CAPÍTULO 10.

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― ¿Por qué hay una guillotina en la casa Akutagawa? – preguntaba el albino molesto. Sus brazos cruzados y su cadera ligeramente a la derecha

― Para el sexo

― Cariño, soy regenerativo, pero no me cortarás nada, no de nuevo

― Ya lo sé Jinko, ay siempre me mal interpretas

― Explícate

― Para empezar no es una guillotina, es una herramienta de tortura de la edad media

― Aja

― Pones tu cara en el de en medio y tus muñecas a los lados

― Aja

― Te encierro con candado y te castigo

― No estoy seguro de querer esto, aún tengo las marcas de la cera caliente

― ¿lo disfrutas?

― Pues si pe

― Entonces lo haremos

― Bien... pero se suave

― Ve a cambiarte mi amor

― Ahora si soy tu amor

Akutagawa espero al albino, este traía ropa medieval, un pantalón negro y camisa roja, un cinturón y espada a un lado, a juego unas botas largas. ― me gusta este juego, me gusta la ropa y – Atsushi miro al mafioso y se quedó callado al verlo

El mafioso también llevaba otra ropa, iba todo de negro, botes largas, sus cinturones eran de acero, guantes largos, llevaba una máscara que cubría toda su cabeza y sonrió amplio al ver al albino tragar saliva ― serás juzgado por traicionar al reino

― Mierda...

Acomodo al albino en la cámara de tortura, cerro el candado y el albino lo miro – es incómodo, mi espalda está muy recta

― Deja de quejarte y quédate en el papel

― Es que mi espalda

― Calla, así podré entrar más fácil

― Pe-pervertido.

El mafioso bajo los pantalones del albino, tomo sus glúteos. ― aaah Ryu, estas siendo muy delicado

―           Es por que no puedes moverte, eso hace esto más sexy

―           Que cruel, la semana pasada también me tuviste a tu merced

―          ¿acaso alguna vez no te tengo a mi merced?

―  Presumido

― Deja de hablar, me desconcentras

― ¿concentrarte en qué? Aaah!

El azabache había dejado entrar su lengua en el interior del albino, Atsushi no podía moverse, toco lo que movía era su trasero arriba y abajo – n-no, no así no, es de-demasiado, no lamas allí Ryu

Akutagawa sostuvo los bordes de Atsushi para expandirlo más, Atsushi contraía su cuerpo, no podía mirar al mafioso, la parte trasera de su cuerpo le pertenecía y no podía moverse a ningún lado. ― más, Ryu, aaah... vo-voy a venirme. ¡Aaah amo tus castigos Ryu!

El albino término, el mafioso sonrió. Se paró frente a él y lo miro, el rostro de Atsushi se veía satisfecho, su cuerpo temblaba y solo él podía verlo ― no la verdad este juego no me gusta

― Lo sé, es como verte siendo el mafioso de siempre – miro la madera ― pero con una madera de por medio

― Hey, ¿acaso los juegos te están aburriendo?

― No, quiero decir, a mí me encanta estar contigo

― Lo sé, las ideas se me agotan.

― Desde el primer día aprendimos del internet... ¿y si buscamos otra forma de hacerlo?

― ¿Cómo cuál?

― ¿Qué tal si vamos a una librería la próxima semana?

― Me parece bien

― Y, Ryu...

― ¿si?

― Métemelo ya

― A sus ordenes

El mafioso volvió a la parte trasera, Atsushi estaba expandido así que entro ― ¡PERO SUELTAME CABRON! – grito al sentir el grosor entrar. El mafioso no iba a negar que tener a Atsushi encerrado era lo mejor, lo podía penetrar como él quisiera sin tener que mirar su rostro enfadado

El azabache tomo la cintura del albino sin preocupación y lo penetro como si fuese simplemente una acción más del día, Atsushi por su parte no podía sentir sus piernas y sentía como toda la sangre se le iba a la cabeza, no, no estaba colgado pero ya no sentía las piernas y mucho menos su trasero – aaah aaah Ryu, Ryu no tanto – pidió

― Retiro mis palabras, amo no ver tu rostro y poder darte todo lo que yo quiera

― ¡Aaah! ¡te voy a matar maldito mafioso!

― Claro, amenaza a un mafioso – nalgueo al albino y esté grito ― sigue así y yo te dejaré encerrado por siempre

― ¡Aaah! ¡aah! Mgh Ryu, termina, termina dentro - pidió

― Lo haré mil veces Jinko

Siguieron haciendo hasta que el mafioso se cansó. Quito el instrumento de tortura de Atsushi y lo cargo ― Ry-Ryu no puedo moverme

― Y eso te hace más adorable

― Ryunosuke...

― ¿si?

― Si muero un día por sexo

― ¿si?

― No dejes que nadie se enteré, di que encontraste la forma de matarme

― Pero si te mato por sexo, entonces si la abre hallado

― Cállate y dame un baño

― Eres tan tierno...

El azabache se llevaba al albino al baño, Atsushi lo miro, abrazo su cuello y se acurruco en su pecho ― ¿Qué pasa?

― Solo pensaba... que enamorarnos fue lo mejor que me ha pasado...

― Jinko

― ¿si?

― Eres tan lindo

― Ya deja de decirme así – se quejó – te amo Ryu

― Y yo a ti pequeño tigre, ¿quieres hacer algo en la cama?

― Si

― ¿Qué?

― Dormir a tu lado por siempre

― ¡¿Qué voy a hacer con este tigre tan lindo?!

Atsushi reía de felicidad, Akutagawa preparaba la tina. Eso los hacia simplemente felices. 




...

¿Que creen que pase con la parejita? 

¿La biblioteca podrá arreglarlo?

¡Gracias por leer!

Couple RollWhere stories live. Discover now