CAPÍTULO 62

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62

Akutagawa llegaba a casa después de un largo día de trabajo; al no poder matar, tenia montañas de papeleo, y sin mencionar, empaquetados.
Entró como siempre, esperando que el menor estuviera, ya fuese dormido, cocinando o en la bañera. — Ya llegue — se anunció. Pero rápidamente pudo escuchar música o más bien, una melodía como si pájaros cantaran en un río y cascadas. Miró por la sala y miró a su joven pareja con sus ojos cerrados y sentado — ¿meditas?

Atsushi abrió sólo un ojo — Ryu, no me desconcentres

— por lo menos recíbeme

— bienvenido. No me desconcentres

Akutagawa suspiró y dejó al menor, fue a la cocina por algo de agua y noto la comida en el microondas, lo encendió y miró al menor desde la barra

El joven tigre respiraba profundo y después comenzaba a estirarse. El azabache se sentó a comer mientras le miraba. Estaba ciertamente disfrutando.

Terminó su cena y justo Atsushi estaba estirando su espalda, parado y recto, bajo abrazando sus piernas. El mafioso no lo soporto y tomó la cadera del albino, pegándolo a su pelvis — Hey, estoy haciendo yoga

— Yo quiero enseñarte otra posición

— Ryu...

— ¿Estas relajado?

— A-Algo

— bien, sigue abrazando tus piernas, bajaré tu short

Atsushi trago saliva, siguió abrazándose, Akutagawa mientras bajaba su short exponiendo sus glúteos — esto es tan vergonzoso

— y bastante abierto

— ¡AY NO CÁLLATE!

El azabache dejó su lengua entre sus glúteos, y la pasó como una mamá gato haría con su gatito — ¡Ah! — gimió — n-no Ryu

— será rapidin

— y-yo solo — Akutagawa volvió a lamerlo por completo — ¡Ah!

— Será solo lengua está noche

Atsushi soltó sus piernas y dejó sus manos en el suelo, ya no podía aguantar más.
Aunque Akutagawa no dio su brazo a torcer, sostuvo su cadera sin dejar que su posición cambiara.

se dedicó a lamerlo igual a una mamá gato limpiando a su cachorro. Los suspiros de Atsushi iban acelerándose.
Sus piernas temblaban más allá que un sismo. El sudor lo rodeaba, y la saliva del mafioso escurría por sus piernas.

Sentía su miembro explotar, podía sentir como era presionado y asfixiado.

Akutagawa lo miró temblar tanto que decidió meter su lengua en su pequeño agujero haciendo al menor gritar un poco más. Uso sus piernas para abrir las del menor. Atsushi podía sentir como en cualquier momento caería de cara.

El mafioso no dejo de sostenerlo, y lo ayudó abajar hacia su cuerpo.

Una vez Akutagawa acostado, Atsushi terminó sentado en su rostro. El mayor solo dedicó su lengua húmeda a provocarlo mientras lo agarraba con fuerza

Atsushi se sostuvo del pecho del mayor sin poder más, su boca no se cerraba. Sus piernas temblaban.

Terminó eyaculando y deja do el traje de mafioso algo batido. Akutagawa lo levantó de su rostro y lo miró — Ahora si estas relajado

— no siento mis piernas

— Me alegra escuchar eso

Cargo al menor estimó princesa y lo llevó al baño. Quedaba mucho más por hacer.

...

¿Alguien va los lunes al Yoga?
¡Gracias por leer!

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