Mi primer todo 》Sasusaku

❂Mi primer mala noticia❂

Bueno, tarde o temprano el color rosa pasaría a ser gris. Sabía que crecer sería horrible, ¿por qué no puedo ser algún tipo de Peter Pan que nunca crece junto a su Wendy? Aunque, ahora que lo pienso Wendy si crece y abandona a Peter. Rayos, que horrible e injusta es la vida.

Creo que antes de continuar lamentándome y haciendo corajes debo explicar lo que sucede.

Básicamente después de mi "escenita" de celos todo fue más normal, era obvio que al ver a Sai con la cara pintada el resto entendería con quién no deben meterse. Era bueno, y lo mejor de todo es que a Sakura le resultaba, y cito, "extremadamente tierno" cuando estaba celoso, aunque según mi hermano si no me controlaba los celos se volverían tóxicos, y eso no era para nada bueno.

Quién sabe.

En fin, las cosas fueron así por tres meses más. Si me preguntan qué tanto peleábamos, la respuesta es nunca; nuestra comunicación es excelente, somos un gran equipo en todas las áreas, amistad, novios, compañeros, todo. Somos los mejores, no había secretos entre nosotros, o eso pensaba. 

Tonto.

Un par de semanas antes del peor día de mi vida había notado un cambio repentino en la actitud de Sakura; llegaba tarde a la escuela, su cabello ya no era acompañado por una cinta que la hacía lucir adorable. No participaba en clase, no comía nada en los recesos más que un jugo y apenas y lográbamos hacerla sonreír. Yo le pregunté en varias, muchas ocasiones lo que le pasaba, si todo estaba en orden o si necesitaba algo, lo que fuera, hablar, gritar o yo que sé; su respuesta siempre era la misma: "estoy bien, no te preocupes". Por un momento supuse que decía la verdad, en clase de Biología nos habían explicado los cambios hormonales por los que pasan las chicas más o menos a esta edad. "Seguramente es eso", pensé.

Así las cosas hasta que llegó el peor día de mi vida. Estábamos saliendo del colegio, Naruto me mostraba su colección de grillos atrapados en la misma escuela y yo solo me mantenía alerta por si se le ocurría la chistosada de echármelos encima. Sakura llegó con nosotros, me dijo que sus papás no podrían ir a recogerla.

—¿Puedes acompañarme a mi casa, Sasuke? —me preguntó cabizbaja. Asentí.

—Sabes que si. Vamos.

Tomé nuestras mochilas y, tras despedirnos de Naruto, nos pusimos en marcha.

El camino, a diferencia de muchas otras ocasiones, fue en completo silencio. Cuando pasamos al lado de algunos puestos de dulces o helados le ofrecía comprar dos para el calor, pero se negaba todas las veces.  

Ella no era así.

Al momento de llegar a su casa, me pidió su mochila y nos quedamos de pie uno frente al otro sin decir nada, hasta que rompí el silencio.

—Dime qué tienes, por favor.

Ella suspiró, fue un avance que ya no lo negara.

—Tengo algo importante que decirte.

Si esto fuera una película donde nosotros fuéramos un poco mayores, me espantaría de que dijera eso porque seguramente estaría embarazada.

Gracias al cielo que somos niños bien.

—Ok. Dime.

Ella sujetó sus manos y me miraba con temor, o eso parecía.

—Es que... a mi papá lo van a cambiar de trabajo. —mordió su labio— Ahora él será el jefe.

—¡Eso es bueno! Cuando lo vea lo felicitaré. —claro, siempre quedando bien con el suegro.

—Gracias. —murmuró— Pero hay un problema.

—¿Cuál es?

—El trabajo es en Estados Unidos. —me dijo.

—Oh. Pero le costará mucho dinero si va y viene cada fin de semana. —comenté.

En ese momento se cubrió el rostro y comenzó a llorar: —Es que nos vamos a mudar allá.

—¿Qué? —esa no me la esperaba— Y, ¿por cuánto tiempo?

—Tiene que estar allá por tres años al menos.

Y en ese momento fue en el que supe que sería el peor día de mi vida. Tres años sin ella, ¿era eso posible?

—¿Nosotros...?

—No sé. —lloró con más ganas y me abrazó— ¡Yo no me quiero ir!

Yo tampoco quería que se fuera, pero ¿qué debo hacer o decir?

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Ehhh, apuesto a que no se esperaban esto;) Los leo.