Una vida siendo omega no siempre es de agradecer, menos aun cuando estas en las fuerzas militares de Japón.
Naruto un omega capacitado, decide entrar de forma voluntaria a un campamento donde su vida sera un infierno, solo para demostrar que los ome...
Hola, soy yue-sama hablando, quería pedirte que, si eres FAN de la historia y si te gusta mi FORMA DE ESCRIBIR, por favor quédate hasta el final de la historia, pase lo que pase, RESPECTO AL CAP, si no te gusta por favor abstente de leer más, se sabía que se harían cambios.
Lo siento mucho por esto antes del cap, pero he aprendido a advertir antes para así no recibir comentarios negativos, lo aprendí a la mala y no quisiera que pasara aquí.
Sin más espero les guste.
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Dos años y medio después.
Naruto suspiró viendo la carta en sus manos, el trabajo duro que había hecho durante estos años estaba dando sus frutos, era un camino largo y costoso pero todo comenzaba a valer la pena.
En sus manos tenía una carta donde le notificaban el ingreso de 30 omegas a la escuela militar. Era un gran avance, los omegas comenzaban a tener confianza, si bien eran pocos, era el comienzo de un largo camino, desde que la noticia había salido al público, todo se había complicado, hubieron muchos desacuerdos, tanto en la política como en la milicia en rangos superiores.
Hubieron disturbios de omegas que quisieron sobresalir y habían sido asesinados, tal como Haku había dicho, pero Naruto fue más valiente y soportó la carga por mucho tiempo, con ayuda de algunas personas influyentes abrió instituciones para los omegas desprotegidos.
Con ayuda de Shikamaru abrieron una operación en búsqueda de omegas desparecidos y de omegas explotados en trabajos sexuales.
Omegas secuestrados y lastimados, al principio no hubo apoyo, tardaron varios meses, pero cuando todo comenzó, fue como un torbellino que nunca pararía, hasta este momento Naruto tenía un albergue lleno de omegas en recuperación, tenía abogados alfas dispuestos a luchar por las leyes de los omegas, todo un proceso nuevo para todos lo omegas en Japón.
Si bien los primeros años habían sido puro sacrificio –ya que fallecieron muchos omegas– y lo lamentaba mucho en su alma, sabía que tenía el futuro asegurado para los omegas por nacer, para los pequeños que revoloteaban en su infancia, podría perder a más jóvenes omegas pero era un sacrificio duro que estaba dispuesto a tomar, por el futuro de todos.
Y si él tenía que sacrificarse para que esto se diera también lo haría, Gaara había sido un pilar fuerte en su vida diaria.
No lo hubiera pensado nunca, pero el alfa había ayudado tanto como podía, y ahora instruía a los omegas en el campamento, y de él era la carta que leía.
Estaba orgulloso, sentía en su pecho desaparecer un nudo, estiró su cuerpo viendo el cielo y sonrió, se levantó y decidió ir a comprar lo necesario para su comida, ahora tenía una vida pacífica, después del campamento decidió apartar su vida de militar para poder avanzar y luchar, se le reconocía pero no estaba metido directamente, no estaba en las oficinas, no estaba en los mandos, no estaba en batallones y no había guerra que enfrentar, estaba libre de todos cargos hasta que nuevamente fuera llamado a servir.
