—¡Colin! —escuché su voz desde el otro lado—. ¡Sácame de aquí, por favor! ¡No puedo respirar! —Y la escuché toser.

—Apártate de la puerta—. Me puse a tirar y a empujar la puerta con fuerza, pero no cedía—. ¡Vamos, vamos! ¿Tori? —pregunté, pero no recibí respuesta—. ¡Tori! ¡Di algo! ¡Joder!

Di dos pasos hacia atrás y le di una patada a la puerta. El marco de la puerta se tambaleó y le di otra aún más fuerte. La puerta se cayó al suelo provocando un ruido ensordecedor.

—¡Tori!— La vi tirada en el suelo y la cogí en brazos—. Vamos, Tori. Despierta. —La moví un poco, pero no reaccionaba.

Empecé a toser así que salí de allí y bajé hasta la planta baja. La tumbé en el suelo y le di unas palmaditas en la cara.

—¡Tori! ¡Vamos, Tori! —Puse mi mano delante de su nariz y noté que no respiraba—. ¡No me hagas esto! —Presioné su pecho y luego le hice el boca a boca—. ¡Despierta, por favor! ¡No te vayas, Victoria! —Volví a hacer lo mismo, pero no reaccionaba—. Por favor... —Acaricié su mejilla y volví a intentar reanimarla—. No me dejes así...

De repente, su pecho se hinchó y empezó a toser con fuerza. Suspiré aliviado y la rodeé con mis brazos.

—¿Colin? —La separé de mí y vi que tenía los ojos abiertos—. Pensé que... —La besé en los labios antes de que terminara la frase—. Pensé que te habrías ido —dijo retomando su frase.

—¿Cómo iba a dejarte ahí dentro, preciosa? Si todavía no me has dicho si vas a salir conmigo. —Le sonreí y acaricié su rostro—. No vuelvas a hacerme esto, Brooks. —Asintió con la cabeza y me abrazó.

—Colin, tengo un problema... —La miré y vi que sus mejillas estaban rojas—. Estoy en sujetador.

Me separé un poco de ella y vi que no llevaba la camiseta puesta.

—Si querías conquistarme, lo has conseguido. —Me reí y me levanté del suelo para quitarme la camiseta—. Póntela. —La cogió y se la puso—. Vamos a salir de aquí. —Pasé mis brazos por sus piernas y su cadera y la levanté del suelo—. ¿Estás bien?

—Ahora sí. —Pasó sus manos por mi cuello y se pegó a mi cuerpo.

Salí con Tori en brazos y dos médicos se acercaron a nosotros con rapidez. Uno de ellos cogió a Tori en brazos y el otro me llevó hasta su ambulancia para que me revisaran también a mí.

—¡Tori! —Liz se separó de Mike y vino corriendo hacia nosotros—. Pensé que te perdía. —Liz la abrazó y se puso a llorar.

—No me vuelvas a hacer esto —me dijo West y me abrazó—. Yo tampoco te puedo perder.

—Vamos...

—Lo digo en serio, Colin.

—Lo siento, West. —Le devolví el abrazo y me separé de él—. La próxima vez lo pensaré dos veces.

—¡Colin! —Liz se tiró a mis brazos y me empezó a dar besos—. Gracias, gracias, gracias.

—Cualquiera habría hecho lo mismo.

—Pero has entrado tú.

—Gracias, Maverick —me habló Alex con la voz entrecortada—. Te debo una de las grandes—. Mike asintió a su lado y me dio una palmada en la espalda.

—Eres un campeón. —Me felicitó sonriente.

—No es necesario. —Me levanté y les sonreí—. Voy a estirar un poco las piernas y a coger un poco de aire —dije y me alejé de ellos.

Necesitaba alejarme de toda la multitud y respirar. Había entrado en un edificio en llamas sin pensarlo y eso había conseguido que asumiera algo que había intentado evitar desde hace semanas: me gustaba Victoria Brooks.

—¡Colin! —Me giré al escuchar mi nombre y vi a Tori corriendo hacia mí.

—¿Qué...? —Saltó sobre mí, rodeó sus piernas en mi cintura y me besó.

Debo decir que me quedé paralizado hasta que reaccioné. Coloqué mis manos en su cintura y le devolví el beso.

Era increíble. Esa era la palabra. Cualquiera diría que sus labios habían sido creados para unirse a los míos y deseaba que este momento no se terminara nunca... pero necesitábamos recuperar el aire.

Me sonrió y yo le sonreí.

—Así es cómo se da un beso, Maverick.

—¿Puedes repetirlo? Es que hay una cosa que no me ha quedado clara. —Se acercó a mí y me dio un beso rápido—. Bueno, podemos practicar todo lo que quieras.

—Estás loco —dijo riéndose—. ¿Me lo quieres preguntar otra vez?

—¿El qué?

—La última pregunta que me hiciste ayer.

—Está bien. —Le aparté un mechón de la cara y le sonreí—. ¿Quieres salir conmigo?

—Sí, Colin Maverick. —Colocó sus manos en mis mejillas y me volvió a besar.

NARRA ALEX

Unos segundos antes...

—¿Dónde está? —preguntó Tori tirando la toalla a un lado y saliendo de la ambulancia.

—Señorita, espere. —Intentó detenerla un médico, pero le ignoró.

—¿Colin? ¿Dónde está? —volvió a preguntar mirando a todos lados.

—¿Qué ocurre, Tori? — le pregunté.

—¿Dónde está Colin? Tengo que hablar con él porque ayer no contesté a su pregunta. —La miré extrañado—. Tengo que decirle que sí saldré con él. —Le vio a lo lejos y esbozó la sonrisa más bonita que no veía en sus labios desde hacía mucho tiempo.

—¿Estás segura de esto, Tori? —pregunté un poco preocupado.

—Yo...

—Piénsalo bien, por favor. —Agarré su brazo con suavidad y la miré directamente a los ojos—. Por favor.

—No puedo alejarme de él, Alex —contestó sin dudarlo—. Lo he intentado, pero no puedo. —Volvió a mirarle y volvió a sonreír—. Me gusta mucho.

—Está bien. —Solté lentamente su brazo y la sonrisa de su rostro se hizo aún más grande—. Adelante.

Salió corriendo y se lanzó sobre él para besarle.

—West —le llamé y se acercó a mí—. Dime que no le hará daño.

—No le hará daño porque, aunque no lo quiera reconocer, se ha enamorado de ella.

—Pero él dijo que le rompería el corazón.

—Alex, acaba de entrar en un edificio en llamas. Dudo que haya una prueba más sólida que esa para demostrártelo.

—Eso espero...

—Vamos, Alex. —Mike apareció a mi lado y pasó su brazo por mi cuello—. Esos dos se quieren.

Les volví a mirar y vi cómo se miraban el uno al otro.

—Se quieren... —repetí en un susurro.

¿Cómo iba a competir yo contra eso?

Y entonces llegó MaverickWhere stories live. Discover now