Bloody Valentine

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Había un total de cuatro cuerpos cuya sangre había sido drenada por completo. Permanecían colgados como reses congeladas de cabeza sobre la tina de baño moviéndose ligeramente de un lado a otro con un corte profundo en la garganta y los rostros distorcionados en muecas de horror, ojos vacíos y piel ligeramente verdosa. Sujetos de los tobillos con un par de ganchos metálicos que los atravezaban de un extremo al otro

—Son los últimos– mencionó Taehyung.

Jungkook jaló de los cuatro cuerpos, destrozando el hueso y la piel de un tirón y con gran hábilidad, los alzó por encima de su cabeza y los arrojó sobre la pila de cadáveres que permanecía en la esquina más lejana del cuarto de baño.

—Tan fuerte y sexy– sonrió Taehyung —ya vuelvo– y salió corriendo con una sonrisa en sus labios.

Jungkook observó la docena de personas muertas en su baño y empezó a creer que necesitaba dejarse engatusar por Taehyung. El mayor simplemente lo hacia ir con la corriente y terminaba matando como idiota. ¿Dónde había quedado el asesino metódico y calculador que se esforzaba por no ser descubierto? A estas alturas ya ni siquiera le importaba tener a la policía pisando sus talones. Con Taehyung a su lado se sentía estúpidamente inalcanzable.

Esperó obedientemente a que el pelirrojo regresara y mientras tanto suspiró haciendo una mueca al horrible olor a sangre y analizó la tina de baño llena de aquel líquido rojizo oscuro.

Por el momento había logrado hacer que Taehyung no insistiera con lo de contarle sobre su pasado pero sabía que terminaría insistiendo tarde o temprano. El mayor era bastante insistente cuando quería y él no podría evitar el tema toda la vida. Por ahora lo había logrado distraer con aquel capricho de vacíar la sangre de esas personas en la tina.

Escuchó los pasos apresurados que se acercaban al baño y alzó la mirada, sorprendiéndose y casi atragantándose con su propia saliva al observar a Taehyung. El pelirrojo estaba de pie en el marco de la puerta luciendo hermoso enfundado en un conjunto de ropa interior de encaje, medias altas, un lindo collar en su cuello y un par de coletas atadas con pedazos de piel humana.

—¿Me veo bien?– preguntó entusiasmado.

—Perfecto– asintió Jungkook y alzó los brazos para que se acercara.

Taehyung sonrió y llegó hasta él dándo vueltas mientras el camisón de encaje transparentoso revoloteaba en el aire. Jungkook podía ver fácilmente los pezones erectos bajo la fina tela, el miembro ya semi erecto apretujado bajo aquella delgada prenda femenina. El mayor sonrió ampliamente, gotitas de sangre cayendo desde los pedazos de piel que usaba a modo de ligas para mantener su revoltoso cabello a raya.

—¿Quieres ser mi San Valentín?– preguntó Taehyung con ojitos ilusionados.

—Soy yo quien debería estar preguntando– sonrió Jungkook y se inclinó al frente para besarlo.

Los brazos de Taehyung se envolvieron rápidamente alrededor de su cuello, buscando más contacto. Las manos del pelinegro delinearon la cintura del mayor y descendieron hasta la curva entre su espalda y el inicio de su respingado trasero. Taehyung abrió los labios, succionando la lengua de Jungkook mientras sus manos inquietas bajaban para encontrarse con las del menor. Con brusquedad, obligó a Jungkook a hundir las manos bajo la escasa ropa y amasar sus glúteos.

—Toca más, Kookie– pidió en medio de un gemido cuando se separó para hacer un camino de besos por la línea de la mandíbula del otro.

—Si insistes– Jungkook sonrió dejando que Taehyung se abriera camino hasta su cuello con lamidas sonoras y mordidas juguetonas mientras él por su parte, separaba los suaves glúteos y rozaba con la punta de su dedo sobre la apretada entrada.

Sweet Killer::KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora