Golosinas «y.m.»

Aniversarios y regalos.

Ambos caminaron hasta el sofá de la sala y se sentaron, entonces Yoongi caminó a la cocina y regresó con una adorable taza con diseños de golosinas, la cual contenía chocolate caliente.

-Gracias-respondió Jimin.

-Sonrió-Te ves hermoso, bebé.

-Se sonrojó-T-tu t-también.

-Rió-Un año juntos y aún eres tímido conmigo.

-Hizo un puchero.

-Adorable.

A pesar de lo tranquilo que se sentía al lado de su novio, Jimin no dejaba de pensar en el regalo que le había preparado. No sabía cuando sería apropiado dárselo y eso lo tenía un poco ansioso.

-Amor-lo llamó-Te perdiste en tus pensamientos.

-Lo miró-P-perdón.

-Negó-¿Está todo bien?-preguntó preocupado.

-Asintió-S-solo... Um... ¿P-Puedo t-tener un a-abrazo?

El corazón de Yoongi se derritió por lo hermoso que había sido aquello. Su pequeño novio se veía adorable y era demasiado dulce la forma en la que pedía las cosas.

El mayor lo abrazó y al instante Jimin se acurrucó y ocultó su rostro en el cuello de Yoongi.
A partir de ese abrazo, Jimin pudo relajarse poco a poco y dejar de pensar tanto.
Ambos conversaron un rato y después decidieron ver una película, la cual acompañaron con golosinas de todos los sabores, lo cual hizo a Jimin saltar de felicidad.

-Y-yoonie-lo miró.

-¿Si?

-¿Ella lo ama?-preguntó respecto a la película.

-Lo miró.

-Así es.

-¿Y él la ama?

-Asintió-Ambos se aman-dijo acariciando las mejillas del menor.

-¿Entonces por qué sufren tanto?

-Porque sus padres no los quieren juntos.

-¿Y por qué eso les importa?

-No debería, ¿verdad?-Sonrió.

-Si se aman, deberían elegir su felicidad.

-Exacto, eres un pequeño muy inteligente-dijo besando sus labios.

-Se sonrojó.

Jimin ocultó su rostro para evitar la mirada del mayor y continuó viendo la película mientras su pechito se sentía orgulloso de que su hyung le dijera que era inteligente.

-Minnie.

-Lo miró.

-¿Tu me amas?

-Asintió-M-mucho.

-Sonrió-Y yo te amo a ti, bebé.

Jimin sonrió, lo cual enloqueció al mayor, quien no pudo evitar robarle un beso. Jimin volvió a ocultar su rostro de Yoongi, pero luego de unos segundos lo miró y también le robó un beso.

-Y-yoonie es l-lindo-dijo sin mirarlo.

Yoongi quería saltar y gritar, su corazón se había acelerado mucho y sentía que moriría por lo adorable que era Jimin.

Terminaron la película entre besos y suaves caricias y después se dirigieron a la cocina para preparar la cena. Habían acordado que Yoongi prepararía el plato principal y Jimin haría el postre. Sin embargo, la idea no terminó del todo bien, pues comenzaron a jugar entre ellos, y el chocolate que Jimin había derretido para el postre, terminó encima de sus camisetas.