Capítulo 20

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NARRA TORI

Sábado por la mañana

—No sé si podré... —murmuré y me empecé a morder las uñas.

—Vas a hacerlo muy bien, cariño. —Me animó mi madre apartando las manos de mi boca—. Seguro que apruebas. —Me dio un beso en la frente y se despidió de nosotros.

—Venga, vamos.—Seguí a mi padre hasta el coche y me senté en el asiento del copiloto—. Lo has hecho muy bien esta semana y solo hemos dado tres clases.

—Ya...

Porque también había estado conduciendo con Colin.

—Venga Tori, aparcar es lo más fácil de todo —suspiró pesadamente. Se notaba que estaba empezando a perder la paciencia.

—Pues no me sale, ¿vale? Esto es un asco. —Y quité las manos del volante.

—¡Pero no lo sueltes!—gritó y pisé el freno—. ¿Estás loca? Si haces eso en la carretera, imagínate lo que puede pasar.

—No voy a hacer eso porque no voy a aprobar.

—Eres la chica más inteligente que conozco y te vas a rendir a la primera. Muy bien, Brooks. Yo no salgo con perdedoras. —Metió la mano en su bolsillo y saco su paquete de cigarros.

—Pues yo no salgo con fumadores —le reproché.

—Y lo dice la chica que nunca ha fumado —dijo con ironía.

—Colin estás jugando con fuego. —Le miré fijamente—. Y te vas a quemar.

—Y tú vas a arder. —Le miré mal y cogió aire—. Inspira y espira, Tori. Venga, hazme caso.

—Está bien... —Cerré los ojos e inspiré.

—Muy bien y ahora suelta el aire —y lo solté—. Piensa en cómo te han enseñado a aparcar y hazlo.

—Esto es una tont...

—¡Hazlo de una vez, Victoria! —gritó enfadado.

—Vale, vale. Qué humor tenemos, señor Maverick. —Miré por los espejos retrovisores y empecé a maniobrar hasta que el coche entró en la plaza—. ¿Así está bien?

Colin miró por la ventana y me miró sonriente.

—Perfecto.

—¡Soy genial! —exclamé feliz.

—Si es que cuando quieres... —Le quité el cigarro que estaba a punto de encender y lo tiré por la ventana—. ¿Pero qué has hecho? Eso cuesta diner... —Antes de terminar la frase me lancé a sus brazos y le besé. Se separó un poco de mí esbozando una sonrisa—. Mujer, si me lo hubieras dicho, habría guardado el cigarro.

—Cállate —dije entre risas y volví a besarle.

—¿Preparada? —preguntó mi padre haciendo que volviera a la realidad.

—No.

—Cariño, lo vas a hacer genial. La familia Brooks tiene un gen que hace que apruebes todo a la primera.

—Pero si tú suspendiste un año en la carrera.

—Ya, pero...

—Y Ryder aprobó de milagro el instituto.

—Ya, pero...

—Y el abuelo dejó la carrera por otra porque no aprobaba ninguna.

—Vale, vale. Solo tu madre y tú sois inteligentes, ¿contenta? —asentí con la cabeza y me empecé a reír—. Los demás somos tontos.

Y entonces llegó MaverickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora