Una vida siendo omega no siempre es de agradecer, menos aun cuando estas en las fuerzas militares de Japón.
Naruto un omega capacitado, decide entrar de forma voluntaria a un campamento donde su vida sera un infierno, solo para demostrar que los ome...
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Su piel se erizó por completo viendo la oscuridad rodear todo aquel bosque, su nariz olfateó una pisca de pecado, y no pudo evitar sentir el nudo en su vientre, la luna y apenas se miraba escondida por las nubes dando la oscuridad en aquel lugar, comenzó a caminar con cautela, no queriendo alerta a nadie, se movió glacial hasta llegar a la cabaña, se pegó a la madera y busco señales de alerta, rodeó la cabaña hasta llegar a la entrada, tragó fuerte, sus manos comenzaron a sudar.
Y no fue mucho hasta sentir el espeso olor al alfa, su boca se apretó y trató de no gemir, el olor concentrado se filtraba por aquella simple puerta de madera, ¿cómo demonios Sasuke no había botado una simple puerta de madera para salir de ahí?
Quiso retroceder, pero sus piernas no se movieron, su corazón comenzó a latir con fuerza, sus ojos se agudizaron para poder ver en la oscuridad y sus orejas captaban cualquier ruido extraño, posó su mano para abrir la puerta, solo necesitó un suave empuje para abrirla, y quedo petrificado.
La luna salió tras las nubes dejándole ver una escena comprometedora, un pequeño omega montaba a Sasuke, los gruñidos eran casi dichos sin voz, sin aliento, pasó tan rápido que no pudo identificar a la persona, ya que esta al verse descubierta salió corriendo con rapidez en su forma de animal, golpeándolo, Naruto jadeó sin comprender nada, siguiendo con su ojos felinos a la pequeña bestia que había saltado, era un gato montés que se perdía en los arbustos.
Su piel se erizó y su mirada regresó al interior de aquella cabaña al mismo tiempo que unas cadenas se tensaban y Sasuke casi le caía encima enseñando los colmillos afilados y sus ojos inyectados en dorado.
Sus garras estaban frente a su cara queriendo agarrarlo sin poder por la cadena que lo retenía del cuello, Naruto tragó grueso y su corazón se paralizó.
El pelo le caía desordenado por la cara, sus orejas estaban a la vista y sus ojos era completamente salvajes, estaba en fiare, perdido en la bruma de su celo.
El alfa se hizo para atrás, sentándose en una esquina semi desnudo apretando sus músculos mientras gruñía dolorosamente, Naruto se le estrujo el corazón al verlo ahí todo lastimado y débil, apenas y levantaba la cabeza y el vaho salía de su boca, su piel tenía gotas de sudor bajando por su cuerpo, y los pequeños lamentos saliendo de su boca le daban una terrible escena.
Ese era el motivo porque Sasuke no podía salir de la cabaña, lo habían encerrado y encadenado del cuello, no podía cambiar a su bestia porque podía ahorcarse, y tampoco podía correr porque también podía ahorcarse, y no tenía todos los sentidos como para ingeniar como quitarse la cadena.
Naruto dio un paso hacia adelante, alertando al alfa que le miró fijo, sus garras aruñaron la madera sintiendo la impotencia de no poder tenerlo, la puerta se cerró y eso fue todo para sacarlo de su burbuja, realmente se dio cuenta de lo que estaba haciendo, las feromonas de celo eran tan fuertes ahí adentro que sus piernas temblaron, pero una parte de el no pudo dar la vuelta e irse, necesitaba estar cerca de ese alfa.
