CAPÍTULO 60.

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Atsushi jugaba en una tablet candy crush cuando Akutagawa bajo su periódico y lo miró — hey Jinko

— ¿mmm?

— ¿puedo hacértelo mientras duermes?

Atsushi lo miró y le sonrió — si, claro. Sorpréndeme

— Perfecto

Unos días después de ello...

Akutagawa llegó de madrugada como acostumbraba, Atsushi dormía tranquilo boca abajo y el mafioso sonrió — Hoy toca

Primero que nada fue a lavar sus manos con agua tibia, lo suficiente para no despertar al menor con su toque. Regresó a la habitación donde destapó al menor desde abajo, dejando sus piernas al descubierto.

Llevaba unas pantuflas de gatito y un pantalón azul con patitos, fue hasta el borde donde sostenía la cintura del menor, si, adoraba dormir con ropa amplia y hasta arriba.

Jalo con delicadeza aquello, y con ello llevo consigo también el bóxer del menor.

Dejó todo a media pierna del menor únicamente dejando sus glúteos descubiertos.

Comenzó besándolos, estaba muriendo por darle una buena nalgada pero debía ser paciente, Atsushi por su lado estaba dormido y quieto. Uno que otro pujido por la sensación pero nada que lo fuese a despertar

Después de que Akutagawa besó ambos glúteos del menor por completo; continuó por tomar un poco de gel lubricante, agarrarlos por ambas manos, desde abajo, hacia arriba llenando la piel del menor de aquel gel, llevó sus manos por su pequeña entrada para que igual que sus glúteos, rebosaran en gel.

Se acercó a darle un mordisco, intentó ser suave pero lo suficiente como para dejar una marca, y así siguió en casa rincón de ambos glúteos.
Entre tantas mordidas, los glúteos comenzaban a ponerse rojos e hinchados, esto hizo a Atsushi quejarse un poco, Rashomon apareció rápidamente para arrullarlo. El joven felino volvió a su sueño profundo y entonces Akutagawa continuó

Tomó una almohada para ponerla debajo del vientre del menor y así sus glúteos quedaban más levantados. Para este punto Akutagawa se acomodó mejor en la cama sentándose con sus piernas cruzadas entre las piernas del menor.

Tomó su cadera con firmeza y comenzó con la punta de su lengua, lamiendo el perineo del menor, subió ligeramente hasta su ano, donde sin dudarlo pasó toda su lengua. Continuó con ello como un niño pequeño lamiendo el plato de su comida favorita, dejó un par de mordidas a su alrededor, y entonces, sin poder resistir más decidió ir más allá.

Soltó la cadera del menor mientras sacaba su miembro, puso el condon y un poco de gel. ¿Porque? Era algo simple, no quería estimular a Atsushi y despertarlo en el acto. Además, era suficiente gel y saliva, seguro que entraría.

Colocó la punta frente a la entrada, miró al menor sobre su almohada, durmiendo en paz y armonía.

Tomó las piernas del menor acomodándose bien, y con un buen empujón entró. Atsushi abrió los ojos.

Akutagawa entraba y salía, en efecto, estaba resbaloso y lubricado — aaah aah es-espera aaah ¿cu-cuanto ti-tiempo?

— llevó aquí como una hora — mencionó divertido mientras el menor mordía la almohada — suelta eso, grita más

— aaah, no, no... mi voz aaah ¡aaah!

— suena aún adormilada cariño, pero tranquilo, yo te despierto

El golpeteo de Akutagawa hizo a Atsushi gimotear más mientras apretaba sus sábanas. Su miembro se tallaba contra la almohada haciendo a este excitarse más

El goteo de su miembro hizo al mafioso sonreír, se acostó por encima y con cuidado dejando su miembro lo más dentro posible, Atsushi ni siquiera podía cerrar su boca por la sensación.

El mafioso lo besó, y tomó la pierna del menor para alzarlo, Atsushi se arqueó —aaah aaah profundo, estas profundo — se quejó pero el mafioso únicamente lo ignoro para lograr terminar.

Puso a Atsushi boca arriba y tomó su miembro con su boca — ¡aaah! Espera, solo espera un poco uhm

El mafioso continuó aquello succionando un poco y le ayudó con sus dedos por detrás oprimiendo aquel punto como si se tratara de un juego de maquinitas

Atsushi logró terminar, miró al mafioso mientras intentaba recuperar su respiración — Ryu...

— de verdad fue increíble

— si, si lo fue...

Por la mañana Atsushi fue al baño algo adormilado, en cuanto se sentó pudo sentir el dolor, se levantó mirando al espejo — ¡AKUTAGAWA RYUNOSUKE! — grito.

El mafioso se levantó de la cama y huyó por la puerta. Atsushi no solo tenía su trasero lleno de mordidas, estaba incluso hinchado.

La persecución duró hasta que Atsushi no pudo más, y el mafioso una vez más había salido victorioso de su crimen.

...

Me divertí mucho escribiendo esto, basado en un sueño que tuve

Y no voy a contestar nada sobre ese sueño

¡Gracias por leer!

Couple RollWhere stories live. Discover now