EPISODIO 2, ESCENA 16: En la que se suceden los encuentros bajo tierra.

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—¡Ick, señor Killpatrick! No veo que nadie mantenga estos túneles.

El aura que rodea la figurilla se crispa y mi dial vibra traduciendo su voluntad en palabras que se articulan en mi cabeza.

—«Si no le gustan, no haberlos profanado».

—Era solo una observación, este lugar es algo rezzy. Le agradezco que haya entrado en razón y me esté guiando por este laberinto.

—«No me ha dejado mucha alternativa. Usted me ha arrancado, literalmente, el alma».

—No puedo negar eso, pero tal como le he explicado, la realidad depende de ello. Y siendo usted un hombre de fe, supongo que preferirá que sea nuestro bando el que gane —comento en susurros mientras dirijo la linterna hacia el siguiente desvío—. Ahora mismo mis compañeros están cuidando muy bien de su cuerpo y tengo intención de liberar su alma lo antes posible.

—«Con respecto a eso, también me dijo que cualquier mortal que supiera de esta contienda sería abocado a la oscuridad. Un término bastante inconcreto, si me permite».

—Así es, pero usted no es un mortal ahora mismo. Es un espíritu. Digamos que mi poder crea una laguna legal.

—«Mi familia lleva generaciones vigilando estos túneles, no solo por mera tradición o por si volvieran a ser necesitados por la población, sino también porque pueden ser usados para todo tipo de fechorías y de allanamientos» —dice—. «En ese sentido guardarlos es importante para nosotros. ¿Por qué son importantes para usted, señor Deleny?».

—Verá, señor Killpatrick —digo tanteando la pared curva y húmeda que tengo a mi vera—. En algún lugar de estos túneles se encuentra una señal de paso. Un residuo emocional capaz de crear un nodo, un orificio en la realidad provocado por la llegada de algo tan intenso que repercute en los cimientos del multiverso. A ese algo le llaman relé, y debe ser asegurado, señor Killpatrick porque, si no, el Silencio lo reclamará.

—«No creo entender todo lo que me cuenta. ¿Qué es el Silencio, exactamente?»

—Se comporta como una infección, pero es algo más. Es aquello a lo que se le ha arrebatado la voz. Yo he visto el alma de personas alcanzadas por el Silencio. —Alumbro la bifurcación que ha aparecido frente a mí—. ¿Izquierda o derecha, Lester?

—«Para ir a dónde le comenté, derecha».

Asiento y tomo el ramal de la derecha.

—«¿Y qué vio?».

—¿Cómo dice?

—«En el alma de esas personas infectadas por el Silencio».

—Vi voluntad de tener una voz, de ser oído —susurro.

—«Percibo duda en usted».

—¿Es eso cierto?

—«Lo es. Su alma ha tocado la mía, así que se ha creado un vínculo entre nosotros».

—Así que lo percibe, señor Killpatrick. Supe que era usted un hombre especial en cuanto le vi.

—«Es duda lo que siente. También tristeza».

Howah! Ver a un interferido es triste, sin duda.

—«Humm...».

—¿Qué ocurre? —tropiezo con una tubería desencajada. Por poco resbalo.

—«¡Cuidado!, hay musgo en algunos de los pasillos».

—Sí, ya lo he comprobado. Gracias —respondo.

Realidad modulada (Libros 1 y 2)Where stories live. Discover now