Capitulo 37

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—¿Te siguieron? —preguntó Naruto al ver como Sasuke salía de las sombras

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—¿Te siguieron? —preguntó Naruto al ver como Sasuke salía de las sombras.

—No, claro que no... sabes que no dejaría que nadie me siguiera.

Naruto se dejó caer en el suelo, viendo las estrellas, estaban lejos del campamento, lo habían citado en ese lugar, lo único era que no tenía que dejar que nadie —los superiores, ni los cadetes— se enteraran y los siguieran.

Naruto había esperado a Sasuke para poder seguir con su camino.

El alfa tomó su mano fría, lo ayudó a levantarse y comenzaron a caminar, Naruto se dejó llevar sintiendo el calor de su compañero, esos días habían andado de una forma sigilosa y lo más tranquilos que podían, quizás los primeros días, Naruto aún sentía resentimiento contra Sasuke por el tema de Itachi, pero según los días pasaron, él se sintió mejor y se permitió tener pequeños momentos donde Sasuke también se había permitido sonreír y darles algunas pequeñas caricias.

Y ahora estaban ahí, a mitad de la noche, caminando en el bosque, guiándose por una brújula y las estrellas, Naruto confiaba en Sasuke, se veía confiado y tranquilo.

—¿Puedo saber a dónde me llevas?

—Es una sorpresa, es normal que lo hagamos con los novatos.

—¿Qué? —preguntó– ¿Me voy a tener que defender si me quieren pegar?

—Eso no pasará omega —aseguró Sasuke viéndolo a los ojos.

—Seguro, si no tendrían que recuperar su orgullo lastimado al verse vencidos por un omega.

Sasuke apretó su mano y Naruto sonrió, su vista era tan buena en la oscuridad como su leopardo, podía ver con claridad cada aspecto en el bosque, y tenía que admitir que tenía su encanto.

Caminó sintiendo el rocío de la noche, mojar su piel, su olfato se llenó con tierra húmeda y los suaves sonidos de la naturaleza, grillos, y el aleteo de las aves, al fondo el suave correr del riachuelo, los lechos de musgos recorrer viejas raíces, los troncos viejos mugían al moverse con el viento suave.

Sasuke jaloneo un poco más, sacándolo de sus pensamientos y lo vio arriba en un camino empinado de rocas, con ayuda del alfa subió, y ambos continuaron su camino con cuidado, Sasuke le dejó ir de primero para cuidarle si en algún momento ponía mal el piel y se deslizaba, Naruto vio hacia el final del camino, se miraba el cielo completamente estrellado, y podía escuchar unas suaves risas, supuso que habían llegado, sintió la mano de Sasuke posarse en su cintura para darle el último empujón.

Naruto se quedó sin palabras, era un lugar hermoso, un lugar alto y plano, parecía estar en la cima de alguna montaña o cerro, estaba lleno de flores pequeñas y delicadas, de ellas salían luciérnagas, iluminando toda la noche.

—Son hotarus, hotarus —gritó Sai a lo lejos.

Sasuke sonrió y Naruto admiró un poco más, era como ver miles de estrellas flotando cerca de sus pies, moviéndose suavemente y parpadeando, la luna iluminaba un poco y todo en ello se sintió mágico, nunca había podido tener un momento así.

Fiare -Omegaverse-Where stories live. Discover now