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Yoongi no esperaba encontrar a Jungkook y aún así trepó a una patrulla y dirigió a un grupo de casi dos docenas de agentes en dirección a la casa de Jeon. El tipo ya llevaba casi una hora de ventaja, evidentemente no estaría ahí cuando llegaran. No sabía cual había sido el plan de aquellos dos. Taehyung no se hubiera entregado si no tuvieran algún plan ¿o sí?

Su celular sonó en su bolsillo y respondió justo cuando estaban a menos de cinco minutos de la casa.

—¿Qué pasa?–.

—Los forenses de Seúl determinaron que el cuerpo pertenece a una mujer efectivamente, tiene al menos tres meses muerta– explicó Namjoon al otro lado de la línea.

Yoongi soltó un sonido de asentimiento, escuchó el roce de hojas de papel al otro lado y Namjoon volvió a hablar.

—Hoseok encontró todo un cementerio en el patio trasero–.

—¿Cuántos?–.

—Hasta ahora han encontrado cuatro tanques–.

—¿Tanques?– repitió.

—Los cuerpos estan dentro de tanques de aceite industrial llenos de alguna especie de ácido, no tienen rastro de piel pero algunos huesos grandes se conservaron, al menos un poco, otros se deshicieron. Los forenses creen que hay más de un cuerpo en cada tanque–.

Yoongi volvió asentir mientras alzaba la mirada y vislumbraba la casa de Jeon al frente.

—Debo colgar, llámame si descubren algo más– dijo y colgó, sacando su arma para comprobar que estaba cargada.

El oficial que conducía la patrulla en la que iba de pasajero giró y se detuvo chirriando los neumáticos del vehículo frente a la casa. Yoongi bajó del auto mientras el resto de patrullas se estacionaban y todo mundo bajaba rápidamente, listos para someter al sospechoso. Con movimientos de mano Yoongi indicó a un grupo de ellos que rodearan la casa por la parte trasera para cortar toda posible vía de escape. Otro grupo lo siguió hacía la entrada principal y las ventanas expuestas.

—¡Jeon Jungkook, policía, abrá la puerta y salga con las manos en alto!– gritó uno de los oficiales.

Yoongi aguardó hasta que el oficial hizo una advertencia más y luego asintió para que echaran abajo la puerta.

Los oficiales pasaron en medio de movimientos rápidos y medidos con armas en mano. Yoongi los siguió encontrando la casa fríamente serena y justo como la recordaba de unas horas atrás cuando había estado ahí para advertirles.

—¡Despejado!– gritaban los oficiales en todas partes de la casa, abriendo y cerrando puerta tras puerta para luego gritar que todo estaba libre de nuevo.

Ni rastros de Jeon.

A Yoongi no le sorprendió. Se detuvo y analizó el lugar, notando que sí había algo diferente. Las fotografías que había visto de la pareja ya no estaban sobre la mesita de la sala. Un extraño olor llamó su atención por encima del aroma a desinfectantes, algo más potente. No tenía muy buen olfato pero aquel olor calaba por encima de lo demás.

Caminó a la cocina mientras el resto de oficiales seguía buscando alrededor. Se detuvo y retrocedió cuando el desagradable olor a químicos le caló en los ojos. Observó algunas cosas esparcidas descuidadamente en el suelo de la cocina. Destapacaños, ácido muriático, un polvo desconocido, plástico quemado...

—¡Salgan de la casa!– gritó —¡ahora!–.

Los oficiales más cercanos se movilizaron mientras gritaban a sus compañeros, Yoongi tiró al frente a algunos agentes y salió brincando los peldaños de la entrada justo cuando la casa a su espalda explotó. La colisión hizo que su cuerpo saliera disparado por el aire, una ráfaga caliente cortó el viento natural y las llamas se alzaron al cielo como lenguas serpenteantes.

Sweet Killer::KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora