Cap 12.

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Debo admitir que hasta a mí me asustaba lo que estábamos por hacer, pero era algo que siempre había querido hacer. Elijah desde que se lo propuse se negó ferozmente, pero luego lo amenace con volver al rol de jefe- empleado y  acepto a regañadientes. 

Ahora estábamos Kat, Elijah y Enzo, el ultimo es amigo del jefe y apenas se entero de lo que debía hacer, quiso unirse. Todos veíamos las vistas desde el helicóptero y los instructores señalaban el supuesto punto para lanzarnos. 

Lo más gracioso de la situación era ver a Elijah, pues parecía querer hacer pis cada vez que el helicóptero tenia una especie de turbulencia. 

-¿En serio tengo que hacer esto? -lo escuche decir por los audífonos. 

Lo voltee a mirar y me rei de él. 

-¿No crees que es un poco tarde para arrepentirte? - me miro mal, aunque eso duro poco cuando una persona del staff se levanto y abrió la puerta. 

-Bueno, espero que estén listos para vivir esta gran experiencia. -Empezó a decir aquel hombre. -¿Quién quiere ser el primero? - pregunto frotándose las manos animados. 

-¡Yo!- se levanto Kat de un salto. 

Ella ya había hecho paracaidismo varias veces y hasta había sacado la licencia para lanzarse sola, solo que no había tenido la oportunidad de hacerlo recientemente. 

-Bien, ¿Estas segura de que quieres hacerlo sola o yo puedo ir contigo? -eso sonó a coqueteo. Mi amiga al parecer por la emoción no se dio cuenta y negó torpemente. - Entonces,  ¿qué estas esperando? - ella literalmente corrió y salto por el helicóptero. 

-Yo quiero seguir. -dijo levantándose Enzo. 

Él parecía menos nervioso que su amigo, pero igual notaba un leve temblor en sus manos. Sin embargo, a diferencia de Kat, él tenia a una profesional en sus espaldas para lanzarse, ya que no lo había hecho jamas y por reglamento del lugar, lo exigen. 

El chico solo le hizo una seña a su compañera y esta se lanzo. Fue divertido ver cómo Enzo se tropezaba antes de saltar y apuesto que escuche un grito. 

-¿Quieres seguir?- me pregunto la chica con la que me iba a lanzar. 

-No, quiero ver primero cómo lo hace él. - señale a Elijah y parecía pálido. 

Él al escucharme negó ferozmente, pero antes de lograr decir algo la misma chica me interrumpió. 

-Propongo algo mejor, -miro a su compañera y esta sonrió. -Lancemonos al tiempo. 

-Suena bien. -dije y me levante. 

Las chicas que nos acompañarían  también lo hicieron, pero él parecía negado a hacerlo. -Vamos jefe, nada va a pasar. - suspire sentándome a su lado. -Ademas, si quieres ser mi amigo tienes que acostumbrarte a mis locuras. 

-Ya no estoy seguro de querer hacerlo. -dijo en voz baja. 

-¡Oh vamos! - me levante y jale de su mano para que él también lo hiciera. -Es bueno salir de vez en cuando de tu zona de confort. -Lo guié para que nos pusiéramos en el lugar que nos correspondía. 

-Juro que me las vas a pagar. -dijo mirando hacia el cielo. 

-Aja, como digas. -mire atrás y las chicas ya nos habían enganchado a ellas. - Cuando quieran. -Solte su mano y Elijah no alcanzo a voltear cuando sentimos que nos empujaban al vacío. 

Creo que grite hasta que mis cuerdas vocales explotaron. La adrenalina que sentí fue la culpable, ademas del vacío que sentía por la caída. Me enfoque en todas las sensaciones que la caída provocaba en mí y 

Definitivamente lo volvería a hacer por el resto de mi vida. 

Me sentí libre, nada importaba, y pude observar la inmensidad del lugar que nos encontrábamos.  ya que estábamos en medio de la nada. Mis compañeros pensaban lo mismo, hasta Elijah. Al parecer la mayoría tenia estrés acumulado y experimentar algo así nos dejo extasiados.

Ahora íbamos camino a un restaurante para almorzar. Ibamos todos en la camioneta de Elijah, nadie hablaba y solo se escuchaba la música que puso Enzo. Mire a Kat y parecía pensativa. Toque su hombro para llamar su atención y que me dijera que le pasaba. 

-¿Qué ocurre?- le pregunte en voz baja para que solo ella escuchara. 

-Nada. -soltó y se volteo a verme. Alce una de mis cejas y ella suspiro. -Me conoces bien. -Agradecía que la música estuviera medio alta para poder hablar apenas. -¿Te acuerdas de el tipo de solo una noche que te comente? - pregunto y asentí confundida.

Hace unas semana había salido sola a un bar solo a tomar porque su folla-amigo ya no quería serlo y se fue con alguien mas. No estaba enamorada pero sí le gustaba, decidió  tomar de más y lo cierto es que despertó en la casa de un desconocido que por suerte estaba en la ducha y escapo. Ella no recuerda nada, excepto la contextura del desconocido. - Creo que estoy loca, pero creo que es él. -señalo al copiloto donde se encontraba Enzo. 

-¿Estas segura? - pregunte sorprendida y ella se encogió de hombros.

-No lo sé, pero desde que lo vi algo me dice que es él. - se puso sus manos en la cara. -Agh! No vuelvo a tomar en mi vida. -se quejo y yo me reí de ella. 

-Creo que no le debes dar vueltas al asunto. -tome una de sus manos para bajarla. -Si es él déjame felicitarte, se nota que le gusta duro. -me reí y ella también. -Si no lo es, deja ir esa noche y sigue con tu vida. Después de todo no es pecado lo que hiciste. 

-Tienes razón. -sonrió y se volvió a acomodar. 

-Bueno, espero que tengan apetito, ya llegamos. -dijo Elijah y yo aplaudí. 

Sí, tengo mucha hambre. 


Nos sentamos en una mesa circular y casualmente Enzo se sentó al lado de Kat. Note que se tenso un poco, pero luego se relajo y alzo la mirada como si nada. Pude ver un poco de diversión en los ojos de Enzo y como empezaba hablarle de la nada. 

Creo que mi amiga tenia razón. 

-Buenas tardes. -escuche atrás de mí una voz familiar que me hizo quedar helada. -¿Les traigo la carta o desean la recomendación del chef? - pregunto cortes. 

Esa voz la podría reconocer dónde fuera, pero no era capaz de voltear y llevarme una desilusión. Me quede callada y como una estatua, no sabia que mas hacer. 

Todos pidieron la sugerencia del chef y yo era la única que faltaba. 

-¿Sof, prefieres la carta? -pregunto Kat mirándome confundida.- ¿Estas bien? -pregunto cuando no conteste. 

-Señorita, ¿quiere que le traiga un vaso de agua?- pregunto el mesero. 

Como en cámara lenta, voltee la mirada hacia el mesero y sentí que algo exploto en mi interior. 

Era él. 

Era Alejandro.

Mi hermano. 

A pesar de que la ultima vez que lo vi tenia quince años, no ha cambiado nada. Unas dos cabezas más alto que yo, cabello castaño largo, ojos color miel y un poco de barba. Una descripción muy general y podría confundirse con cualquiera; pero nadie tenia ese lunar en su mejilla izquierda, que se escondía en su hoyuelo cuando sonreía. 

-¿Marmota?- pregunte con mi voz temblando. 

Él quedo en shock por unos segundos. 

-¿Enana?- pregunto, con la voz estrangulada. 

Asentí sonriendo. 

Él sin pensarlo, se acerco a donde yo estaba y me levanto de la silla para luego abrazarme y darme vueltas como un loco. 


Gracias por leer ❤️


Virgen a los treintaWhere stories live. Discover now