Mi primer todo 》Sasusaku

❂Mi primer enemigo❂

¿Saben qué es estúpido? Naruto Uzumaki, ¡él es estúpido! ¿Cómo puede llegar como si nada a sentarse en mi lugar junto a Sakura? ¿Acaso no sabe respetar los lugares de los demás? ¡Ah! pero eso no fue lo peor, lo peor fue que Sakura no le dijo nada, ¡nada! Solo se sentó a ver las tonterías que salían de su boca y se reía de ellas. Por eso tuve que sentarme en el lugar del tal Naruto junto a Rock Lee, otro raro que no paraba de decir lo suertudo que era el mono de cabello rubio por estar con "su florecita".

Llegó el recreo y yo salí a sentarme debajo de la misma resbaladilla de siempre. Abrí mis tupper y comí los oniguiri que mi mamá había preparado para mi, le había traído uno a Sakura pero por traidora no le tocará nada. Y ni siquiera parecía importarle, podía verla en los columpios jugando con Naruto mientras usaban unas orejas de gato.

Tontos.

¡Oh! Pero en un momento ella me atrapó mirándola y saludó con la mano en alto. La ignoré, claro.

—¡Sasuke, ahí estás! —gritó y corrió a mi dirección dando saltitos. Seguí comiendo mi oniguiri— No te había visto, ¿cómo estás?

No respondí.

—¿Estás enfermo? ¿te duele la garganta? —intentó acercar su mano a mi frente pero me aparté sin mirarla— Oh, perdón.

Permanecimos un momento en silencio. Ella me miraba mucho y jugaba con sus manos, pero yo no apartaba mi vista mi comida y del rubio que, para mi mala suerte, se acercaba a nosotros.

—¡Sakura! ¿Ya volvemos a jugar? —preguntó con su chillona voz.

—Espera Naruto. —me miró y sonrió— Sasuke, ¿quieres jugar?

Negué.

—Vamos, será divertido. ¡Somos gatitos! —gritó señalando sus orejas sobre su cabeza.

Negué nuevamente.

—No seas adogante, Sasuke. —se atrevió a decirme el niñato— Juega con nosotros.

Puse la peor cara que pude y resoplé: —Es "arrogante", no "adogante". —cuando lo imité fue con un tono de ignorante supremo— Baboso.

Este niño solo pudo mostrarme su lengua y me dio la espalda. Sakura solo miraba atenta y reía nerviosa.

—Naruto, ¿puedes ir a esperar allá? —señaló el lugar donde se encontraban anteriormente— Tengo que hablar con Sasuke un momento. —pidió amablemente y él aceptó y desapareció de mi vista.

Pasé a mi segundo oniguiri y bebí un poco de agua para pasar el bocado.

—¿Sasuke? -preguntó triste— ¿Por qué estás enojado?

No iba a responder, no tenía la obligación ni el deseo de hacerlo. Pero algo en mi hervía y necesitaba que ella lo supiera.

—Porque eres una traidora. —solté.

Ella abrió la boca y soltó un suspiró.

—¿Por qué?

—Porque me cambiaste por ese tonto rubio molesto. —escupí. Se me quitó el hambre.

—Pero... cuando yo llegué él estaba en tu lugar. Creí que no habías venido a la escuela. —explicó— Pero en cuanto te vi vine a saludarte y a invitarte a jugar con nosotros. Naruto es buena onda. —sonrió ligeramente.

—Tsk. Claro. —la miré de reojo— Anda, vete con tu mejor amigo.

Ella hizo un puchero.

—Pero estoy aquí contigo. —contestó con tanta dulzura que me sentí extrañamente feliz.

Intenté decir algo, pero si lo hacía probablemente se me escaparía una sonrisa y la perdonaría. Mejor no digo nada y sigo comiendo.

—Como digas. —susurré.

Ella se cruzó de brazos y suspiró resignada.

—Bueno, iré a jugar con Naruto, ¿si? Pero te dejaré estas rejitas de gato por si quieres venir a jugar con nosotros. Será divertido.

Sonrió una última vez y salió corriendo a perseguir a Naruto y rieron mucho.

Observé la escena unos momentos y recordé lo que dijo hace unos momentos; ¿con eso querría decir que yo soy su mejor amigo todavía?

Me sentí bien al pensar que eso era.

Miré las orejas y me las coloqué. Guardé mi tupper y el agua en mi mochila y caminé a ellos con mis manos dentro de los bolsillos de mi pantalón despreocupadamente. Sakura notó mi presencia y aplaudió satisfecha. Naruto también sonrió de lado.

—¡Viniste! —gritó desde la cima de la resbaladilla— ¡Vamos a jugar!

Asentí y me acerqué a Naruto.

—Creo que ahora jugaremos todos los días juntos. —me dijo animado.

Sonreí de lado.

—Eso creo. Pero ten por seguro que no dejaré que te lleves a mi mejor amiga. Así que... -—estiré mi mano para que la tomara— ¿Enemigos?

Naruto devolvió la sonrisa y el apretón de manos. 

—Enemigos.