Capítulo 24

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NARRA TORI

14 de febrero

—Buenos días oyentes. —La radio se encendió automáticamente a las siete en punto de la mañana—. Hoy día de San Valentín, el sol ha decidido salir e iluminar a todos esos enamorados que disfrutan tanto de este día.

—¿Y si no tuviera enamorado qué? —Me estiré un poco en la cama y me levanté.

—Escuchemos uno de los temas más románticos del Rey Can't help falling in love de Elvis Presley. —Y empezó a sonar la canción.

—Wise men say only fools rush in; but I can't help falling in love with you —canturreé antes de encerrarme en el baño y darme una ducha—. Shall I stay would it be a sin. If I can't help falling in love with you.

Salí de la ducha y me sequé con la toalla antes de entrar en mi cuarto a vestirme.

—¡Menudo temazo! —exclamó el locutor—. Sigamos disfrutando de este día de los enamorados con otra gran canción de amor Love of my life de Queen.

Me puse la ropa interior y saqué un vestido burdeos con mangas largas, unas medias oscuras y unos botines negros.

—Love of my life don't leave me. You've taken my love you now desert me. Love of my life can't you see, bring it back, bring it back. —Me terminé de vestir y me miré en el espejo—. Perfecta.

Bajé a la cocina donde me esperaban mis padres para desayunar.

—Buenos días —les saludé sonriente—. ¿Qué tal el día de los enamorados?

—No tan bien como el tuyo —bromeó mi padre divertido.

—Todavía espero mi regalo —dijo mi madre mirando a mi padre—. A ver si llega.

—No seas impaciente, cariño —respondió mi padre—. ¿Desayunamos ese rico bizcocho de chocolate o me tengo que morir de hambre?

—No seas impaciente, cariño —le imitó mi madre—. Anda, tomad.

Nos dio un trozo a cada uno con un chocolate caliente y se sentó a desayunar su té.

Después de desayunar, volví a subir a mi cuarto para terminar de arreglarme y me encontré una bolsa encima de mi cama. Me acerqué extrañada y cogí la bolsa.

—"Feliz San Valentín, preciosa". —Metí la mano dentro y saqué una caja de bombones—. "Casi tan dulces como tú". —Una risa salió de mi boca y sonreí—. Este chico me va a volver loca.

Dejé la caja de bombones encima de la mesa y entré en el baño a lavarme los dientes y a peinarme. Luego, me maquillé un poco y guardé mis cosas para la universidad en el bolso.

—¡Tori, vas a llegar tarde! —me gritó mi madre desde abajo.

—¡Voy! —Cogí el bolso y bajé corriendo las escaleras—. Luego os veo. —Cogí las llaves del cuenco y salí corriendo hacia mi coche—. Vamos, vamos.

Me metí dentro y conduje con rapidez hasta la universidad.

—¿Dónde te habías metido? —me preguntó Liz que me esperaba en el aparcamiento—. Pensé que ya no ibas a venir.

—Lo siento, lo siento —me disculpé—. ¿Vamos?

—Vamos.

Después de cuatro horas de clases, mi estómago pedía comida.

—Bueno, ¿qué te ha regalado Mike? —le pregunté a Liz al salir de clase.

—Ayer dormí con él —contestó sonriente—. Fue un regalo mutuo.

Y entonces llegó MaverickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora