Fiare -Omegaverse-

Capitulo 18

Naruto se mordió los labios, algo en él estaba tan inquieto como nunca, pensaba que todo había terminado con Haku pero la sensación seguía ahí, no sabía si era el hecho que Sasuke todavía no volvía.

Trató de pensar en otra cosa pero no había ningún alfa de confianza, Shikamaru aún no regresaba de las oficinas de los agentes especiales.

Se levantó tratando de tranquilizarse, quiso no arrepentirse de no haber ido con ellos pero sabía que había sido un plan estratégico, caminó hacía la cabaña médica, por lo menos podía ver a Gaara y no sentirse tan solo aunque no le gustó cuando vio la puerta entre abierta.

Corrió con rapidez sacando su pistola, la agarró con una mano y no dudó en abrir la puerta con una patada, viendo a Tobi ahí parado a punto de clavarle una navaja a Gaara, este respiraba con fuerza y su cabello desordenado le daba el toque salvaje, tenía varios rasguños cubriendo su cuerpo.

—¡Para! Deja esa navaja en el suelo –demandó y Tobi le vio de reojo.

—No me hagas reír omega –dijo cruel– Jodete.

Y de un rápido movimiento Naruto jaló el gatillo disparando directo a la pierna haciendo que cayera al suelo con un fuerte gruñido, la sangre comenzó a salir sin control.

—Todo ha acabado –se acercó con prisa siempre apuntándole, quitó la navaja con su pie y buscó unas mantas con que poder amarrar al alfa, este gruñó de dolor– Tenemos a Haku bajo custodia.

—Qué...

—Todo ha acabado, ya no tienes por qué matar a Gaara para que no hable, todo su plan fracasó –terminó de atarlo y Tobi realmente parecía perdido. Agarró otro pedazo de tela para hacer un torniquete haciendo que Tobi le gruñera directo a la cara por el dolor causado.

—Maldito seas.

—Sabía que me odiabas pero no a Gaara.

—Eso no tiene nada que ver –ladró.

—¿Por qué le hiciste algo así...?

—El muy estúpido confió en ti, es un estúpido por creer en omegas como tú.

—E-ese o-omega –ambos se sorprendieron al escuchar la voz entrecortada de Gaara– A-acaba de salvar mi v-vida.

Naruto sintió un suave calor apoderarse de su pecho, se sintió bien, se sintió digno de portar con confianza aquel traje de la milicia, era fuerte, era capaz de todo, agarró con fuerza a Tobi haciéndolo caminar, este se removió enojado y adolorido, cayendo al suelo y golpeándose fuerte.

—¡Camina maldición!

Naruto volvió a levantarlo y entre pasos torpes al fin pudo sacarlo de ahí, Tobi se miraba pálido y poco estable, entonces se cruzó con el general Hatake, este le miró y rápidamente fue hacia él, quitándole a Tobi de los brazos, apretándolo con fuerza haciendo que Tobi contuviera un gran quejido de dolor.