Una vida siendo omega no siempre es de agradecer, menos aun cuando estas en las fuerzas militares de Japón.
Naruto un omega capacitado, decide entrar de forma voluntaria a un campamento donde su vida sera un infierno, solo para demostrar que los ome...
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—Estaba lastimado, lo necesitaba.
Y eso pareció romper la burbuja de posesividad, ya que sSasuke paró y se acercó de inmediato a su cuerpo, mirando con cuidado sus caderas, los golpes que ya no estaban más, tampoco había señal del violento celo de Sasuke, el venado había ayudado a su recuperación, se sentía como nuevo, con muchas energías, listo para continuar.
—Tenemos que hablar –volvió a sonar serio y Naruto asintió tratando de guardar la calma pero si decía algo que no le gustara seguro lo golpearía —¿Por qué estabas en la cabaña? ¿Cómo diste con ella?
—Estaba buscando a Shikamaru y Kiba, pero me tope con la cabaña y recordé que estaba ahí...
Tarde se dio cuenta de sus palabras, quiso golpearse la cabeza al ver como Sasuke levantaba las cejas en modo de confusión y sorpresa.
—¿Cómo demonios sabías que yo estaba ahí? –No había enojo en su voz, su cara estoica volvió a aparecer —No me mientas.
—B-bueno –Se puso nervioso, ¿Qué tan mal se escucharía si decía que había espiado a Sai y Deidara...? De hecho, muy mal. Tragó grueso retrocediendo, Sasuke frunció el ceño y se acercó acorralándolo, las pieles volvieron a tocarse, haciéndole estremecer.
—Dime la verdad –Sus ojos fijos en él, Naruto no pudo mentir
—Lo escuché mientras el capitán y el comandante hablaban con la doctora.
Sasuke permaneció en silencio por un largo rato viéndolo, quizá queriendo descifrar la respuesta a la pregunta que venía a continuación.
—¿Y decidiste ayudarme en el celo por? ¿Tú buena voluntad?
—¡¿Qué pretendes?! –Alzó la voz al notar la ironía en la voz del alfa– ¿Crees que quería un buen revolcón, es eso?
—Si no es así, no lo entiendo... ¿Qué quieres omega? ¿Querías quedar preñado de mi para hacerte más fácil el camino por aquí?
Naruto sintió a su bestia vibrar, quiso golpearlo, pero sabía que con palabras era suficiente para destruirlo. Se deslizó y caminó hasta su pequeño buro donde tenía sus cosas, y sin mas puso el tosco anillo de oro en su dedo, y miró a Sasuke a los ojos.
—El único que puede preñarme –dijo fuerte y a la defensiva —Es mi prometido, no usted coronel Uchiha, lo que pasó entre usted y yo, fue claramente instintos, algo que seguro no volverá a pasar.
Sintió el aire cambiar, sasuke apretó los puños rabioso y Naruto supo que había ganado esa batalla.
—Es mentira, no tienes prometido...
—No tengo porque informarlo, si fuera así, nadie me hubiera tomado en serio, no entre aquí con el favor de mi alfa, me lo gané por mis propios méritos.
