•Capítulo 1•

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La alarma de todas las mañanas resonó en la habitación del rubio que dormía plácidamente debajo de unas sabanas azules. Abrió sus ojos zafiros soñolientos por el sueño, se levantó descubriendo la sabana que cubría su pequeño cuerpo.

El sabia que ese día sería como los demás, solo iría a clases, después al trabajo y luego volvería a casa a dormir.

–¡Mikaela!– Lacus, su compañero de piso lo llamó desde la puerta de la habitación –.

El rubio se levantó de la cama con pereza caminando en dirección a la puerta en donde es escuchaban unos suaves golpes.

Giró la perilla y abrió la puerta en donde estaba parado el peli lila con el uniforme ya puesto, alzó la cabeza para mirarlo a los ojos, una desventaja ya que el peli lila le llevaba una cabeza de altura.

–¿A un no estas listo? – dijo el peli lila mirando al rubio de arriba para abajo– ¡apresurate que se nos va el buss!!

El peli lila entró a la habitación del rubio dejándolo a un lado. Se dirigió a la mesilla de noche donde sonaba el despertador que no había sido apagado.

Lo apagó y dijo con burla.

–De verdad que pareces un niño Mikaela–.

El menor bufo inflando ligeramente sus mejillas, un gesto tierno de él.

–Vete de aquí maldita uva– el menor señalo la puerta de su habitación–.

–Ya me voy, y no me extrañes– sonrió  con burla y antes de irse pasó sus dedos por el cabello alborotado del rubio, y sin más se fue.

El rubio suspiro con algo de molestia y se dirigió a su armario donde sacó su uniforme ya listo para ser usado, se desvistió de su pijama quedando desnudo, se colocó su ropa interior pasándolo por sus delgadas piernas, lo mismo hizo con el pantalón negro, tomó la camisa y abotonó los botones.

Pasó la corbata color azúl con negro por su cuello colocándola perfectamente, se colocó el chaleco negro y por último se colocó las medias y salió de su habitación.

Al llegar a la salida tomó su mochila con sus cuadernos dentro, se coloco sus zapatillas blancas y entrelazó las cuerdas.

Salio así a la parada de buss.

Llegó a al lugar donde el buss llegaba resiente, se acercó y encontró al mayor esperándolo con las manos en sus bolsillos.

–Al fin llegas rubio – el mayor rió ante sus propio comentario –.

–Callate, y vamos ya uva– bufo irritado subiendo al buss con el peli lila detrás de el.

El rubio se sentó en uno de los asientos junto a la ventana y el mayor a su lado.

El menor sacó sus audífonos escuchando su lista de reproducción mientras miraba por la ventana pensando.

Un día como los demás.

O eso creía.

—❇—



Briset ¿happy? 😒

• [ C A F E T E R Í A ] • YuuMika Donde viven las historias. Descúbrelo ahora