Cap 24.

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-No es lo que me esperaba de tu propuesta, pero la verdad ...-su propio bostezo lo interrumpió. 

-Estas cansado, lo se. -sonreí y él se tallo sus ojos. -Ponte cómodo, buscare algo cómodo con lo que puedas dormir. 

-Gracias. -miro a su alrededor. - ¿Donde se quedará tu hermano? 

-Contigo. -dije desde el armario, intentando no reírme. -Yo me quedare con Nonita. 

Vi una camiseta ancha y unos short que probablemente le quedarían arriba de la rodilla. Tome ambas prendas y voltee a verlo. 

-¿Bromeas, cierto? - pregunto confundido. 

Alejandro entro cuando iba a hablar y parecía feliz. 

-Eres la mejor, parece remodelada. -señalo al pasillo, refiriéndose a su habitación. 

-No es nada. -le guiñe el ojo. -Los dejo, espero duerman bien. -deje la ropa encima de la cama e intente retirarme. 

-¿Es en serio?- me tomo la muñeca Elijah. 

Alejandro se rio, entendiendo todo. 

-Tranquilo jefe, no ronco. - me siguió la corriente. 

El rostro de Elijah era un poema. No pude resistir más y me reí con ganas. 

-Deja de reír y explica cómo dormiremos esta noche. -ordeno mi hermano con una sonrisa. 

Me calme un poco y respire profundamente para hablar. 

-Si no te importa, -mire a mi hermano. -Tendrás que pasar una noche mas conmigo.

Mi hermano negó con la cabeza. 

-No hay problema. 

-Bien, Elijah dormirás en mi habitación. -ahora mire al mencionado. -Yo dormiré con mi hermano. 

Él asintió. 

Alejandro se retiro y yo fui a mi armario por mi pijama. 

-Gracias y perdón por incomodar. -dijo Elijah. 

-No lo haces. -tome mi pijama y luego, camine hacia él.- Ten una linda noche. -bese sus labios y me separe. 

-Tu igual. -me beso rápidamente y sonrió. 



Desperté exaltada. 

Había tenido una pesadilla, pero no recordaba nada. 

Mire mi reloj de mesa, eran apenas las dos de la mañana y me maldije mentalmente. Normalmente dormía de largo, pero cuando me despertaba en medio de la noche, me tardaba en llegar el sueño. 

Salí de mi cama y me dirigí descalza hasta la cocina. 

-Te amo nana. -dije sacando de la nevera una jarra de limonada. Luego fui por un vaso y me serví un poco. 

Cuando estaba por por terminar, apareció Elijah sin camisa y con los ojos casi que cerrados. 

-Hola bello durmiente. -lo salude y él sonrió. 

-Hola. -dijo sonriendo y se sentó a mi lado. -Me quieres convidar un poco de tu limonada. -hizo un puchero adorable. 

-Tienes suerte de que haya mas en la nevera. -le pase un vaso recién servido. 

-Gracias. -dijo alcanzando el vaso y tomándose casi de un sorbo todo su contenido. -Tenia sed. -dijo viendo mi cara. 

-Lo note. -me reí y el apoyo su cabeza en mi hombro.

Virgen a los treintaWhere stories live. Discover now