CAPITULO 43.

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Atsushi caminaba con una capa puesta, iba por el bosque hasta que llegó a un árbol. — Aquí es — dijo sonriente.

Se quitó la capa, la dejó en el árbol extendida y acomodó su cabello, lo llevaba peinado y arreglado, lo tierno de él era su vestimenta.
Llevaba un uniforme escolar estilo marinero de manga 3 cuartos color azul. Suspiro un momento — Bien, comencemos el juego. — tomó el maletín escolar y comenzó a caminar por el bosque

El camino era estrecho, era otoño así que con cada paso podía escuchar como las hojas crujían. — Ooh~ soy una colegiala solitaria en el bosque, espero que un enorme y malvado perro salvaje no me ataque por que naaaaadie podría ayudarme

Fue tacleado con fuerza tumbándolo entre las hojas y quedando encima de él — ¿Por que eres así?

Al azabache estaba encima de él, el albino se sonrojó solo de verlo, no llevaba camisa sólo su abrigo, pero también orejas y cola de perro

— Discúlpeme señor perro rabioso, ¿puede decirme como llego a la ciudad?

— ¿y si mejor te llevo a mi cueva?

— pero usted es un perro y yo una linda colegiala

— te mostrare el camino

El azabache llevo al albino en su hombro (con ayuda de Rashomon) Atsushi comenzaba a sonrojarse más y más, el aire fresco podía entrar por su falda — se-señor perro rabioso ¿pu-puede bajarme?

— no, ¿por que tan nervioso?

— e-el aire entra por mi fa-falda

El azabache le miró, alzó la falda curioso llevándose un pequeño gemido del albino, sus ojos grises de iluminaron tal cual diamante. Atsushi llevaba una pequeña tanga que solo llegaba a sostener su miembro, pudo notar un pug anal en forma de corazón y sonrió — que chica tan atrevida, eres ruda para ser colegiala

— m-me gusta los re-retos

Atsushi estaba completamente sonrojado, el azabache no podría resistirlo mucho, llegaron a la cueva donde la mayor parte estaba oscuro, solo una vela estaba encendida y fue cuando bajo al albino. — ¡aaah! - Gimió por la presión del pug.

Atsushi estaba temblando, no por miedo, si no que el vibrador lo había sentido hace un rato ya, el azabache comenzó a lamerlo como si de un perro se tratase, el albino tapó su entrepierna sonrojándose más — se-señor perro lobo — le llamó, su voz era suave y rasgada, sonaba más a un nuevo gemido.

El azabache bajo para lamer y morder su hombro, sus manos bajaron hasta los glúteos del albino, los tomó ambos para separarlos y sacó el pug rápidamente, estaba bastante dilatado. Era lo que ambos querían para su juego.

Con su mano abierta tomó la cabeza del albino y lo puso contra el suelo, estaba siendo bastante rudo lo cual hizo al albino quejarse, pero no lo detuvo, se puso encima de él, levantando su cadera y mordiendo su espalda alta — ¡mmgh! Se-señor lobo, e-ese lugar e-es un lu-lugar privado — mencionaba Atsushi

Podía sentir la entrepierna del azabache jugando con su pequeño pero bien dilatado ano. Y aunque la falda no le daba ver el ano del albino, el azabache podía sentir como le estaba llamando y pidiendo más.

Se ajustaron a sus papeles, el azabache mordió el cuello del albino mientras entraba penetrandole con fuerza, eran movimientos rápidos y fuertes lo cual hizo a Atsushi gritar con placer — ¡aaah! No, no pero mggh ¡aaah si, sigue así!

Atsushi lo sintió, un click en su cuerpo que le hizo sonrojar más — Ry-Ryu mmgh Ryu n-No me puedo mover - dijo angustiado pero el azabache continuó — ¡aaah!

Las embestidas eran rudas, el albino estaba en el limbo, su rostro sonrojado, su cuero anhelando más, el sudor en todas partes y su saliva sobre el mismo. El azabache terminó soltando por fin el cuello del albino. Atsushi respiraba agitado sobre las hojas secas dentro de la cueva. El azabache lo movió ligeramente — ¡aaah! ¡Aaah! Mmgh...

— vaya que estás sensible

— n-No puedo moverme

— ¿que? ¿Era cierto?

— s-si...

Miro el miembro del albino, seguía levantado y bueno, no había que desaprovechar lo dilatado que estaba. — Ry-Ryu no — pidió

— yo no soy Ryu, soy el señor lobo

Había volteado a Atsushi, tomó sus piernas abriéndolo en grande, se acomodó entre ellas y de allí puso las pantorrillas del albino sobre sus hombros. Atsushi estaba completamente colorado. — mmgh n-no veas

El azabache se limitó a ignorarlo, lamia el miembro del albino por sobre la tela sintiendo como el miembro comenzaba a tener espasmos, el azabache sonrió de verlo. Atsushi seguía sin poder moverse. — quiero dejarte todo dentro hasta que revientes - mencionó el azabache.

— mggh Ry-Ryu... — le llamo excitado — me-mételo

— wan - dijo el azabache imitando a un perro

Con las piernas de Atsushi sobre sus hombros, el mayor entró una vez más, pudo entrar profundo haciendo al albino gemir, el mafioso era lo que era un perro rabioso dispuesto a tener todo el placer para el

Embisto al albino haciendo sus piernas brincar y brincar, el joven detective ahora colegiala seguía sin poder moverse. ¿Coincidencia o estrategia? La verdad es que el mafioso no sabía que al albino le pasaría lo mismo que a un gato si mordía su cuello.

— tengamos cachorritos Jinko — le llamo emocionado

Al parecer el azabache también estaba demasiado excitado.

Termino dentro del albino, se quedó allí viendo como poco a poco el semen salía por la cavidad como podía, el albino le miró — Ry-Ryu, sácalo, está muy caliente

— debes olvidarlo por que ere un gato, pero los perro se quedan atorados un rato

Atsushi estaba de nuevo en un rojo intenso, Akutagawa planeaba quedarse dentro y en esa posición.

— ¡esto es vergonzoso! - grito Atsushi

— te vez tan adorable

— ¡noooo! Déjame ir

Media hora después, el azabache se había calmado, Atsushi seguía gimoteando, decidió salir del albino y con ello Atsushi volvió a gemir, el azabache sostenía las piernas del albino y pudo ver como todo el semen buscaba salir, sonrió mirando al albino — tendremos cachorritos

— bien, entonces cuida de mi y llévame a casa — pidió.

Después de una limpieza y recoger todo, incluido el albino. El azabache comenzó a preocuparse, Atsushi seguía sin poder moverse. — estaré bien - dijo el albino

— ¿seguro?

— si, pero quiero un baño

— todo lo que el próximo mami quiera

— dejameee - pidió casi en un berrinche

Atsushi había sido bañado, el mafioso vendo las mordidas de su cuello, poco a poco el albino pudo volver a moverse

— contigo cada sexo es diferente Jinko

— ¿te gusta?

— si me encanta, creo que ya se que quiero el siguiente juego

— ¿de que?

— una tanga de higos

El albino se sonrojó e infló sus cachetes, el azabache siempre buscaba cómo avergonzarlo más

...

A ver qué este capítulo lo pensaba hacer el lunes pero estoy en plena madrugada, me emociono y pues... Ahora tengo que limpiar mi cama y cambiarme.
Bien por mi, disfrútenlo

¡Gracias por leer!

Couple RollWhere stories live. Discover now