CAPÍTULO 52

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52

Atsushi estaba golpeando papeles en el escritorio para acomodarnos cuando Dazai se sentó agotado a su lado — Dazai-san ¿necesita un cafe?

— necesito un descanso, Chuuya me tiene agotado

Atsushi se sonrojó, ya sabía de que hablaba y Dazai le miró — Atsushi-kun, ya rápido piensas en eso

— e-Es por que lleva dos semanas contándome de sus cosas

— ¿no es genial poder hablar de estas cosas? ¿Por que no me cuentas tú?

— A-Akutagawa no quiere que le cuente por qué no quiere que le califique eso

— eso ya está más que calificado, es promedio

— a m-mi me gusta mucho

— Atsushi-kun, es tu primero y único

— n-No es verdad, he visto el suyo y el de Chuuya, también el de Mori y el presidente, me gusta el de él

— ¿y el mío te gusta?

— No Dazai-san

— Atsushi-kun, no tiene nada de malo que me hables de tus juegos; podría contarte uno u otro

Atsushi se levantó — i-iré a ver si Yosano-sensei no necesita algo — mencionó para irse al consultorio

Dazai chasqueó la lengua, no lograba atrapar a ese tigre fugitivo

Al entrar al consultorio pudo ver a las chicas mirando cabello — hola chicas, ¿Que hacen?

— pedimos unas extensiones pero Naomi se equivocó y pidió blancas — mencionaba Haruno

— yo solo quería ponerle el cabello largo a Haruno-san por una vez — decía Naomi decaída

— ahora debemos pensar que hacer con el cabello

Atsushi se acercó mirándolo y tocándolo — wooow que suave, ¿es natural?

— si y

Naomi miró a las chicas, ellas también sonrieron — Atsushi-kun...

Atsushi les miró sonriente — ¿si? — la sonrisa se borró, estaba en problemas.

Akutagawa había llegado a casa, y se quedó sorprendido de ser recibido por Atsushi con un gorro de chef — bienvenido

— aam... ¿Estás seduciéndome?

— no Ryu — se quejó — solo... mmm... cocine mucho

— quítatelo, vamos a cenar

— ah, estoy bien con el, me siento un gran cocinero

— Jinko, quítatelo o me excito. Tu decides

Atsushi lo abrazó — bueno, excítate

— ¿Que te pasa hoy? Dazai-san ¿sigue hablando de posiciones?

— s-si...

Akutagawa tomó sus mejillas y le sonrió —  ¿mejor?

— si, tus ojos me calman... — mencionó sonriente Atsushi

— usualmente hacen lo contrario a otros

— pero yo soy tu amorcito

— si, lo eres — el azabache aprovechó para abrazarlo y con ello quitar el gorro. Atsushi se sorprendió y el azabache aún más. — Ji-Jinko

— ¡fu-fueron las chicas! — gritó sonrojado — e-ellas me las pusieron, me agarraron entre todas

Akutagawa se acercó tocando el cabello largo del albino — no te ves mal...

Couple RollWhere stories live. Discover now