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—¡Escucha esto, Kookie!– exclamó Taehyung, alzando el periódico local de esa mañana —"bebé recién nacida es encontrada a las afueras de un hospital pediátrico. Los médicos aseguran que tenía tan sólo horas de haber nacido. La pequeña parece ser prematura, tenía una crisis de hipotermía y dificultad para respirar pero a pesar de eso logró sobrevivir y ahora se encuentra resguardada teniendo las atenciones correspondientes. Autoridades buscan a la madre irresponsable"–.

Jungkook esbozó una sonrisa mientras picaba un poco de carne para el estofado que haría ese día. Taehyung rió en alto.

—¡Somos algo así como heróes!– presumió —si no hubiera sido por nosotros, esa niña habría muerto–.

—Si no hubiera sido por nosotros, esa niña habría permanecido en el vientre de su madre hasta los nueve meses y habría nacido sin dificultad– corrigió Jungkook.

Taehyung se tiró sobre el sofá de la sala aún con el periódico en las manos y un gesto de disconformidad.

—Pero habría sido una puta igual que ella, en conclusión, la salvamos– dijo, decidido.

Jungkook optó dejarlo por la paz. Sabía que discutir con Taehyung jamás llevaba a nada bueno.

Aún no podía creer que estuviera tan tranquilo después de haber participado en un acto tan irresponsable como aquel. Usualmente él no era así, jamás habría secuestrado a una mujer embarazada para empezar. Taehyung lo volvía alguien descuidado y estúpido pero extrañamente, le gustaba.

—Kookie– lo llamó el rubio desde la sala —¿te gustan las mujeres?–.

—No– el pelinegro esbozó un gesto de asco —las mujeres me desagradan– explicó.

—¿Por qué?–.

Jungkook se tensó. Recuerdos de su pasado cayeron sobre su memoria trayendo sentimientos que creía olvidados.

«Mamá sabe lo que es mejor para tí, Jungkookie... Dejáme tocarte aquí, bebé»

El cuchillo que sostenía en la mano resbaló haciendo que el filo cortara un poco de la piel de su pulgar pero ni aún con el ligero dolor logró reaccionar. El rostro familiar de aquella mujer se instaló en sus pensamientos, la voz continuó resonando incansablemente.

«Has sentir bien a mamá, Jungkookie. Eres el hombre de ésta casa, es tu deber tener feliz a mamá»

Jungkook sintió que algo desagradable y ardiente subía desde su estómago y antes de darse cuenta se encontraba vomitando, apenas siendo capaz de detener el asqueroso líquido en su boca antes de inclinarse sobre el fregadero de la cocina y vaciarse ahí en medio de arcadas.

Taehyung caminó hasta la cocina con mirada curiosa.

—¿Te dan tanto asco como para vomitar?– se burló el rubio.

Jungkook estaba pálido y respiraba agitado sintiendo el sabor agrio de sus jugos gástricos en la lengua. Giró hacía Taehyung, sosteniendo la mirada seria y escalofriante del otro, relajándose casi al instante al notar que los ojos de ese chico no mentían, no llevaban pensamientos ocultos. Taehyung lo veía con mirada fría como el hielo, una mirada demente que no escondía nada en ese momento, una mirada honesta. Se relajó. Jungkook prefería mil veces más aquella mirada desquiciada que una amable y adorable que escondía cosas sucias detrás. Lo amable y adorable siempre escondía algo, siempre.

—¿Sigue con eso?– Namjoon se sentó detrás de su escritorio frente al de Hoseok haciendo rechinar su silla ante el peso

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—¿Sigue con eso?– Namjoon se sentó detrás de su escritorio frente al de Hoseok haciendo rechinar su silla ante el peso.

El centro de crímenes especiales se encontraba ajetreado en ese momento. Los siete escuadrones que conformaban aquella unidad estaban hasta el tope con casos de homicidios recientes. Los de crímenes especiales se especializaban en homicidios, sobre todo aquellos que tuvieran que ver con personas importantes. Políticos, artistas, magnates, deportistas y grandes empresarios, en general, todo aquel cuya muerte representara un escándalo público.

En raras, muy raras ocasiones, el CE tomaba cargo de casos que tuvieran que ver con asesinos en serie a no ser que una de las víctimas fuera alguien importante. De no ser así, entonces simplemente se lo dejaban a la unidad de homicidios. Sin embargo, el jefe de unidad, Kim Seokjin le había encomendado un caso tan... Particular a Min Yoongi y su equipo lo cual era raro.

Usualmente Yoongi era uno de los pocos capitánes de escuadron de los que nadie quería depender porque para empezar, tenía reputación de sádico. Yoongi era más bien un agente problemático. Siempre al límite de lo que era correcto, no le importaba ensuciarse las manos, retaba a los altos mandos y lo más importante, su experiencia de campo como uno de los pocos sobrevivientes del EDAAT era la peor referencia de él.

Y a pesar de todo, Seokjin le había dado ese caso.

—¿Por qué...?– se preguntaba en voz muy baja, analizando por décima vez ese día todos y cada uno de los expedientes.

Seokjin era un tipo listo, Yoongi sabía eso mejor que nadie, no por nada Kim Seokjin había sido miembro de la unidad de inteligencia en tácticas superiores de la Interpool durante años. El cretino sabía como mover sus cartas y tampoco era un secreto que Yoongi era su mejor jugada. Si Seokjin lo había elegido era por una razón; había algo oscuro oculto detrás de aquel caso en especial y estaba casi seguro que tenía que ver con alguna de las víctimas.

Sus ojos llevaban días aprendiendo cada facción de las personas en las fotografías. Leía sus nombres, sus edades e intentaba reconocer a alguno de ellos, pero nada.

—¿Deberíamos decirle que luce espeluznante con esa mirada tan seria?– exclamó Hoseok con gesto preocupado.

—¿Cuánto tiempo piensa seguir así?– Namjoon tecleó en su computadora un par de veces antes de que un correo electrónico le apareciera en la pantalla. —Es un mensaje del forense– dijo.

Hoseok se acomodó frunciendo el ceño, Yoongi reaccionó al escuchar aquello.

—Dice que le acaban de llegar los restos de Park Hyungsik, el chico decapitado de Seúl, empezará a analizarlo ahora y...– Namjoon hizo una pausa mientras leía. —Dice que el pedazo de encía que encontraron tenía rastros de saliva pertenecientes a otra persona no identificada. Él piensa que alguien mordió el trozo–.

—¡¿Entonces sí es un caníbal?!– exclamó Hoseok con asombro.

—Aquí dice que la encía estaba demasiado ruñida por roedores por lo que tardó más de lo debido en darse cuenta de que había una marca de mordida humana, sin contar con que la carne estaba descompuesta–.

Namjoon giró hacía Yoongi quien de nuevo observaba los documentos archivados de los otros casos.

—¿Y qué si Seúl no ha sido la única ciudad donde han asesinado antes?– habló, más para si mismo que para los demás. —Muy bien, quiero que investiguen sobre todas las desapariciones de los últimos diez años en todas las ciudades de Corea del sur–.

—¡¿Hablas en serio?!– Hoseok se llevó una mano al pecho tan sólo de imaginar todo el trabajo que sería hacer todo eso.

—Revisen todas las desapariciones– corroboró Yoongi —presiento que encontraremos más–.

Hola! Les traemos éste pequeño maratón para agradecerles por el buen recibimiento que ha tenido esta historia! En verdad muchísimas

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Hola! Les traemos éste pequeño maratón para agradecerles por el buen recibimiento que ha tenido esta historia! En verdad muchísimas.

Sé que el capitulo anterior fue un poco más violento pero no se preocupen, cada vez que vaya a ocurrir algo así pondré la advertencia para aquellas personas más sensibles.

Gracias por leernos! :3

Sweet Killer::KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora