Estar con Elijah era divertido y creo que nunca pensé en decir eso alguna vez en la vida. Tenia claro que conmigo era diferente, era amable; pero antes no lo veía como un tipo que tuviera sentido de humor.
Al llegar a su oficina empezamos a contar anécdotas sin ninguna razón, supongo que nació del querer conocernos mejor.
-Quien te viera. -le conteste riendo por una de sus tantas historias de viajes con sus amigos.
-Y eso que no te he contado lo que pasamos en Amsterdam. -se sonrojo un poco y quise saber de inmediato.
-¡Cuéntame!- exclame.
-Ni lo pienses, suficiente con lo de hoy. -miro a su alrededor. -Si mi secretaria entrara probablemente se le saldrían los ojos. -comento con una sonrisa.
-¿Por qué?- lo mire confundida.
-No soy de los que comen comida rápida y menos en la oficina. -señalo el desorden que estaba encima de su escritorio.
-Para todo hay una primera vez. -le reste importancia y seguí comiendo.
El levanto una ceja y me miro divertido.
-Siempre tienes un dicho para todo. - afirmo.
Asentí sonriendo, no me había dado cuenta.
Después de terminar y ayudarle a recoger todo, los dos nos sentamos en el sofá de cuero que tiene en la oficina.
Estábamos separados, pero nos estábamos viendo sin decir nada.
-Es raro, ¿cierto?- pregunte riendo un poco.
-¿Lo nuestro?- pregunto.
-Si, es que no se. -pause y mire mis manos. - No lo veía venir, recién estaba asimilando nuestra amistad.
- Para serte sincero si lo veía venir. -sonrió. -Al principio solo quería una amistad contigo, pero cuando empezamos a hablar y te empece a conocer fuera de la oficina, me atrajiste bastante. Eres una mujer muy madura, divertida y ...- me miro apenado. -desde que te conocí te he admirado, eres muy tenaz.
Sonreí porque realmente me habían gustado sus palabras.
-Puedo decir lo mismo de ti. -sonreí y me moví para estar un poco más cerca de él. -Siempre he admirado tu forma de trabajar, he notado que eres buena persona y en secreto, me gusta la forma que me tratas. -tome su mano. -Se que no eres así con muchas personas y es algo que valoro.
Elijah sonrió ampliamente.
-¿Te puedo preguntar algo?- lo mire haciendo mi mejor intento de parecer tierna.
Él solo asintió.
-¿Por qué dices que las relaciones no son lo tuyo? - vi que mi pregunta le sorprendió.
-¿Y eso?- pregunto un poco nervioso.
-Pues tengo curiosidad. -dije obvia. -Mira, por mi parte siento que mis relaciones nunca han sido serias y la verdad no me sentía cien porciento cómoda en ellas, por eso renuncie hace un tiempo de ellas y solo suelo salir de vez en cuando a divertirme. -suspire. -Cuando pienso en una relación ahora me siento algo insegura, tengo mis razones y me las reservo, pero quisiera en un futuro encontrar a alguien con quien me sienta cómoda y tal vez no me sienta insegura de que podría lastimarme.
-¿Tal vez?- pregunto.
-Se que siempre esta el riesgo, pero me gustaría no pensar en ello.
Él asintió lentamente, como intentando comprender.
YOU ARE READING
Virgen a los treinta
RomanceDifícil de creer, ¿no? Quién podría creer que una mujer pudiera ser virgen a los treinta años, siendo considerada por la sociedad como alguien hermosa y que debe tener al mundo a sus pies. La verdad ella a no le importaba, no solía preocuparse por...