Elijah me miraba lo que le sigue de sorprendido y yo solo pensaba, ¿en qué momento deje de usar mi cerebro? Es que, ¿cómo podía pensar así cuando Elijah recién había perdido a su abuelo?
Me siento como una tonta por...
-¿Estas segura?- pregunto después de unos segundos de silencio.
¿Qué?, pense.
-Sofia. -me llamo cuando me quede en silencio. -¿Estas segura?- repitió.
-Si, tengo curiosidad. -Admití, notando que me sonrojaba. - Pero ...
-¿No lo has hecho antes?- si antes estaba sorprendido, ahora estaba impactado.
Lo mire confundida, pero luego me di como me miraba, excitado.
Elijah no estaba pensando en su abuelo y creo que definitivamente era por mi culpa, pero creo que es mejor distraerlo un poco mas y mañana volver a la realidad.
-No, nunca me sentí tan confiada con una persona para hacerlo. -conteste, recordando su pregunta. -Para mí eso es más... intimo, más personal.
-No dejas de sorprenderme. -soltó y se acerco hacia mi. - ¿Estas segura de querer hacerlo?- pregunto mirándome fijamente, como si quisiera ver algún tipo de temor o inseguridad.
-Si quiero, pero si tu no quieres...- señale la ducha. -allá te espera tu vieja amiga.
Él se rio, tomo mi cintura y me acerco más a él.
-Mi nueva amiga es mejor que la vieja. -me beso rápidamente. -Ven conmigo.
Como un corderillo lo seguí hasta la cocina. Él rebuscaba algo en la alacena y yo solo me preguntaba que carajos estaba buscando.
-¿Prefieres crema batida o Nutella?- pregunto sacando los dos embalses.
-¿Para qué?- pregunte confundida.
-Solo contesta. -dijo agitando los productos.
-Eh... Nutella. -señale y él puso la crema batida en la alacena.
-Bueno, ahora sí vamos. -dijo tomando mi mano.
-Esto me recuerda a cincuenta sombras. -me reí y él me miro divertido.
-Una mezcla del primer libro y el segundo. -recordó y volteo a ver él baño. -Lastima que no haya una bañera aquí o helado de vainilla. -comento divertido.
-La ducha es grande, podemos improvisar. -al escucharme me miro con los ojos abiertos, pero a su vez se reía abiertamente.
-Alto pervertida. -dijo sonriendo. -Roma no se construyó en un día.
-Lo decía en broma, debe ser muy incomodo. -lo empuje un poco.
-Aja, como tu digas. -dijo sin creerme y me empujo a la cama.
-Tal vez podamos hacerlo aun día. -lo pique un poco.
-Deja esos comentarios. - su tono era serio y note como se acomodaba encima de mí. -Mi mente no deja ahora de pensar en eso, me siento como Christian Grey.
-¿Te va lo del sadomasoquismo o qué?- dije llevando mis brazos hacia su cuello.
-No me va mucho, pero si tu quieres probar -rozo nuestros labios. - no me quejo.
-Tal vez algún día. -Aproveche que tenia cerca sus labios y tome su labio interior entre mis dientes. -Por ahora tienes el papel de instructor.
-Bien, entonces primero tengo que enseñar para que mi alumna aprenda. -sus voz sonaba ronca.
ESTÁS LEYENDO
Virgen a los treinta
RomanceDifícil de creer, ¿no? Quién podría creer que una mujer pudiera ser virgen a los treinta años, siendo considerada por la sociedad como alguien hermosa y que debe tener al mundo a sus pies. La verdad ella a no le importaba, no solía preocuparse por...