Capítulo 18

2K 141 9
                                    

Despierto por la llamada de Nora, seguramente estaba gritando otra vez. Desde el anuncio del vasallaje regresaron otra vez las pesadillas, que al fin después de un año y medio habían cesado.

—Voy, voy—dije protestando.

Cuando abrí los ojos vía Kendall recargado en la puerta.

Ahogué un grito.

¿Qué le pasaba? Estaba en camisón, odiaba estas cosas eran tan finas que no sentía que cubrieran mucho.

— ¿Qué haces aquí? —pregunte.

—Vengo para que empieces a entrenar.

— ¿A esta hora? —pregunte al darme cuenta de que era temprano.

—Sí.

Suspire.

— ¿Y qué me pongo?

—Esto—dijo dejando una bolsa en la cama.

—Ok.

Me levante, tome la bolsa y entre al baño. Abrí la bolsa que contenía ropa deportiva y zapatos deportivos. Me lo puse y me recogí el cabello en una trenza.

—Listo—dije saliendo del baño.

—Vámonos.

Kendall abrió la puerta y la sostuvo hasta que yo salí, cuando salió la cerró detrás de él.

— ¿Qué hacemos? —pregunté.

—Vamos a calentar y luego a correr.

Asentí.

Ya no trataba de convencerlo para que me sacara, esperaba que con el tiempo se hartara de mí y me dejara ir. Eso esperaba.

Al salir Kendall me indicó qué hacer.

Primero calentamos, para estirar los músculos y después empezamos a trotar, no era mucho trabajo pero estaba bien para empezar. Note que también algunos soldados estaban entrenando, sin playera. Me preguntó como ¿no tienen frío o qué?

Corríamos sin hablarnos, había decidido que fuera así, ya no quería pelear con él.

—Ya, para—dijo deteniéndose.

No estaba segura de cuánto tiempo habíamos corrido, pero ya me sentía exhausta y sudada, además de todo.

Empezamos a tomar aire.

—Ve a bañarte, en la tarde voy por ti.

—Claro—dije y di media vuelta.

Me tomó del brazo y me giró. Antes de poder evitarlo, me beso. Estaba a punto de dejarme llevar, no sé qué influencia tenía en mí que me hacía sentir así, pero recordé lo que me prometí. No le podía hacer esto, no a él.

—Kendall no... —susurre—. Suéltame.

Se separó de mí, dolido.

—No me vuelvas a besar, por favor—le suplique a punto de llorar.

Cuando me soltó, salí corriendo.

No quería que él me odiara, pero tampoco quería ilusionarlo cuando posiblemente no regresaría.

Fui a bañarme, deje que mis doncellas hicieran todo por mí. Después baje a desayunar.

Entre al comedor junto con otras chicas. América y Kriss me saludaron, y yo a ellas.

Cuando volteo a ver a Kendall me arrepiento de haberlo hecho. Tenía la mirada clavada en su plato y jugaba con la comida.

Regreso la mirada a mis compañeras y no vuelvo a voltear en dirección a Kendall.

The Girl On Fire (En edición)Where stories live. Discover now