Epílogo

1.8K 185 101
                                    


Sus manos rozaron la tierra entre el césped crecido, como si las capas de tierra no le privaran del tacto que él necesitaba, sus ojos no derramaron su dolor, su voz calló los lamentos, el tenue sol golpeó en su cara, suspiró soltando el fantasma del pasado entre sus temblores.

Sus manos querían desgarrar la tierra, suprimir la punzada que tenía en su interior, jugueteó con las flores en sus manos, y cuando se pensó lo suficiente fuerte, las puso en la lápida, una gran y brillante lápida decorada y conmemorada por el héroe de esos tiempos.

Kakashi había logrado muchas cosas en su estadía en el mundo, y su lápida era realmente honorable, el omega se vio gratamente sorprendido por el lugar, le habían dado lo que se merecía y mucho, mucho más, aún dolía como si hubiera sido tan solamente ayer.

Se recostó por un momento en el césped, teniendo una mano cerca de la lápida, y suspiró viendo al cielo, si de verdad existe algo como el más allá, un lugar donde se reunían las almas y estaban con dios, esperaba que sus padres hubieran recibido con los brazos abiertos al hombre que le cuidó...

Cuando vio el cielo comenzar a convertirse en un azul tierno, listo para romper la oscuridad de la madrugada con colores naranjas y rosados, se levantó, las estrellas hace rato le habían dicho adiós en un silencio mudo.

Vio por última vez ahí donde descansaba su tío, y aunque el corazón se le hizo pequeño, supo que nada podía hacer, más que honrar su memoria por el resto de su vida, tal como lo hacía con sus padres.

Sus piernas flaquearon y temblaron todo el camino de vuelta a casa, aún cuando perfectamente había podido ir en carro, se había auto castigado a sí mismo y había decidido caminar, se arregló más la capucha en su cabeza, la tristeza le bailaba a su alrededor como una fina dama de la noche con sus fríos pasos acompañándolo.

Luego de un tiempo y una larga caminata pudo ver el lugar donde se estaban quedando momentáneamente, la puerta se abrió rápidamente y su corazón se llenó de calidez, ambos alfas estaban esperándolo, parecía que el sueño se había borrado de sus caras, quizás se habían asustado al no encontrarlo en el nido, pero Naruto sabía en su interior que necesitaba hacerlo solo.

Caminó decidido hacia ellos, ambos parecían aliviados y lo que más le enterneció el corazón fue ver la mirada llena de amor y calor que ambos le brindaron, no podía pedir mejores parejas, ambos habían sido la pieza faltante que no tenía en sí, Itachi alzó su mano listo para sostenerlo.

Y la tristeza por fin comenzó a ceder, sabía que tenía un futuro por delante de él, el pasado tenía que mermar, tenía que ser aplacado y no derrumbarse.

"Así es la vida" se recordó.

Nunca era justa, en muchas partes de ella, siempre era como jugar al azar, unas vidas son mejores que otras, otras eran tristes y llenas de dolor, otras solamente existían pero...

Así es la vida.

Aunque en el pasar de las semanas sus heridas habían sanado, las cicatrices emocionales que guardaba en su piel y su alma siempre le acompañarán, como algún día Sasuke le había dicho, las cicatrices demostraban que seguía vivo y Naruto siempre sería un alma que lucharía sin importar nada.

Sasuke besó sus mejillas con suavidad, buscando disimuladamente si tenía alguna herida o malestar.

Itachi fue más tranquilo, besó su sien y poco después su gran mano viajó hacia su vientre.

Un pequeño vientre que comenzaba a dejarse ver, el botoncito que llenaba su piel, ronroneó sintiéndose protegido y amado, se dejó llevar hacia el nido, donde se removió buscando una posición cómoda, Sasuke se puso al frente acariciando sus cabellos, Naruto admiró su expresión dura, sus mejillas pálidas y labios rojos, se dejó abrazar por Itachi desde atrás, besando su marca y ronroneando, haciéndole dormir, Naruto agradeció que no le preguntaran, agradeció el apoyo mudo y la comprensión.

Fiare -Omegaverse-Where stories live. Discover now