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Seokjin observó los escombros de lo que quedaba del edificio abandonado en donde había dejado a Kim Taehyung. Las unidades de control buscaban algún herido pero al parecer no había nada que indicara que alguna persona había estado ahí por lo que era evidente que el pelirrojo había huido.

El día de Seokjin no podría ir peor. Ahora no tenía a Taehyung, Yoongi no estaba muerto y Jungkook seguía libre. A ese paso todo lo que intentaba mantener oculto saldría a la luz y no sería nada bueno. Se llevaría a grandes políticos y personalidades importantes entre los pies, por ello Yoongi debía desaparecer y la fastidiosa parejita Jeon/Kim junto con él.

Seokjin no era un policía amable, había hecho cosas muy, muy malas. Deshacerse del departamento de crímen informático había sido una de las más suaves. La verdad era que debía mantener su trabajo a como diera lugar, no sólo porque lo merecía, sino porque si lo perdía seguro Yoongi ocuparía su puesto y descubriría la red de tráfico de pornografía infantil y prostitución que muchos de los altos rangos de la policía del estado mantenían gracias a él.

Conseguir niños maltratados por familias de bajos recursos, mujeres que sufrían en manos de esposos golpeadores y algunas cuantas chicas con delitos menores era fácil. Seokjin llevaba años brindando víctimas que los altos rangos usaban para su propia diversión. Hacia papeles falsos de esos niños, jovénes y mujeres y los "desaparecía". En realidad los ofrecía a políticos pederastas, tenientes pervertidos y otros tipos con fetiches raros.

El problema había sido cuando el caso de Jeon y Kim llegó a la comisaría ya que entre todos los desaparecidos que supuestamente se les adjudicaban a ellos también iban jovénes que Seokjin había vendido a gente importante como juguetes sexuales. Yoongi empezó a investigar y pronto descubrió irregularidades en algunos documentos, los documentos falsos que Seokjin usaba.

No podía darse el lujo de dejar que lo descubrieran. Si eliminaba a Jeon y Kim entonces ellos no hablarían y todas las desapareciones segurían siendo un misterio, no habría investigación y los documentos volverían al archivero. Y de paso eliminaría al único sujeto que podría quitarle el empleo.

Pero todo se había ido a la mierda cuando Park Jimin apareció y ahora que Taehyung había escapado era aún peor.

—Malditos par de pasivos entrometidos...– murmuró y sacó su teléfono celular, ahora necesitaba refuersos lo cual era patético para alguien como él pero no podía seguir negándolo, estaba a punto de caer.

—¡¿Qué hace el puto SWAT aquí?!– fue lo primero dijo Jungkook cuando aparcó el auto que acababa de robar cerca del edificio hecho escombros.

Yoongi se inclinó al frente para observar las camionetas color negro que rodeaban el perímetro. Sería imposible pasar por ahí.

—Son federales– corrigió.

—Él debe estar cerca– exclamó Jimin mientras fabricaba granadas caseras en el asiento trasero del auto —Taehyung debe estar esperando por ese tipo–.

—¿Dónde?– Yoongi giró hacia Jungkook, si había alguien que conocía al pelirrojo demente ese era Jeon.

El pelinegro observaba al frente, mordiendo su labio inferior con fuerza, parecía que el dolor de su brazo regresaba nuevo. La situación no era favorable, Yoongi se quedaba sin opciones pero al parecer Jimin ya tenía todo bajo control.

—Sostenga ésto– pidió el menor, colocando una de las granadas en su mano. —Escuchen con atención. Colocaré la bomba con la que pensaba volar la comisaría aquí en el auto con el cronómetro en quince minutos. Usted se pondrán ésto– sacó un chaleco forrado de explosivos como el que él había usado antes y se lo dio a Yoongi.

Sweet Killer::KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora