The Girl On Fire (En edición)

Capítulo 26

Antes de que Katniss diga algo la tomo del brazo y ella se voltea.

—No lo hagas, lo prometiste.

Cuando papá había muerto le había hecho prometer no ofrecerse como tributo si llamaban a mi nombre, gracias a eso yo fui tributo hace dos años.

—Esa promesa se acabó el día que tú entraste a la arena—dice enojada—. Además, es a mí a quien quiere muerta.

—Katniss...

Me mira, suplicándome que la suelte y lo hago.

—Me presento voluntaria como tributo—dice y camina ocupando su lugar al lado de Effie.

Effie, trata de hacer eso algo bueno, como hace un año cuando Katniss se presentó voluntaria por Prim. Después se dirige hacía la urna de los hombres, le cuesta un tiempo sacarlo, pero no tanto como nosotras. Toma un papel y camina de regreso hacía el micrófono.

—Haymitch Abernathy—dice.

Antes de que pueda decir algo Peeta da un paso adelante y dice:

—Me presento como tributo voluntario.

Genial, los que teníamos que ir para que ellos vivieran salen. Volteo hacía Haymitch, tiene una mirada triste y me sonríe. Yo no puedo devolverle la sonrisa. Yo tenía que proteger a Katniss, por mi culpa había entrado a los juegos.

Meten a Peeta y a Katniss al Edificio de Justicia. Yo empiezo a bajar los escalones para ir hacía mamá y Prim, pero un agente de la paz se interpone frente a mí, trató de esquivarlo pero él no me deja pasar, no dudó en lo que voy a hacer: Lo empujo, tirándolo, cuando está apunto de levantarse lo pateo. Empiezo a correr hacía mi madre y le entregó una carta que había hecho para ella y para Prim. Unos agentes de la paz me toman y me llevan a rastras hacía un coche, en él se encuentran Effie y Haymitch.

—Pensé que ya habías aprendido a controlar la ira—me dice burlón.

—Mira quien lo dice—le respondo.

—Dejen de pelear—interviene Effie—. Que bien que estés de regreso Carly—me dice sonriendo, una sonrisa triste.

—Gracias, es un gusto volver a verte—digo y la abrazó.

Me sonríe. El coche nos lleva hasta la estación del tren, no hay cámaras ni gente esperando. Bajamos y nos acercamos hacía Katniss y Peeta, rodeados de agentes de la paz, por lo que noto soy la que lleva más agentes de la paz alrededor.

Se apresuran a meternos en el tren y cierran las puertas. Las ruedas empiezan a girar. Katniss se va hacía una ventana y se queda mirando. Me acerco a ella y le tomo la mano. Ella voltea y me sonríe, seguramente no logro despedirse de mamá ni de Prim, ahora la única familia que le queda aquí soy yo.

Nos quedamos así hasta que no vemos más que bosque. Ella no logro despedirse, aunque sea yo logre darle la carta, pero ella no.

—Les escribiremos cartas, Katniss—dice Peeta detrás de nosotras—. Así será mejor, les dará algo nuestro a lo que aferrarse. Haymitch se las hará llegar si... si hace falta.

Katniss asiente. Se suelta de mi agarre y se va a su habitación.

No sé qué hacer, quiero hablar con ella, pero con el carácter que tiene no sé cómo vaya a reaccionar. Voy hacía mi cuarto. Tomó la mochila, sigue teniendo lo mismo que tenía. Como no quiero estar encerrada salgó hacía donde me encontraba hace un momento y me siento en uno de los sillones. Alzó la vista hacía el paisaje que tengo enfrente, se ve tan hermoso y entonces recuerdo la cámara, la sacó de la mochila y tomó una foto.