•Capítulo 9•

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~•Mikaela•~

La alarma había estado sonando mas de tres veces y yo no tenia ganas de levantarme de mi cama, la pereza había podido conmigo, no tenia ganas de ir a la escuela. Pero los constantes golpes en la puerta de mi habitación me hicieron levantarme.

–¿¡Que es lo que quieres, Lacus!?– grite abriendo la puerta de golpe, encontrandome frente al pesado que tengo como amigo –.

–¡Dios Mikaela!, ¡¿Tienes idea de que hora es?! ¡dentro de diez minutos comenzará tu primera clase! – me grito de vuelta enfadado, pero me dio igual –.

–Ugh...¡ya lo sé!– desvíe la mirada con brusquedad, no quería verlo, definitivamente no estaba de humor para escuchar sus reproches – pero yo...

–¡Yo no soy tu madre! Deberías ser lo suficientemente maduro para saber a que hora levantarte, tienes una prueba muy importante a primera hora– su voz cambio a uno mas dulce y dejo de gritar– Mikaela...

–¡¡Entonces deja de preocuparte!! ¡no eres responsable si desapruebo esa estúpida prueba o no! ¡¡SOLO VETE!!– cerré la puerta en la cara de Lacus, no la volví a abrir ni por los intentos sin logro de mi amigo–.

Recordé lo que acababa de suceder hace unos minutos cuando escuche a Lacus salir del departamento, sentí una opresión en el pecho y me arrepentí al instante por haber reaccionado así con él.

Me vestí rápido con el uniforme de la escuela y salí corriendo  todo lo que mis piernas me permitiesen para tratar de alcanzar a Lacus, pero ni siquiera lo vi, me sobresalte cuando oí el timbre del inicio de clases cuando me faltaban cinco cuadras para llegar a la escuela, pero lo bueno que era uno de los mejores en atletismo y sabia que no me demoraría mucho en llegar.

Llegué a la escuela a penas, corrí lo más rápido que pude a mi salón de clases y por una bendición de los dioses el profesor de diseño gráfico había faltado por un resfriado.

Que mala suerte para el hombre por haber pescado un resfriado a fines de verano.

Suspire agotado por a ver corrido tanto, mis piernas me lo reclamaban a gritos, el dolor era constante pero para mi suerte era soportable.

La mañana se paso demasiado rápido, me la pasé pensando en como me disculparía con Lacus en el trabajo, hoy no me tocaba ninguna clase con el y sabia que no me lo encontraría en el receso, por eso mi ultima opción era que me disculpase en el trabajo.

Pero dos esmeraldas se pasaban por mi cabeza y no se fueron hasta que el receso llegó.

Salí del salón y me dirigí al patio central donde varios compañeros caminaban con sus grupos de amigos, los mire a cada uno de ellos y cuando observaba, conecte mi mirada con unas hermosas esmeraldas.

Yūichirō me observaba a unos cuantos metros acompañado de sus inseparables amigos, mis nervios se activaron cuando lo vi acercarse a mi con pasos firmes y constantes, de un momento a otro ya lo tenia a mi delante.

–Hola, Mika– me saludo con una pequeña sonrisa en una milésima de segundo–.

–Hola– le devolví el saludo sin sonreír –.

–Queria...– se rascó la nuca acción que señalaba que estaba nervioso, después respiro hondo, votó el aire lentamente para luego volver a hablarme– disculparme contigo.

–¿Por qué?

–Porque...– por una fracción de segundo desvío la mirada, pero no tardo en volverla a posar en mis ojos– te hice sentir incomodo ayer por aquellas cartas–.

–No tienes porque...

–Lo siento, en verdad que yo no sabia que decían esos papeles, no estoy acostumbrado a recibir aquella papelería, no quería que tu las leyeras– se notaba la culpa en su voz y entonces dije–.

–No es tu culpa, no tienes que discilparte–.

–Pero...

–No tienes que explicarme nada, yo no soy tu pareja– solo basto con decirlo para que me arrepintiera, quise golpearme por ser un idiota al no pensar antes de hablar, además me podía dar cuenta de que a el también le sorprendió mi oración, pero ya no podía borrar las palabras dichas–.

–Eso lo sé...– hizo una pausa que pareció durar una eternidad – solo quería saber que eso no afectará a nuestra amistad–.

Me vino a la mente la escena en donde yo salgo corriendo de la escuela cuando leí aquella carta, ni siquiera sabia bien porque había reaccionado de esa manera.

–No la afectó – le Sonreí ampliamente tratando de tranquilizarlo – mi actuar fue por impresión, nada más, nuestra amistad sigue intacta–.

Suspiró aliviado, luego me sonrió despidiéndose, me despedí de él devolviéndole una sonrisa y me fui del lugar a mi clase de Literatura.

El resto del día pasó con normalidad, sin darme cuenta ya era hora de irnos.

Salí corriendo a mi lugar de trabajo.

Llegue y fui corriendo a cambiarme de ropa, poco después salí del vestidor y fui al corredor que conectaba la cocina con el montón de mesas que estaban en la parte delantera.

Salude a mis compañeros de trabajo con el fin de encontrar a una persona.

–¿Me buscabas? – me sobresalte al escuchar su voz detrás de mi, lentamente me voltee y lo observe –.

Se notaba decaído y todo era mi culta por mis estupideces.

Si solo pidiera volver en el tiempo

—❇—

Perdón por la tardanza del cap me había quedado sin imaginación 😫

Quería agradecerles por los 1k (aunque ya somos más 😐) me sorprende el apoyo que esta historia recibe con cada vista y voto, y todo gracias a ustedes ¡mil gracias!

❤❤❤

• [ C A F E T E R Í A ] • YuuMika Where stories live. Discover now