EPISODIO 5, ESCENA 14: En la que todos siguen un rastro.

31 3 46
                                    



Hinco mis garras en su espalda y sé que le duele. Puede que yo no sea ese espécimen perfecto vinculado al Brote y al Retoño que ella pretendía ser tras dejarme seca, pero mi conexión con la Măceș me permite ver esa línea genética colateral de la que Dochia forma parte y puedo percibirla, así como puedo percibir otros pequeños "picores" llamados strigoii que están vinculados a ella. Por eso sé que ese desgarro le ha dolido y también el que le hice con mis dientes en sus pantorrillas.

No es la única que está malherida. Mi cola sufre cada vez que trepo o salto. Me cogió con la guarda baja intentando transmitir el mensaje. El Gran Brote sintió a Kaala cerca de su núcleo y me conminó a avisarle, pero, al hacerlo, perdí la noción de mi entorno inmediato por unos segundos. En ese momento, la muy bestia, fue capaz de agarrar mi cola con las manos y provocarme un esguince. Su fuerza es descomunal. A pesar de que la triplico en tamaño, es una rival peligrosa.

Recorro lo más rápido que puedo las paredes del inmenso almacén cual lagartija, rodeándola y buscando un punto débil. Ella me observa desde uno de los contenedores sin quitarme el ojo de encima.

—No prolonguéis esto, Astrid, dejad que me alimente de vos —me dice—. ¿No entendéis que es por el bien de las gentes de este mundo? Además, sabiendo que podéis habitar este otro cuerpo, ¿qué tenéis que perder? Yo cuidaría bien de vos y os inyectaríamos el suero hasta que los efectos fueran permanentes. Podríais ser mi mano derecha. Tendríais libertad absoluta y seríais un emisario de Bran frente a los balauri. No tenemos por qué ser enemigas.

Le dirijo un gruñido extrañado.

—¿Os preguntáis por qué ibais a querer vivir en la piel de una bestia? —responde ella a la pregunta no enunciada—. Muy fácil, porque viviríais libre y salvaje. Seríais un dragón. Sé que os gustan los dragones, ¿verdad? Recordad que ya he probado una pizca de vos, tengo algunos indicios de cómo sois. Siempre os habéis visto como una bestia enjaulada, un bicho raro intentando entender a los demás y deseando que ellos os entiendan a vos. Aquí, su merced viviría conectada al Brote, a mí y a los otros, todos seríamos una gran familia.

Reconozco cierta verdad en lo que dice y me doy cuenta que no me engaña cuando afirma que ha visto una parte de mí porque hay un fragmento de mi persona que asiente al escuchar esas palabras. Recuerdo lo que me decía mi vieja abuela: «¡Qué rara eres!, ¿es que no sabes comportarte como un ser humano corriente?». Quizás es porque nunca lo fui, no del todo. ¿Acaso soy un monstruo? Bueno, no parece que esta piel que habito ahora me resulte muy incómoda. Sí, Dochia Dracul podría haberme vendido la moto, sin embargo, su error fue mencionar a la familia.

Empujo un pensamiento a través de la línea de latencia morfológica (así bautizada por Luana). Percibo sus caminos de manera débil, sobre todo los del linaje infectado. Transmitir ese mensaje a través de esos canales cerrados es como un búfalo intentando pasar por el tracto intestinal de una boa. Aun así, lo consigo, y sé que Dochia ha recibido el mensaje alto y claro: «Yo ya tengo una familia». Tengo un padre estirado que ha resurgido de sus cenizas y me ha demostrado que lo daría todo por mí y una madre pija que jamás me dio por perdida. También una nueva familia de malebolgios que parecen sacados de un libro de fantasía gótica y son alucinantes. Y están mis amigos (porque ahora tengo amigos), que son tan o más raros que yo. A una familia no la controlas como Dochia pretende hacer y no les dices en qué tienen que creer. La necesidad de control y el amor no se llevan bien.

¡Mira eso!, siempre creí que no se me daba bien interpretar emociones, pero el caso es que no entendía cómo la gente podía hablar de ellas de manera tan simplista, pues cada emoción es un universo. Los pensamientos causan emociones y las emociones influyen en los pensamientos. Cerebro y corazón son compañeros y esas dos partes de mí: humana y malebolgia, son irrenunciables. Por lo que también lo es mi vida y mi propio cuerpo.

Realidad modulada (Libros 1 y 2)Where stories live. Discover now