Especial +18

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La tarde era hermosa, la camioneta se estacionó en frente de esa cabaña, Mikaela sonrió con un brillo en sus ojos observando la belleza del lugar, mientras que el otro se alegraba profundamente al ver a su amado tan feliz.

Es realmente hermoso cariño...— susurró realmente emocionado, ansioso por recorrer cada lugar de la pequeña casa, Yūichirō le dió una pequeña seña para que saliera del auto, y el más pequeño lo hizo apenas lo vió—.

Caminaron por los alrededores, el rubio respiró el aire fresco y sintió el claro olor de los árboles y la tierra, la primavera daba a conocer su belleza cuando miles de flores se esparcian por el campo, el leve olor a estas le hizo sonreír, se acercó al más alto para abrazarlo con una caminata apresurada.

Es el mejor regalo de aniversario que he podido recibir. ..— susurró sobre su pecho, levantó la mirada y lo beso con cariño, el pelinegro le correspondió acariciando su cintura con amor, se encontraba tan feliz como él, que lo dio a entender a través del beso—.

Pasaron dentro de la cabaña, era pequeña pero espaciosa, contaba con un segundo piso y tenía ventanas muy grandes, tenía muchas cosas modernas a pesar de ser una cabaña.
Pusieron sus cosas en la habitación, el rubio se acercó a las ventanas y las descubrió de las cortinas disfrutando de la hermosa vista que daba al lago, estaba tan feliz de haber dejado la ciudad a pasar un par de días ahí, se sentía realmente relajante.

Deberías meterte en el lago...te verías muy sexy con uno de esos trajes de baño que te compraste— Su pareja se acercó a el abrazándole por la espalda susurrándole algunas palabras tratando de provocarlo, estaban completamente solos y a eso a los dos les encantaba—.

Eres un pervertido...— el más bajo se sonrojó levemente, pero la idea de que el azabache lo mirase con esos trajes que se consiguió exclusivamente para él, simplemente hacía que se excitara y sintiera un cosquilleo en el vientre—.

Rió levemente acariciando la cadera del más bajo, Mikaela sabía perfectamente que él quería hacerlo, sentía el miembro duro del de ojos esmeraldas masajeándose en su trasero, culpaba a su amado, el azabache era tan jodidamente seductor con las palabras que usaba y el tono de voz, que su excitación se hizo notar cuando también su miembro se puso rígido.

Soltó un gemido cuando Yuu acarició su abdomen por debajo de la ropa, sus manos se sentían electrizantes tocando su piel mientras bajaban desesperante y dolorosamente hasta llegar a su miembro, quería que lo tocara más y no aguantaba sentir tanta ropa en sus cuerpos.

Besó el cuello del más bajo dejando una liviana capa de saliva, mordisqueó su oreja lo que volvió loco al rubio, el mayor conocía perfectamente las debilidades del pequeño.

—Ah! Y-yuu...— gimió el nombre de su amado cuando este lo empezó a masturbar, sus piernas temblaban y el pre semen mojó sus bóxers al instante, el más bajo amaba como su novio se lo hacía, era tan bueno y sentía que se correría si continuaba de esa manera.

Se detuvo por un momento, se alejó del rubio y se sentó en la cama, el más bajo sonrió al ver cómo este abría las piernas y desabrochaba su pantalón, mirándolo fijamente hipnotizándolo con el verde fosforescente de sus ojos.

Ven aquí...susurró con la voz ronca atrayendo a su amado a el, este mismo sonrió y se arrodillo de entre las piernas del mas alto, quitándole los pantalones sin dejar de mirarlo a los ojos— Te deseo...el azabache gimió bajo cuando el rubio acarició su miembro con una de sus manos provocándolo desesperadamente, lo que al mayor le excitaba más y más —.

Metió el miembro en su boca lamiendo la punta con lentitud, este amaba ver las expresiones de su novio tomando el control de la situación. Yuichiro echó la cabeza hacia atrás dándose a escuchar siseos nacer desde su garganta, se sentía tibio y mojado, la pequeña boca del rubio le cabía perfectamente, apretó las sabanas cuando el chico de piel clara metió por completo su pene en la boca hasta llegar a la entrada de su garganta, moviendo su cabeza de arriba para abajo disfrutando del presemen de su novio. Pasaba su lengua en circulos  por el alrededor de la erección, sintiendo como su mismo miembro y su entrada palpitaban deseando sentir el falo dentro de si, saliendo así una y otra vez... 

• [ C A F E T E R Í A ] • YuuMika Donde viven las historias. Descúbrelo ahora