—Espero te guste, es un espectáculo que raramente solo pasa en este día, es una costumbre reunirnos para verlo.

—Es cursi —dijo el rubio con una sonrisa— Pero me gusta.

—Lo sé.

Sasuke comenzó a caminar evitando pasar por el campo de flores y espantar a las luciérnagas, Naruto no pudo hacer lo mismo, el felino dentro de él estaba activado y quería juguetear a cazar esa pequeñas bolas de luz, Naruto se metió queriendo tomar una en sus manos, pero grande fue su sorpresa cuando varias se posaron en sus pantalones militares, Naruto las admiró, parecían tranquilas, como si no tuvieran miedo de que Naruto fuera aplastarlas.

—¡Ven aquí omega! —gritó Deidara, Naruto asintió, viendo como las luciérnagas volaban fuera de él, Naruto caminó sin ser muy brusco, hasta llegar a donde sus compañeros estaban, pudo notar un pequeño campamento, una fogata y vio a todos los del grupo estar ahí, sonriendo y bebiendo, contando anécdotas o leyendas.

Le recordó una guerra donde había vivido lo mismo con sus antiguos compañeros, los recuerdos llegaron a él con fuerza haciéndole estremecer, en sus manos fue puesta una cerveza fría, se acercó a la fogata dejándose caer en el suelo y comenzando a beber.

Disfrutó demasiado las roncas risas de todos ahí, disfrutó beber con tranquilidad, sentir el calor del fuego, la brisa nocturna, disfrutó reír sin decir nada y ver las estrellas.

Convivir entre alfas... Naruto siempre lo había soñado desde que había ingresado en la milicia, que los alfas lo respetaran como su igual y ahí, sentado en ese momento, lo había conseguido, nadie le juzgaba, nadie estaba a la defensiva.

Cuando la noche avanzó, varios alfas se habían acostado para ver las estrellas, algunos habían quedado dormidos, otros seguían murmurando cosas tan bellas de sus parejas que a Naruto le hubiera dado un derrame si no hubiera conocido a Sasuke e Itachi, sabía que los alfas tenían sentimientos y que no todos ellos eran malos.

Naruto se levantó estirando sus huesos, se acercó a Sasuke que estaba un poco lejos, se sentó a su lado y Sasuke sonrió viéndole con los ojos negros brillosos, su tez tenía un suave rubor en las mejillas, quizá por el alcohol, pero para Naruto, Sasuke nunca se había visto tan bello como en esos momentos, con una sonrisa floja en sus labios rojos y esa mirada relajada.

—Esto fue por tu venida —dijo Deidara cayendo de espaldas acomodándose para dormir y Sai sonrió negando, le dio una palmada en el hombro y antes de alejarse dijo:

—Bienvenido al grupo Jigoku.

Sasuke sonrió suave y Naruto asintió recostando su cabeza en el hombro del alfa, Sasuke acarició con sus manos el frío rostro del omega.

—Estuve pensando —murmuró Naruto y Sasuke dejó de ver el cielo para posar sus ojos en él —En cómo está de jodido todo para los omegas... esa chica... a la que salvé, me recordó algo que no había querido ver, Haku sufrió de ello... —sintió el cuerpo de Sasuke tensarse a la emoción del omega y Naruto trató de no retroceder —Sé que no es un tema...

—Adelante —cortó Sasuke —Yo estoy tan listo para hablar de ello cuando tu estés listo.

Naruto respiró hondo separándose del hombro de Sasuke para verlo a los ojos, recordó el momento cuando él y Sasuke habían tenido aquella charla honesta en el pórtico de la cocina hace unos años, donde decidieron que no era el tiempo para ellos.

—Haku sufrió de abuso desde la guerra, lo imaginé. Imaginé que entró con las mismas expectativas que yo, ser un modelo a seguir para los omegas, ser alguien fuerte y ser figura de protección, pero no lo logró, su odio contra mi fue justificado en muchas razones, conseguí lo que él no pudo, él te amaba... te amaba tanto y fue lo último que le faltó para romperse, yo le quité todo lo que él quería en su vida, Sasuke... ahora le estoy quitando a su hijo, y no se siente del todo correcto, cuando lo tomamos preso me confesó la rabia, el dolor que tenía por la milicia y por cómo yo estaba haciendo lo incorrecto, no se equivocó.

Fiare -Omegaverse-Where stories live. Discover now