Una vida siendo omega no siempre es de agradecer, menos aun cuando estas en las fuerzas militares de Japón.
Naruto un omega capacitado, decide entrar de forma voluntaria a un campamento donde su vida sera un infierno, solo para demostrar que los ome...
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Lo fulminaba con la mirada como si de verdad no valiera nada, no quiso retroceder, él no había hecho nada malo.
Por poco su omega echaba la cabeza en sumisión, pero él no... Algo dentro de él se encendió rabioso, no iba a soportar que le dijeran algo que no era su maldita culpa, Sasuke pareció notarlo, pero lo único que hizo fue resoplar, comenzando a alejarse de ahí.
—Lección número uno, nunca dejen a un compañero—gritó con fuerza viéndolos a todos. Los alfas se intimidaron de inmediato, unos bajaron la cabeza. — Herido o no, no lo dejen, ¡es cuestión de honor! Nuestros ancestros lo practicaron ¿Acaso no saben de los samuráis? ¿Acaso la sangre de nuestros ancestros no corre por sus venas?
—Sasuke—habló Deidara, tratando de decir algo, pero este hizo un ademan de absoluto dominio.
—¿No me responderán? —vio fijo a Gaara. — ¿No saben lo que hacían los samuráis del mismo clan, cuando sabían que una batalla estaba perdida y no querían ser capturados por el enemigo?
—Preferían que sus vidas fueran tomadas por sus mismos compañeros antes que el enemigo, así mantenían el honor.
—Exacto—bramó— ¡Nunca se dejaban atrás!
Naruto vio hacia Gaara casi queriendo sonreírle como un diablo, pero el pelirrojo le miraba con odio, la rabia en su expresión asustó a su omega, no podía creer; que tan rápido se había ganado un enemigo —uno de verdad— Trató de controlar el fuerte escalofrió que le recorrió el cuerpo.
—No dejen a nadie aun cuando este solo sea un omega— bramó— En sus ocupaciones diarias no tendrán que lidiar con un omega fanfarrón que piensa que puede ser igual que un alfa, misma fuerza, misma capacidad, misma destreza, pero por ahora aguanten—gruñó y Naruto se encogió al saberse tan mal descrito por el coronel.
Se dio la vuelta siendo seguido por sus altos mandos, y todos ahí se quedaron quietos, desconcertados sin una orden que seguir, cuando el ambiente comenzó a ser más ligero, alguien quiso ayudar a Gaara a levantarse, pero este lo empujó fuera de su cuerpo levantándose por su cuenta.
Se acercó intimidante hacia el rubio omega y Naruto retrocedió; torciendo su pie al caer por una zanja de tierra, gimoteó en dolor y Gaara solo sonrió cruel.
—Sí, hare lo que dice mi coronel—dijo suave y muy ronco—Aguantaré hasta que te vayas llorando como el omega que eres.
Y se fue siendo seguido por varios alfas entre ellos Tobi, Naruto bajó la cara avergonzado, había sido el protagonista una vez más, había tocado tantas veces la tierra. Gimoteó tratando de sacar su pie, su cuerpo dolía, su cabeza dolía, su cadera dolía, llevo su mano a la cara sabiendo que tenía sangre fresca escurriendo por su herida.
Entonces sintió unas manos jalarlo de la cintura, se contuvo de reclamar o decir algo inapropiado cuando se dio cuenta que Sai le miraba atento, se guardó todo lo que tenía por decir, Sai le miraba casi serio, pero había algo más en su mirada.
