Capítulo 41

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El Presidente Snow.

—Es un gusto volverla a ver.

Pues por mi parte no.

— ¿Al parecer estaba sola, no es así? Me pregunto en donde estará su mentor.

—No tengo idea—contesto al notar el tono de su voz—. Él se fue sin decírmelo, aunque lo más seguro es que este con los mentores de los otros.

— ¿No lo sabe? No puedo creer que los dejaran a su suerte.

— ¿De qué habla?

—Plutarch Heavensbee y Haymitch Abernathy han robado un aerodeslizador, además de que han sacado a tres tributos de la arena, entre ellos Finnick Odair, Beetee y... su hermana—dice con una sonrisa.

Lo miro confundida, haciendo que su sonrisa se ensanche.

—Con esto ya empezado la rebelión señorita Everdeen, y por lo que supongo usted tiene mucha información sobre esto.

—Yo no sé nada—digo, aunque es por impulso.

Se me queda viendo, serio. Después asiente, y lo único que siento es un golpe fuerte en la nuca, otra vez me han golpeado. Caigo al piso y me pongo una de las manos en la cabeza. Cuando me trato de poner de pie de nuevo ciento un pie en la espalda antes de que devuelva al suelo, al instante otro agente me golpea en las costillas.

Empiezo a toser, cuando abro los ojos veo un poco de sangre. Me estremezco.

—Señorita Everdeen, pensé que usted era la más sensata de las dos, y eso quiere decir que esperaba más de usted.

Levanto la mirada, pero esta vez es una mirada de odio y repugnancia. Las cosas que siento hacía el presidente Snow.

—Lo mejor será que al igual que con su hermana nos hablemos con la verdad, como dijo ella facilitara más las cosas. Así que, ¿qué sabe sobre los rebeldes?

—No sé nada, nadie me dijo algo, ni siquiera que los distritos se estaban rebelando.

Niega con la cabeza.

—Vamos señorita Everdeen, usted sabe más.

—No, no sé nada sobre la rebelión.

Se queda en silencio por un momento, seguramente tratando de encontrar una forma de sacarme información.

—Creo que necesita un poco de ayuda—me dice—. Traigan al otro prisionero-dice esta vez a unos agentes de la paz.

Estos salen, y por lo mientras el presidente Snow toma asiento, trato de levantarme, aunque los golpes en la cabeza me han dejado débil y atontada y al apoyarme en mis brazos estos empiezan a temblar.

Después de un tiempo los agentes regresan, arrastrando a alguien, aunque al principio no noto quien es, cuando lo meten lo veo.

Es Cinna.

Esta sangrando, y ha de estar casi inconsciente por la forma en que lo llevan. Me trato de acercar a él, pero el agente de la paz que me estaba cuidando me para y me hace regresar a mi posición.

— ¿Qué le ha hecho? —le pregunto al presidente, apunto de llorar pero con los dientes apretados.

—Bueno, desde el principio sospeché que él ya sabía sobre la rebelión y que la apoyaba. Aunque me lo confirmó con el bonito vestido que le hizo a tu hermana. ¿Sabía que el sinsajo es el signo de los rebeldes? Por eso esta prisionero, por instigar a la gente para oponerse contra nosotros, él tampoco ha querido decirnos nada, aunque a diferencia de usted el acepto que apoya a los rebeldes.

The Girl On Fire (En edición)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang