|| Eres el Correcto || Joel Pimentel y Tú || TERMINADA ||

•46

Narra ________ :

Me aferro más a Joel cuando he sentido una brisa helada chocar contra mi hombro, pero abro mis ojos cuando otra brisa golpea mi rostro. Mi vista tarda un momento en dejar de ser borrosa y me percato de que aún es de noche.

Busco con mi mirada mi celular ya que tiene que estar por algún lado, pero recuerdo que no lo traje, así que con cuidado levanto el brazo de Joel que se encuentra sobre mi cintura para ver la hora en el reloj que se encuentra en su muñeca.

-Han pasado tres horas -digo al notar que están por ser las 3 de la madrugada y Joel se remueve a mi costado.

-Hmm -dice medio adormilado -¿Qué sucede?.

-Es muy tarde, Joel, hay que irnos.

-No, quedemonos aquí -se aferra más a mí -Quédate conmigo.

Sonrío y dejo un beso sobre sus labios.

-Me gustaría quedarme, pero en serio Joel, es tarde. Tenemos que ir a la casa ya.

-¿Qué hora es?.

-Van a ser las tres de la madrugada.

Él se despierta de inmediato al escuchar la hora, dejando de abrazarme para frotar sus ojos.

-¿Cómo fue que el tiempo pasó tan rápido? Apenas recuerdo que me dormi hace poco.

-Me gustaría saberlo pero ahora tenemos que irnos. Necesito mi vestido.

Ambos comenzamos a vestirnos y cuando yo estoy lista, me quito el heno que ha quedado incrustado en mi cabello.

-Tendrás que hacer mucho con ese cabello -me dice Joel mientras abrocha los botones de su camisa.

-Tú también estas lleno de heno.

Suelto una risita y él sacude su cabello, logrando limpiarlo más deprisa que yo. En realidad me gustaría tener el cabello corto para ahorrarme esta perdida de tiempo.

-¿Sabes? -murmuro llamando su atención -Creo que después de lo que acaba de pasar, no será tan fácil dejar esto.

-¿Acaso me ves con ganas de querer terminar con lo que tenemos? -cuestiona acercándose para tomar mi rostro entre sus manos -A mi gusta estar contigo, _______, me gustas bastante y todos los te quiero que te digo, son de verdad, porque en realidad te quiero.

-Tú también me gustas mucho y te quiero demasiado.

Él me da un beso en la frente y me abraza. Yo me aferro a él, como si en verdad me complementara al solo tenerlo entre mis brazos.

-No pienso comprometerme con Emmy -dice y yo me aparto tan solo un poco de él para mirarlo con sorpresa.

-¿Qué dices, Joel?. -pregunto con incredulidad.

-Qué no me voy a casar con Emmy, _______, no lo haré.

-Pero, ¿qué piensas hacer?, ¿acaso planeas enfrentarte a tu padre y luego con tu hermano?.

-Si, no sé cómo ni cuándo lo haré, pero quiero que sepas, que estoy dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de que podamos ser felices juntos.

Sin saber que responder a ello, simplemente suspiro y le doy un último beso.

-Tenemos que regresar antes de que se den cuenta de que no estamos. -le digo.

-Vamos.

Vuelve a besarme y seguidamente ambos salimos.

(...)

Todo lo que restó de noche me la pasé pensando una y otra vez en todo lo que sucedió la noche anterior, desde la cena hasta el momento en el que por pirmera vez estuvimos juntos y por supuesto, en lo que Joel me dijo después.

¿En verdad esta dispuesto a hacer eso con tal de que él y yo, seamos felices?, ¿será verdad que en algún momento se enfrentará a su padre y a Nicolás?.

Desprendo la mirada de las cortinas de la ventana de mi habitación cuando escucho golpes en la puerta y seguidamente Emmy se hace presente en la habitación.

-Hola, ______.

-Emmy, ¿cómo estas? -le pregunto poniéndome de pie -¿Ya estas mejor?.

-Si, un poco, solo que todavía me siento mal.

-Ven, busquemos algo con que distraernos -le digo caminando hacia la puerta.

-¿Cómo qué? -cuestiona siguiendo mis pasos hasta el lugar en donde el piano se encuentra.

-Te enseñaré a tocar piano, Emmy. Esto te va distraer en grande haciéndote olvidar de todo.

-No creo que pueda hacerlo -murmura al sentarse a mi lado.

-No digas eso. Mira, las notas son varias, do, re, mi, fa, sol, la, si y do.

-Hasta ahora en sencillo porque has tocado una sola tecla, pero no creo que pueda tocar una canción.

-Lo harás, Emmy.

Ella suspira mirando las teclas. Y como si fuera una niña, empieza a tocar las teclas con un solo dedo, sin darle alguna melodía o algo.

Tan solo por diversión.

-Hoy en la mañana escuché a Juan hablar por teléfono -menciona de repente.

-¿Y qué pasó? -le pregunto.

-Escuché que dijo que su empresa estaba mal. Quizá va a caer en banca rota o tan solo es un problema para nada grave.

-Ojala que el karma le caiga, tal vez así, podramos salir de aquí de una vez por todas.

-Extrañas a tu familia, ¿verdad?.

-A mi hermana pequeña, la quiero mucho y no sabes la falta que me hace.

-Yo tenía un hermanito, pero murió cuando tenía cinco años.

-No me gustaría ser entrometida, pero ¿que le pasó?.

-Él estaba a mi cuidado cuando salimos al parque con mi familia, fuimos a comprar un helado, pero su pelota se fue a parar al otro lado de la calle. Yo no me di cuenta porque estaba pagando los helados y lo único que escuché fue el claxon del auto que lo..., arrolló.

Su voz se corta y quita algunas lágrimas que se han escapado de sus ojos.

-Desde ese día, mi madre me empezó a odiar. Por eso preferí  venir acá ya que, allá solamente vivía tragandome el odio de mi madre. Claro que mi padre no estaba de acuerdo, pero yo quise. Aunque ahora que lo pienso, es la misma basura estar aquí o allá.

-Lo siento mucho -la abrazo sintiéndome una completa hipócrita con ella. Emmy no se lo merece y sé que no me cansaré de repetirmelo nunca.

-No te preocupes, después de todo lo malo de supera -dice al apartarse de mi esbozando una sonrisa -Aún no es tarde pero tengo hambre, ¿quieres ir a ver que podemos comer?.

Asiento y ambas salimos de aquella habitación para bajar las escaleras y entrar a la cocina. Buscando en las alacenas y en el refrigerador, decidimos hacer un par de sándwiches.

Compartir con Emmy en realidad es divertido. Ella es como otra amiga para mi y en realidad la considero así.

-Ayer no te pude decir feliz cumpleaños, espero que sepas perdonarme, _______ -menciona dejando de cortar el tomate.

Emmy fue la única a la que le dije mi fecha de cumpleaños. Luego de tanto tiempo aquí, quise decírselo cuando me lo preguntó.

-No importa, estabas mal así que lo entiendo. Además ya me lo acabas de decir ahora y eso me basta. -sonrío colocando algo de queso en mi sandwich.

-Eres una gran amiga.

-Tú también.

Ella sonríe y vuelve a cortar el tomate. Soy una buena amiga, para ella, pero yo se que no me merezco que me vea de ese modo.