-Suspiró-Es que yo... No puedo evitarlo.

-Bebé, escucha. No puedes enojarte por cosas como estas, sabes bien que a veces no estaré contigo, pero eso no significa que no te ame o que no me muera por volver a tu lado y mimarte. Eres mi bebé, siempre voy a darte atención, pero también necesito tiempo para mí, así como tú cada vez que sales con tus amigos.

-Ya lo sé-hizo un puchero-Pero cuando hyung me deja por otros chicos mi corazoncito quiere reclamar a hyung como mío.

-Lo besó-Amor, eres un niño mimado que quiere mi atención las 24 horas del día.

-Se sonrojó-Si lo dices así me haces ver como un tonto egoísta-bajó la mirada.

-Negó-Después de todo soy yo quien te mima en exceso ¿no es así?

-Lo miró.

-Ven acá.

Jimin se acomodó en el regazo de su novio y aún con las mejillas sonrojadas, se dispuso a escuchar lo que Yoongi quería decirle.

-Minnie fue malo y Yoonie no puede premiarlo por eso.

Al instante los ojitos del menor se llenaron de lágrimas y un puchero se formó en sus labios. Ante esto, Yoongi quiso besarlo sin parar, era simplemente adorable.

-Minnie sabe que estuvo mal, ¿verdad?

-Asintió.

-Y que por eso hyung no puede darle mimitos ni besitos.

-¡Yoonie!

Sus manitos formaron dos puñitos con los que golpeó suavemente el pecho del mayor repetidas veces. Yoongi lo detuvo sujetando sus muñecas y en respuesta solo consiguió que Jimin se comportara aún más como el bebé que era. Comenzó a quejarse y algunas lágrimas resbalaron por sus mejillas. Movía sus manitos desesperado en un intento por soltarse del agarre del mayor y al no conseguirlo comenzó a saltar suavemente sobre el regazo de su novio.

-Park, detente ahora-dijo Yoongi con voz grave.

Al escuchar su voz y ver lo serio que era el rostro de Yoongi, Jimin se detuvo y bajó su mirada avergonzado. Estaba nervioso y comenzó a jugar con sus manitos mientras pensaba en cómo hacer que su hyung no lo regañe.

-Suspiró-Definitivamente eres un niño malo.

-H-hyung...

-Shh-le pidió silencio-¿Qué debería hacer contigo?

-Lo miró-M-mimitos.

Yoongi se acercó a él lentamente y Jimin estaba feliz de saber que finalmente su novio iba a besarlo. Sin embargo, antes de que sus labios se unieran, Yoongi se detuvo y sonrió.

-Los niños malos no reciben recompensas.

-Hizo un puchero-Yoonie, por favor-dijo acariciando el pecho del mayor.

-Se alejó-Me temo que Minnie no va a recibir mimos hoy.

-Yoonie-se quejó-Por favor, por favor-rogó.

-Sonrió.

-Te necesito.

Aquellas palabras fueron un golpe para el mayor, pero debía ser fuerte, esta vez él ganaría.

-Dije que no, Minnie está castigado.

-No-dijo molesto-Minnie quiere besitos.

-Y yo ya dije que no los tendrá.

Jimin comenzaba a perder la paciencia y un nuevo berrinche se acercaba. Frunció el ceño, se cruzó de brazos e hizo un puchero. Yoongi sabía lo que venía y aunque le parecía adorable y gracioso ver a su bebé molesto, no se rendiría ante él.

Golosinas «y.m.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora