Golosinas «y.m.»

Hyungs y mochis.

-¿Te traigo algo, hyung?
-Café, por favor-respondió Taemin.
-De acuerdo-sonrió.

Jimin salió del salón rumbo a la cafetería, pero se detuvo a ayudar a un chico que estaba recogiendo muchos papeles del piso, probablemente porque tropezó y se le cayeron.

-Muchas gracias-lo miró-Oh...
-Sonrió-No es nada-respondió-Deberías tener más cuidado.
-Sí-se puso de pie.
-Lo imitó-Aquí tienes, ¿eres de la facultad de medicina?-preguntó luego de ver el contenido de los papeles.
-Sí-sonrió-Voy a graduarme pronto.
-Oh, eso es genial-sonrió.
-Me llamo Kim Yun Ho.
-Mucho gusto, soy Park Jimin.
-¿Jimin?-preguntó-¿Acaso nos conocemos? Tu nombre me parece conocido.
-Sonrió-Dudo que nos conozcamos, hyung-respondió-Soy de la facultad de artes.
-Eres un artista-sonrió-¿Eres músico?
-Bailarín-contestó.
-Oh, por tu físico creo que es obvio.

Jimin no sabía a que se refería, así que solo rió incómodo.

-Oh, es que... Quise decir...-intentó explicarse-Te ves m-muy s-saludable y con b-buena figura-se sonrojó.
-Oh-rió-Gracias, Yunho hyung. Se ve que tu también estás en forma, ¿haces ejercicio?
-Asintió tímido.
-Hmm...¿vas a la cafetería?-preguntó.
-Sí, ¿tú también?
-Sí, vamos.

Ambos caminaron en silencio hasta la cafetería,  hicieron sus pedidos y charlaron hasta que les entregaron sus bebidas.

-Fue un gusto conocerte, hyung. Debo volver a clase.
-Oh, sí, claro-respondió-P-pero...Hmm-rascó su nuca con nerviosismo-¿Crees que... podrías darme tu número?
-Bueno...
-E-es que me agradaste mucho-respondió-Me gustaría que s-seamos amigos.
-Sonrió-Está bien, hyung.

El menor le pasó su número y se despidió con una sonrisa. Al llegar al salón le entregó a Taemin su café y le contó lo ocurrido.

-Jimin, no deberías darle tu número a cualquier persona.
-Pero Yunho hyung fue muy amable.
-Suspiró-Le gustaste, Jimin.
-Claro que no, dijo que quería ser mi amigo.
-¿En serio le creíste?-respondió-Jimin,
-Se ve como alguien sincero.
-Jimin-ah-suspiró-¿Por qué eres tan inocente?
-Hyung-hizo un puchero.
-¿Acaso no aprendiste nada después de lo de Dowoon?
-Bueno...
-Ten más cuidado, por favor. De verdad eres como un bebé.
-No soy un bebé, hyung-se quejó-Solo me gusta ver el lado bueno de las personas.
-¿Eso te resultó bien con Dowoon?-se cruzó de brazos.
-Si hay gente mala, pero...
-Ese tal Yunho podría serlo.
-¿Cómo lo sabes?
-¿Cómo sabes que no?
-¡Yah! Mejor prestemos atención a la clase.

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Jimin abrió los ojos y miró a su alrededor. Se había quedado dormido en el pasillo esperando a que Yoongi saliera de clase. Pudo ver a algunos estudiantes de medicina pasar y se acomodó en su lugar. Miró la hora y se dio cuenta de que eran casi las cuatro, hora en la que finalmente vería a su Yoonie. Buscó su mochila y dentro de ella encontro una cajita rosada con dibujitos adorables. En cuanto la abrió encontró Mochis, se veían deliciosos. No pudo evitar sonreír y entonces decidió leer la nota con la que venía.

Espero estés teniendo un lindo día, quería regalarte estos mochis porque me recordaron mucho a ti. Disfrutalos y sonríe. Me gusta tu sonrisa.

Jimin se sintió halagado, fue un gesto muy adorable, pero ¿a quién debía agradecerle? No traía ningún nombre.

-¿Minnie?
-¡Yoonie!-se puso de pie.
-Podrías haberme esperado en otro lugar, bebé.
-Hizo un puchero-Quería verte apenas salieras.
-Sonrió-¿Qué traes ahí?
-Oh-le entregó la caja-Alguien lo dejó en mi mochila.
-¿Un admirador?-preguntó mientras leía la pequeña nota.
-No lo sé, pero me pareció adorable.
-Suspiró-¿Por qué todos caen por ti?-se quejó.
-Yoonie-cogió su mano-Yo soy solo tuyo.
-Dile eso a tu admirador-se cruzó de brazos.
-Sonrió-Si pudiera se lo diría.
-Comete los mochis y vamos a casa-dijo desanimado mientras comenzaba a caminar.
-¡Yoongi-ah! No te molestes, solo fue un detalle-lo siguió.
-No estoy molesto-respondió-Solo... no quiero que nadie crea que tiene oportunidad contigo, ya me tienes a mí.
-Yoonie, no seas celoso-rió-Sabes que sin importar a quien le guste, yo siempre voy a ser tuyo, ¿de acuerdo?-besó su mejilla-Eres la única persona con quien quiero estar.

Yoongi sonrió y no dijo más hasta que llegaron a la pastelería, donde se sentó a comer algo mientras Jimin cumplía con su trabajo.

-¿Por qué tienes que ser tan perfecto, Minnie?-habló consigo mismo-Es estresante tener que soportar a los demás siempre intentado algo contigo-suspiró-Quisiera encerrarte en una cajita y alejarte de todos.