Elijah me miro muy sorprendido.
-¿Estas segura?- fue lo primero que salió de sus labios. -No quiero presionarte, ni nada.
-No me estas presionando, si lo hicieras ya estarías probablemente quejándote por haber golpeado tus partes bajas. -sonreí.
-No respondiste.
-Este... -Mi teléfono sonó en alguna parte.
-¿Es en serio?- pregunto Elijah mirándome burlón.
-Voy a matar a quien sea que este llamando a esta hora. -Elijah alcanzo el aparato y observo confundo la pantalla.
-¿Quién es marmota?- pregunto.
-Mi hermano. Lo voy a matar. -se lo arrebate de las manos y lo puse en alta voz. -¿Por qué llamas a esta hora idiota? -pregunte fastidiada.
-¿Quién te entiende? -fue lo primero que dijo en el otro lado de la linea. - ¿No se supone que allá son las ocho de la mañana? -pregunto confundido.
-Estoy en Nueva York. - resople.
-¿Ya llegaste al apartamento? - pregunto y escuche ruidos de fondo.
-No, estoy con Elijah. -dije pensando en que me estaba buscando.
-¡Usen cordón!- casi grito y luego rio.
-Estas en alta voz. -me reí.
-Hola.-dijo Elijah divertido.
-No me despidas, aun soy muy joven para morir debajo de un puente como un ....
-Ya parale. -dije riéndome. -¿Qué me ibas a decir?
- Este... Es algo privado.- pude oír su incomodidad.
-Jefe, -sonreí y lo empuje para que quedara a mi lado. - es señal de que vayas al baño y relajes a tu amigo. - pude ver que estaba confundido y luego me miro mal. -Es tu culpa por contestar.
Me reí cuando entendió que era una broma.
-Pobre mi cuñis, alias "el jefe supremo". -dijo Alejandro riéndose.
-Yo de ti me callo. -le advertí y pude oír cómo de inmediato su risa paraba.
-¿Aun está ahí? -exclamó. -Lo siento jefecito querido...
-Callate hombre. -se rio Elijah. -Más te vale que cuando vuelva del baño este del humor que te la deje. -se levanto y yo lo mire confundida.
-No prometo nada. -susurro mi hermano.
Él camino a una puerta que estaba justo al lado de su armario. Note que caminaba raro y se acomodaba su boxer...Ahora lo entendía.
-Ya se fue, ¿qué pasa?- pregunte.
- El abuelo llega hoy al medio día.
-Bien, estaré en el apartamento a tiempo para recogerte e ir al aeropuerto. -bostece. -¿Algo más?
-Si. -pauso. -Dijo que este viaje no era solo para visitarme, pero quiso decir nada mas.
Pensé en lo que me dio Elijah.
-Pues solo nos queda esperar y no adelantarnos. -mire al techo. -Tal vez no sea nada grave.
-Sofia...- mi hermano casi nunca decía mi nombre y eso preocupo. -No se si tú también lo sentiste, pero tengo un presentimiento y no creo que sea bueno.
-Lo tuve. -confesé. -Pero no ganamos nada con angustiarnos antes de tiempo.
Oí que suspiro en la otra linea.
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Virgen a los treinta
RomanceDifícil de creer, ¿no? Quién podría creer que una mujer pudiera ser virgen a los treinta años, siendo considerada por la sociedad como alguien hermosa y que debe tener al mundo a sus pies. La verdad ella a no le importaba, no solía preocuparse por...