•Capítulo 4•

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~•Mikaela•~

¿Que le digo? ¿le debo mentir? ¿porque me lo pregunta? ¿acaso le preocupa?

Millones de preguntas rondaban por mi cabeza sin detenerse, razón por la cual no se me ocurría nada para responderle.

Miraba sus iris verdes esmeraldas que me observaban de reojo esperando mi respuesta por medio de la libreta de estaba delante mio.

Agache la cabeza y la voltee al frente algo incomodo.

¿Que demonios le digo?

~•Yūichirō•~

Sus ojos zafiros me quedaron viendo con asombro y agacho la cabeza ocultando sus ojos por el rebelde flequillo que caía por su rostro.

¡Seguro es algo personal! ¡piensa idiota!

Rápidamente tome la libreta que estaba frente a el y escribí

¡Gomen! Seguro es algo personal! Disculpame por ser tan estúpido!
:'c 

Lo pase por su delante, levanto la cabeza y leyó lo que escribí, me miro y yo me dedique a observar el azul tan profundo de sus iris que podían comparase como el mismo mar.

Tan azul

Sin que diera cuenta se acercó y me susurro al oído.

–No te preocupes –.

Se alejo despacio y sonrió tímidamente para luego voltear y poner atención a la clase.

.

.

.

Ya había acabado las clases de química y ya hora de irnos. Recogía todas mis cosas dispuesto a irme pero algo jalo ligeramente la manga de mi camisa, voltee y ahí estaba Mika con un leve rojo carmesí en sus mejillas.

–¿Que sucede, Mika?– le pregunte–.

–Etto...–agacho un poco la cabeza – q-quería pedirte un f-favor Y-yūichirō–.

–¿Dime...?–.

–¿M-me podrías prestar tus apuntes?...n-no estuve en la clase un tiempo...y p-pues...– el rojo carmesí era intenso, subía por sus orejas en su blanquecina y delicada piel que podías darte cuenta a kilómetros que se encontraba como cual tomate  – ...y p-pues y-yo...–.

Tomale entregué mi libreta – te lo presto–.

Lo tomó con ambas manos sonriendo ampliamente.

–¡Gracias Yūichirō!–.

–De nada– Sonreí de igual manera inconscientemente – y solo Yuu–.

–Claro Yuu-chan–.

¿Me acaba de decir Yuu-chan? ¿o fui yo?

–¡Gr-racias de nuevo y ¡a-adiós!!– el rojo que teñía sus mejillas y orejas, paso a pintar todo su rostro hasta su cuello–.

Salio corriendo sin decir nada más.
Parecía...¿avergonzado?...tal vez..
Pero a mi no me molesto el honorífico que utilizo, más bien me pareció tierno...¡ahue demonios estoy pensando? ¡Debo irme a casa!

• [ C A F E T E R Í A ] • YuuMika Where stories live. Discover now