❂Mi primer abrazo❂

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Si, suena tonto decir que mi primer abrazo fue con ella, o sea, ya me habían abrazado anteriormente miembros de mi familia, pero nadie más.

Como sea, fue en mi cumpleaños número siete, lo recuerdo como si hubiese sido hace tan solo dos horas. Todo se remonta a las cinco de la tarde de hoy, fue a la hora en la que mi fiesta empezó.

Invité a todo mi salón de clases solo porque mi mamá insistió y no pude negarme, si por mi hubiera sido los únicos invitados habrían sido el tonto de Naruto, que resultó ser un amigo muy bueno, y a Sakura, obviamente.

Yo estaba usando unos jeans de mezclilla, una de mis sudaderas favoritas color azul marino y tennis negros. Quería verme bien, era la primer fiesta mía a la que Sakura venía después de todo.

Ya todos habían llegado excepto ella. Todos estaban comiendo en la misma mesa que yo excepto ella. Todos ya me habían felicitado excepto ella. ¿Dónde rayos está? 

—Oye Sasuke. —me llamó Naruto— ¿Por qué no ha llegado Sakura?

No pude evitar poner los ojos en blanco.

—Si lo supiera no estaría tan enojado. —respondí mirando fijamente a la entrada. Por alguna razón creía que si veía con muchas fuerzas a la puerta ella llegaría como por arte de magia.

—Supongo que tienes razón. —llevó un pedazo de sushi a su boca— Tal vez no venga para nada.

Apreté con fuerza mis ojos deseando que eso no pasara, aunque sabía que era lo más probable.

—¡Sakura, llegaste! —celebró el rubio chocando sus palillos entre si llamando la atención de todos los presentes.

Con lentitud alcé esperanzado la mirada y ahí la ví, de pie mientras mi mamá se acercaba y la abrazaba. Llevaba en sus manos un regalo envuelto en papel brillante color azul y un listón blanco. Ella vestía un vestido rojo con una cinta del mismo color adornando su cabello.

—¡Sasuke! —gritó emocionada al verme y corrió hacia mi— ¡Feliz cumpleaños! —estiró sus brazos e intentó inclinarse para abrazarme. La detuve.

—Llegas tarde.

—Etto... si, lo siento. Olvidé que tenía cita con el dentista y mi mamá me obligó a ir. —se excusó— Pero ya llegué.

Volvió a hacer el intento de abrazarme, nuevamente me negué.

—No tienes perdón ni de Dios. —dije guardando mis manos en mis bolsillos de los jeans.

Sakura hizo un tierno puchero.

—Pero no fue mi culpa. —argumentó— ¡Ya sé! Abre tu regalo y así tal vez me puedas perdonar.

Estiró el empaque y lo tomé, pero en lugar de abrirlo como ella dijo preferí llevarlo a la mesa de regalos junto con los demás.

—No me importa.

—¡No te enojes! —expresó cruzándose de brazos— ¿Por qué eres así?

—Porque eres a la única persona que de verdad quería que viniera, y llegaste tarde.

Ella volvió al puchero.

—Yo también quería llegar temprano a la fiesta de mi mejor amigo.

Nos quedamos en silencio. Al fondo del patio pude ver como Ino jalaba del cabello a Shikamaru para quitarlo de la resbaladilla. Me reí internamente.

—Puedes ir a comer. Mi mamá te puede servir. —opté por romper el silencio aún molesto.

—¿No puedo comer contigo?

—Ya comí.

—Entonces, ¿qué harás ahorita?

—No sé. No estar cerca de ti.

Me di la vuelta y empecé a caminar. Fui grosero, lo sé, pero en verdad estaba enojado. Quise detenerme y acompañarla a comer para luego ir a los juegos, tal vez al brincolín o algo, pero mis pies se mandaban solos.

—¡Espera! —escuché que me gritó.

Cuando menos me di cuenta sus brazos ya estaban rodeando mi cintura y su cabeza apoyada con dificultad sobre mi hombro, a pesar de ser de la misma edad ella era más alta que yo por un par de centímetros.

Me paralicé. Estaba abrazándome. Solo a mi; no era un abrazo grupal ni familiar, era un abrazo de Sakura para Sasuke. Solo para mi.

No dije nada. Ni siquiera pude corresponder el abrazo. Me quedé inmóvil como tonto.

—Puedes estar enojado... —habló contra mi espalda— Pero no dejaré que te vayas sin haberme dejado darte tu abrazo de cumpleaños. —el agarre se volvió más fuerte— Feliz cumpleaños, Sasuke.

Y me soltó.

No sé por cuánto tiempo permanecí de pie sin moverme pero fue lo suficiente como para que mi hermano me preguntara dos veces si me andaba del baño o si me había picado una serpiente.

Todo el enojo que sentí por la tardanza de Sakura desapareció y fue reemplazado por alegría. Mis manos temblaban y mi cuerpo aún sentía la presencia de mi amiga.

Oh si, adivinen quién fue a comer con ella de nuevo. Sí, yo.

Mi primer todo 》SasusakuWhere stories live. Discover now