casi todos los días. Elijah le había dado mi numero para darme una razón y desde ahí, hemos hablado de todo y me hacia reír la mayor parte del tiempo, era un payaso nos habíamos hecho grandes amigos. 

Elijah me llamaba a las siete de la mañana y hablábamos hasta que entraba a la oficina. Luego, hablábamos en el almuerzo y luego me llamaba a las tres de la tarde para desearme buenas noches, ya que él se iba a dormir. Se había vuelto mi rutina, pero no era nada aburrida. Hablábamos de cualquier cosa y también, había conocido la faceta tierna de Elijah, decía cosas cursis inconscientemente y luego se sonrojaba. 

Debo admitir que esperaba con ansias nuestras llamadas y a veces me ponía nerviosa. 

Con Kat era otro cuento.  Se enojo cuando la hice lavar tres veces el sofá con jabón y desinfectante, pero lo hizo ya que la otra opción era que comprar otro sofá. Duro unos días sin hablarme, ya que había dicho que era normal tener sexo en el sofá, pero era una regla y ella la tenia que respetar. Igual, ella se disculpo y me llevo unas fresas con chocolate. 

Por otro lado, Alejandro estaba instalado en su habitación y en su trabajo. Había trabajado la semana pasada en recursos humanos y ahora estaba en administración, a cargo de Paul. Según me había comentado, Paul era un gran maestro y lo estaba tentando a estudiar administración de empresas. Me alegraba por él, se veía más feliz y también en casa ya se mostraba más cómodo. Creo que no le agradaba la idea de depender económicamente de mí. 

- ¿Crees que si alcancen a llegar?- pregunto Kat entrando a mi oficina. 

-¿De qué hablas?- pregunte sin dejar de ver mi pantalla. Había olvidado revisar un correo de hace semanas y al parecer era importante. 

-Del jefe supremo y un sujeto que llamas Nemo- dijo con diversión. 

-No sé, se lo preguntare esta noche. -dije leyendo el correo con cuidado. 

-¿Qué revisas?- pregunto moviéndoselo a mi lado para también ver la pantalla. 

-Un correo del trabajo de la editorial. -mientras leía, mas sorprendida estaba. 

-Bien, voy a terminar algunas cosas y cuando estes lista nos vamos. -dijo saliendo de la oficina. 

No le puse atención y seguí leyendo el correo. Al terminar, salte de mi silla y empece a reír mientras aplaudía como una niña. 

Era un proyecto importante y era un honor hacer parte. Se trataba de grandes poetas que iban a hacer una especie de enciclopedia clasificada por emociones, no habían reglas en cuestión de diseño e hizo que mi mente imaginara mil ideas. Me daban un mes para hacer una exposición de varias ideas y luego, presentar personalmente mis ideas a los poetas. Creo que lo ultimo era lo que más en entusiasmaba. 

Mi interior agradeció haber terminado la estrategia de Absolut, pues ya estaba en la etapa creativa y yo solo tenia que hacer pequeñas correcciones en las piezas. 

Como sea, me senté de nuevo y empece a hacer una lista con todas las ideas que se me venían a la cabeza. Luego, hacia bocetos y le pediría un consejo a unos de mis diseñadores de confianza. 



Llegando al apartamento vi unos autos muy familiares y casi salgo corriendo al ascensor. Alejandro y Kay se burlaron por mi reacción, pero en serio sentía que necesitaba unos abrazos de unos fortachones. 

Virgen a los treintaWhere stories live. Discover now