EPISODIO 1, ESCENA 10: En la que Astrid casi atrapa un Hallifer.

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—¿Me escuchas, Astrid?

—Sí, mamá.

Hay un Hallifer cerca. Me pregunto si podría atraparlo yendo al servicio.

—Astrid. Sabes que me encanta que comamos juntas, aunque he de admitir que, en esta ocasión, se debe a que quería hablar contigo.

No sé si me quedan suficientes JumeBoxes para cazar a uno. Siempre he querido evolucionar un Hallifer.

—Me he encontrado con Mónica, vuestra hermana mayor, y me ha dicho que ha habido un incidente. —Carraspea—. Bueno, un incidente íntimo.

Pero evoluciona en un nivel muy alto, quizás debería invertir mis puntos de experiencia en otro jumeji de evolución más temprana, por lo menos para conquistar ese gimnasio de la universidad.

—Lo entiendo, Astrid. Eres joven y a esas edades experimentamos. Tenemos esas pulsiones. Si algo quiero que aprendas en la sororidad es...

Quizás deba usar un Bloboton para debilitar al Hallifer primero y luego...

Escucho un golpe en la mesa. Levanto la mirada del móvil. Mi madre está colorada. El café se ha volcado y una camarera acude rauda a limpiarlo. Mi madre ni se inmuta, solo me mira con esos ojos. Ojos de boss final, ojos de archinémesis, ojos de villana de anime.

—¡Astrid Mishima!, ¡se acabaron las tonterías! ¡Mírame cuando te hablo!

Bloqueo el móvil, pongo las manos sobre la mesa y miro tranquilamente a mi madre.

—Te miro.

—¡No pienso dejar que sigas manchando el nombre de nuestra familia ni en la sororidad ni en la universidad! ¡Piensa en el legado familiar! —Baja el tono, consciente ahora del espectáculo que está dando—. Hija, si quieres ser una mujer respetada e influyente, debes empezar a comportarte como tal. Además, esas cosas no son propias de una chica de bien.

—¿Qué cosas? —digo despreocupada mientras mojo las galletas de chocolate en el té y me las como de un bocado—. ¿De qué hablas?

—¡Sabes de qué hablo! ¡Tu madre siempre se entera de todo, no lo dudes!

—No, en serio... —Pongo cara de tonta—. No sé a qué te refieres.

—No, no me harás decirlo.

—Bueno, si no quieres contármelo...

Da otro golpe en la mesa con la palma de la mano. Cojo la taza de té para que no se vuelque también.

—¡Deja de jugar conmigo! —gañita.

Quisiera, pero es tan divertido... La mujer más respetada, poderosa e influyente de la ciudad (bueno, después de esos hípsters de High Hill), perdiendo los estribos.

Ella no es una nueva rica "comesoja", ella tiene pedigrí y su marido también. Alta "suciedad". Todos mean gaseosa cuando ella está cerca, lamen el suelo que pisa y les sudan los sobacos cuando ella enarca una ceja. Pero yo, yo tengo el privilegio de hacerle perder los estribos, de robarle algo de esa autoridad, de ese poder que tan bien esgrime y usarlo contra ella. Privilegios de hija. Además, siempre sé cuándo he llegado al límite de su paciencia, son muchos años conociéndola.

—Escúchame. —Se coloca la chaquetilla que complementa su traje de cóctel de corte imperio—. Quiero que te centres en sacar ese máster. Ya sabes que apoyo que te dediques a una carrera en el área de las nuevas tecnologías, como tu padre. Yo hubiera preferido algo más sólido como, no sé..., derecho. Pero dios sabe que esto es el futuro, aunque sea en el ámbito del entretenimiento, y la sororidad te va ayudar mucho en el camino. Ahora es el momento de establecer contactos, cariño, y de forjar alianzas.

Realidad modulada (Libros 1 y 2)Where stories live. Discover now