Cap 8

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Seguimos hablando por unos minutos, pero de reojo vi que la azafata venia moviendo exageradamente sus caderas con mi desayuno. 

-¿Si sabes que la mayoría de tus empleados te llaman dios supremo? - le pregunte con curiosidad. 

-Aquí tiene señorita- dijo la azafata con voz melosa mirando a Elijah. No pude evitar reírme de la situación. -¿Le ocurre algo? - me miro esta enojada. 

-No, es solo que deberías tener más respeto por ti misma. A mi jefe no le interesas. -dije empezando a comer. 

Oí como mi jefe se reía y la azafata se fue roja como un tomate. 

-Definitivamente te falta un filtro. -dijo mirándome sonriendo. 

-Así estoy bien. -me rei. 

La conversación murió de inmediato cuando empece a ponerle mas atención a mi desayuno que al hombre que estaba a mi lado. Tal vez por eso no encontraba al amor o la atracción que deseaba, le ponía más atención a la comida que a cualquier cosa. 

Al acabar de comer, mi jefe estaba dormido sin hacer algún sonido. La azafata llego a retirar los platos y se veía avergonzada. 

-Escucha, no quise ofenderte ni nada por el estilo, -empece a decir y ella me miro sin ninguna expresión. -Es solo que detesto ver cómo las mujeres tratan de llamar la atención cuando los hombres ni las determinan. 

-Eso suena peor a lo que me dijiste hace rato. -dijo sonrojándose. 

-Lo sé, lo siento. - reí. -Pero si de algo te sirve, es mejor no buscar y solo esperar a que llegue  alguien que valga la pena. 

-Gracias. - sonrió y se retiro silenciosamente. 

El resto del viaje me la pase mirando por la ventana o mirando alguna película para que el tiempo se me pasara rápido. Elijah simplemente se la paso durmiendo, supongo que estaba cansado y no había dormido antes de que yo despertara. 


En camino al centro de Madrid, mi cara debía ser la de una niña cuando le dan un dulce. La arquitectura de la ciudad me estaba enamorando, ademas del clima y las personas que aprecian vestir con un estilo único. 

Cuando llegamos al hotel, vi boca toco el piso. Tenia una fachada tradicional, pero a la vez moderna. Me encantaba y al parece a mi jefe también, ya que miraba su alrededor con un brillo en sus ojos y sonreía abiertamente. 

Nos registramos en una suit que tenia dos habitaciones y una sala comedor. Nos dieron una llave a cada uno y también una pequeña revista que al parecer era una guía turística. 

La suit parecía una combinación entre la película del Zorro por su arquitectura, y el apartamento de Cristian Grey por todos los electrodomésticos eran modernos y también algunos muebles. La verdad este lugar era hermoso. 

-Si te apetece date una ducha y nos vemos mas tarde para practicar la presentación. -dijo Elijah caminado hacia una habitación. 

-Esta bien señor, nos vemos en dos horas. -me reí . 

-En una. -dijo seriamente y se encerró. 

Sabia que diría algo así y me dirigí a mi cuarto para refrescarme un poco, después de todo fue un viaje muy largo y mi muy querido cuerpo lo pago. 

Agradecía con mi vida que el baño tuviera una tina ya que quería relajarme un poco. Normalmente leo o escucho música, pero esta vez solo pensé en mi vida en general. Cualquiera que estuviera en mi posición seria feliz de vivir bien, darse cierto gustos por aquí y por allá, pero de alguna manera sentía que me faltaba cierta acción o aventura para sentirme viva. 

Sentí apenas que golpeaban la puerta pidiendo entrar. 

-Estoy en la bañera, aun no ha pasado una hora. -medio grite.

-Lo se, - dijo Elijah del otro lado. -es solo que estoy aburrido y quería saber si en vez de ensayar la presentación que apuesto se sabe de memoria, quería salir a conocer. 

-Claro - me levante de inmediato y olvide que estaba desnuda, por suerte mi jefe aun seguía afuera. -Solo deme unos minutos para estar lista. 

-Esta bien, pero no se demore tanto. -dijo con evidente fastidio, era obvio que la paciencia no era una de sus virtudes. 

Apenas sentí que la puerta de la habitación se cerro, salí del baño casi corriendo para ver qué podia ponerme. Estaba haciendo calor, entonces me decidí por unas vans negras, muy bonitas y  vestido blanco que se ajustaba a la cintura con un delgado cinturón; ademas me encantaba el escote en corazón que tenia este. Kat decía que era un vestido romántico perfecto para ir a la playa. 

Cuando sali, Elijah estaba acostado en el sofa tapándose los ojos. 

-No me demore tanto. -le dije riéndome. 

Él se asusto y casi cae al piso. Cuando me vio, juro que casi me rio de su cara. 

Aclare mi garganta, pero él seguía mirando mis piernas. 

-Mis ojos están arriba genio. -le dije burlándome de él. -Levantate que tengo ganas de conocer y no tenemos mucho tiempo. 

-Creo que ya me tienes mucha confianza.- dijo, ya mirando mi cara. -Me agrada, pero no olvides que al frente de los demás debes ser más ... seria .-lo ultimo lo dijo con duda y asentí.

-Bien, ahora vámonos. -tome su mano y casi lo arrastre a la entrada del hotel. 


Llevábamos horas caminando y conociendo cierto lugares históricos. Todo me parecía mágico, parecía un sueño poder estar aquí y si no fuera por mi jefe quejándose de que le dolían los pies, todo seria perfecto. 

-Ya me rindo. -Oi decir a Elijah. -Tomemos algo aquí y descansamos un poco los pies. 

-Bien, pero solo porque tengo sed. -le dije caminando a un local de bebidas que vi a lo lejos.- Eres un flojo. 

-Ni te atrevas a burlarte, soy un hombre que se la pasa en la oficina y solo hace de vez en cuando ejercicio. - dijo siguiéndome a paso lento. 

-Eso es para burlarse, pero no lo voy a hacer. -dije sonriendo mirando las bebidas que ofrecía el lugar. 

-Porque soy el jefe. -dijo, pero sonó más a pregunta. 

-No, bueno sí un poco. -lo voltee a mirar y se notaba que prefería sentarse a tomar algo. -Es solo que me caes bien y no quiero burlarme tanto de ti, aunque des papaya. - me reí. 

-¿Qué es papaya?- me miro confundido y no pude evitar reirme mas de él. 


Gracias por leer ❤️

Virgen a los treintaWhere stories live. Discover now