39

36.7K 5.7K 4.2K
                                    

Namjoon no esperaba que las cosas resultaran tan catastróficas. Había esperado que Seokjin se mantuviera tranquilo pero en cambio el hombre había entrado en pánico y había arruinado muchas cosas. Yoongi había huido y los padres de Jimin habían aparecido antes de poder asesinarlo, ahora el chico estaba bajo la jurisdicción de la policía de Seul.

Sus ojos leyeron el informe con atención mientras Hoseok acomodaba su escritorio con lentitud. Su rostro era deprimente.

—No puedo creer que Yoongi nos haya traicionado– seguía diciendo.

Namjoon desvió la mirada hacía él, los ojos de su compañero eran adornados por un par de círculos negros y profundos. Jamás había visto ojeras más pronunciadas. Claro que la supuesta traición de Yoongi había tomado a todo el departamento de crímenes especiales por sorpresa. Nadie había esperado que Min Yoongi tuviera un pasado tan turbio. Por supuesto Seokjin se había encargado de destapar los archivos "secretos" de Min para que no hubiera lugar a duda de lo que ese hombre era capaz de hacer.

Y claro que los verdaderos traicioneros habían sido otros. La información oficial que se le había dado a los medios de comunicación era que Min había sido cómplice y partícipe en la muerte de algunas cuantas docenas de inocentes. También se le había acusado de conspiración y ayudar a la fuga de peligrosos criminales. Seokjin se había tomado muy en serio lo de querer hundirlo. Ahora Yoongi era uno de los más buscados en todo Corea del sur.

Todos se había creído la farsa, excepto Suran, a esa mujer no se le engañaba con facilidad. Quizás Seokjin buscara deshacerse de ella en un futuro cercano también.

Namjoon se puso en pie y caminó hacía la oficina privada de Seokjin con el archivo de autopsia que les había llegado apenas esa mañana. El jefe estaba de pie frente a la ventana, los ojos del mayor giraron para encontrarlo.

—Según el ADN los cuerpos que se encontraron en el auto que estaba accidentado a un lado de la autopista corresponden a Kim Taehyung y Jeon Jungkook. Los de vialidad afirman que fue un accidente, ellos iban demasiado rápido, derraparon y volcaron. Dicen que estaban intentando huir. El vehículo hizo explosión casi de inmediato– explicó Namjoon.

Seokjin escuchó en completo silencio, su mirada ausente y perdida en un punto fijo.

—¿Entonces está hecho? ¿Así de simple? ¿Están muertos? ¿Murieron de una forma tan... Patética?–.

Namjoon se encogió de hombros.

—Hicieron la prueba tres veces para asegurarse. Ellos sabían que no iban a durar mucho tiempo sin ser atrapados. Quizás consideraron una mejor idea el morir juntos que ir a prisión o ser asesinados por alguien más–.

—Crees que fue suicidio– dijo Seokjin, aquello era una afirmación pero Namjoon asintió de todos modos.

Tenía sentido, de verdad que lo tenía pero entonces... ¿Por qué sentía que no era real? Tal vez sólo le parecía demasiado estúpido que esa "historia" terminara tan rápido y abruptamente como había iniciado. Seokjin se arrepentía un poco de haber intentado usar a ese par de dementes para asesinar a Yoongi. Ahora esos dos no estaban pero había dejado con vida a quien probablemente fuera un enemigo mucho más letal que Taehyung y Jungkook juntos.

—Nuestro negocio ilegal sigue a salvo, relájate por ahora– Namjoon sonrió con malicia mostrando su par de hoyuelos y regresó a su escritorio, observando el asiento vacío en el que solía ver a Yoongi casi siempre cayendo de sueño. Sus ojos pasaron a su propio escritorio en donde encontró una pequeña caja de cartón que antes no había estado, un paquete.

—¿Y esto?– quiso saber, dirigiéndose a Hoseok.

—Un repartidor lo dejo para ti– contestó Hoseok —me voy a casa, hasta mañana–.

Sweet Killer::KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora