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En el lugar no había nada más que polvo, un poco de humedad y el aroma caracteriztico de aquellos lugares que permanecen tanto tiempo cerrados. Namjoon caminó por el pasillo observando los detalles. Hoseok se separó de él para analizar la cocina.

—Parece que fue remodelada– dijo, su voz haciendo eco.

En realidad no había mucho que ver en la casa vacía que Jeon Jungkook había dejado atrás. Quedaban algunas cosas tiradas sobre el suelo pero en su mayoría eran sólo basura. Recibos de compra de comida chatarra, lápices olvidados, pelusa...

Subieron al segundo piso y fue lo mismo.

—El baño también fue remodelado– apuntó Hoseok tras inspeccionar.

—No estoy seguro de lo que Yoongi quería que encontraramos– Namjoon se cruzó de brazos en medio del corredor.

—La casa de Park Jimin se alcanza a ver desde una de las habitaciones– Hoseok hizo una mueca —¿te imaginas estar siendo asechado desde lejos por tu vecino y no notarlo?–.

—Me da un puto escalofrío de sólo imaginarlo– asintió Namjoon —creo que Jeon es bastante cuidadoso con lo que hace, obviamente no va a dejar pistas fáciles de detectar a menos de que así lo quiera–.

Ambos descendieron de regreso a la planta baja.

—Quizás tengamos más suerte en la casa de Kim– suspiró el moreno, ajustando el saco de su traje de tres piezas.

—Noté que muchas de las cerraduras fueron cambiadas recientemente–.

—Bueno, muchos cambian sus cerraduras cuando se mudan–.

—¿También la del baño?– Hoseok arqueó una ceja —creo que si los asesinatos se hubieran llevado a cabo aquí, habría sangre– dijo aquello mientras sacaba una luz ultravioleta del bolsillo.

—¿Y eso?– sonrió Namjoon —¿ahora eres de los CSI?–.

Hoseok se encogió de hombros, sacando unos lentes de su bolsillo y dándole los otros a Namjoon. No había luces en la casa salvo por la poca luz matutina que se filtraba por las ventanas pero por suerte el día estaba nublado. Hoseok encendió la lámparita y apuntó alrededor, sintiendo que algo oscuro, amargo y pesado caía sobre él. Namjoon contuvo el aliento.

Todo estaba salpicado en sangre, sangre que había sido limpiada pero que había dejado una marca que ahora brillaba bajo la luz ultravioleta como un tumor en resonancía magnética.

Paredes, suelo, incluso había salpicaduras en el techo. Hoseok apuntó hacía abajo la lámpara y observó un camino que iba desde la puerta hasta el pasillo, como si hubiesen arrastrado a alguien que sangraba. Siguió el camino con la mirada y le sorprendió ver que se perdía en donde la pared debajo de la escalera empezaba.

—El tapiz es nuevo– murmuró Namjoon, apuntando al papel que adornaba la pared.

Hoseok apagó la luz y se quitó los anteojos. Namjoon golpeó con el puño cerrado alrededor de la pared, escuchando el hueco que dejaba. Había algo ahí.

Se apresuró a sacar una pequeña navaja que llevaba en el bolsillo y rasgó el tapiz. Detrás la pared estaba cubierta por una gruesa capa de yeso blanco que también parecía reciente. Fue en busca de algo que pudiera usar para tumbar la pared y lo hizo rápidamente hasta que una puerta de metal reforzada apareció al otro lado.

—¿La casa tenía sotáno?– preguntó Hoseok, sorprendido.

—No, los planos no dicen que lo tuviera– Namjoon intentó abrir la puerta pero no funcionó.

Sweet Killer::KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora