Capítulo 62

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Emma se despertó al día siguiente con una sensación de ahogo que duró hasta que abrió los ojos. Respiró hondo varias veces hasta que la máquina a su lado que marcaba su ritmo cardíaco se desaceleró. Miró a su alrededor; no había sido un sueño, estaba en el hospital. Pero eso significaba que el resto tampoco lo había sido; habían derrotado a Jafar y todos estaban bien y a salvo de nuevo, al menos hasta la siguiente crisis. Dejó escapar el aire y cerró los ojos un momento, permitiéndose relajarse.

Killian también reaccionó al sonido de las máquinas a su lado, notando el cambio. Levantó la cabeza de inmediato de la cama donde la había dejado descansar. Al ver que Emma estaba despierta y parecía estar bien, el nudo en su estómago desapareció. Emma sonrió al verlo y Killian le devolvió la sonrisa.

-Buenos días, amor. ¿Cómo te sientes?

-Bien, mejor-añadió. No sabía si eso era del todo cierto pero quería salir de allí y quería volver a sentirse bien de nuevo, así que pensaba que imaginarse estándolo ayudaría.

-¿Sientes dolor?-insistió Killian, conociéndola lo suficientemente bien como para no creerla.

-Un poco-admitió Emma-, pero nada comparado con cómo se sentía la maldición.

Killian aceptó aquello sabiendo que era una muy buena señal.

Emma dejó reposar la cabeza en la almohada y Killian volvió a sentarse en su sitio. Emma lo observó mientras él la miraba con una media sonrisa. Sus ojos se veían ligeramente hinchados y cansados y supo que no habría dormido mucho los últimos días. La arruga en su frente parecía haberse hecho permanente y Emma pasó los dedos por ella. Killian sonrió y besó sus dedos, la única parte que no tenía vendada.

-Tú también te ves cansado.

Killian se mantuvo en silencio unos segundos.

-Solo estaba muerto de miedo.

Emma apretó su mano en la de él, conocía esa sensación.

-Estoy bien ahora-dijo en un susurro-lo estamos.

Killian levantó la mirada hacia ella y asintió.

-Tengo hambre-dijo Emma de repente tras un rato de cómodo silencio.

Una gran sonrisa se formó en el rostro de Killian y no pudo contener una carcajada llena de alivio.

-No sabes lo que me alegra oírte decir eso-dijo besando su mano de nuevo.


La mañana pasó rápida, sobre todo para Emma. Claire apareció en la habitación poco después y se la llevó a hacerle varias pruebas para asegurarse de que realmente estaba bien y era seguro retirarle algunos aparatos, como el respirador o el control de su ritmo cardíaco. Incluso Emma les dijo que podía quitarse algunas mantas de encima. Entonces Emma pudo comer.

Todas las señales eran positivas y Emma cada vez se sentía mejor, más recuperada. Aún así, tanto Claire como sus padres y Killian prefirieron mantenerla vigilada en el hospital unos días más para asegurarse de que todo iba bien con ella, haciéndole pruebas cada día y controlándola al máximo. Emma aún estaba demasiado cansada como para quejarse por toda aquella atención. De esa forma, solo dos días más tarde dejaron que por fin se levantara de la cama y saliera del hospital. Emma esperaba no tener que volver en una larga temporada.


Los primeros días fueron los más importantes, así lo dijo Claire, por lo que a Emma no le sorprendió la atención de Killian y de sus padres, incluso de su hermano, el cual se vio claramente aliviado cuando le llamaron diciendo que Emma estaba despierta. Solo Malek vio cómo se secaba un par de lágrimas.

Érase Una Vez... a contrarrelojWhere stories live. Discover now