Capítulo 34

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Una hora más tarde estaban todos en la línea de la ciudad. Llevaban lo mínimo para el viaje; Killian había reunido en su bolsa algo de comida, agua y armas; Emma llevaba en su bolso más de lo mismo junto con la girosfera y la brújula encantada. Llevaba también una espada corta atada a la cintura y un par de dagas más. El resto iban prácticamente igual de preparados, más unos cuantos paraguas que sostenían sobre sus cabezas para protegerse de la lluvia.

Habían acordado con Azul que ella y sus hadas se encargarían de la ciudad mientras ellos estaban fuera, no podrían contactar con ellos una vez se fueran pero ella les aseguró que lo tenían todo controlado. 

-¿Listos?-preguntó Regina dejando a su espalda Storybrooke. La línea de la ciudad estaba delante de ella y el cartel que daba la bienvenida a la ciudad a su izquierda. 

Todos asintieron. 

-¿Qué pasa si cuando regresemos la maldición sigue sin dejarnos entrar?-preguntó Emma. 

-Creo que solo hay dos opciones al respecto-respondió Regina-: o esperamos a que la lluvia la disuelva o podríamos volver a antes de que se produjera.

-Pero entonces coincidiríamos con nosotros mismos-replicó David. 

-No si nos mantenemos ocultos hasta que hagamos lo mismo que ahora y nos vayamos. 

Los demás pusieron cara de considerarlo. 

-Lo veremos cuando volvamos. 

-Tenemos como mínimo ocho días para reunirnos todos aquí mismo-recordó Regina.

-¿Y si alguno de nosotros no regresa?-preguntó Blanca. -No podremos saber dónde están o lo que ha pasado. 

Regina apretó los dientes y todos se miraron entre ellos. 

-Es un riesgo que tenemos que asumir. Todos estuvimos de acuerdo. 

Era cierto, todos ellos sabían que iban a asumir grandes riesgos en aquel viaje, pero era la única manera.

-Siento que tengáis que correr este riesgo-dijo Elsa-, no era mi intención. Entendería que decidierais no hacerlo. 

-No-respondió rápido Emma.

-Lo haremos.

Se hizo un momento de silencio en el que nadie se negó.

-Bien-dijo Regina-, pues Emma cuando quieras.

-Sí-añadió su hermana-, démonos prisa, quiero salir de esta lluvia cuanto antes.

Emma respiró hondo y sacó la girosfera de su bolso. La sostuvo en su mano unos segundos, concentrándose. Entonces la luz dorada surgió del centro, como había hecho el día anterior, y comenzó a aumentar. Emma se dio cuenta de que cada vez le era más sencillo.

Cuando sintió que era el momento giró la esfera interior, los aros se movieron con ella y la lanzó al frente. El Portal se abrió con un sonido rasgado, como si alguien hubiese roto un papel, y apareció brillante frente a ellos. 

-¿Siete días atrás?-preguntó Emma.

-Siete días atrás-confirmó Regina y todos comenzaron a cruza.

Emma fue la última en hacerlo y, cuando llegó al otro lado, fue como si nada hubiera cambiado. Excepto porque el Portal se cerró a su espalda, dejando caer la girosfera a sus pies. La recogió y se dio cuenta de que no estaba lloviendo, aunque quedaba poco para eso.

-Mirad-señaló Robin el cielo.

Unas grandes nubes oscuras se estaban formando sobre Storybrooke, como un remolino, una gran tormenta. Emma las observó impresionada. “Esa soy yo”. 

Érase Una Vez... a contrarrelojWhere stories live. Discover now