|| Eres el Correcto || Joel Pimentel y Tú || TERMINADA ||

•3

Narra _________ :

La noche anterior no había tenido tiempo para analizar y observar toda la casa, la cual es el lugar donde viviré de ahora en adelante; ya que simplemente lo que hice al llegar, fue ir a la habitación, deshacerme del molesto vestido y luego recostarme en la cama para tratar de dormir.

Pero no pude hacerlo.

Toda la noche o lo que restaba de esta, me la pase despierta.

Dormía cinco minutos y los minutos restantes estaba al igual que un búho.

Estaba aterrada.

Y no porque desconfiaba de Nicolás, sino porque me aterraba el hecho de pensar lo que esta nueva vida me deparará en un futuro.

Un futuro que yo claramente no quería ni quiero.

Siento los pasos de Nicolás a mis espaldas y seguidamente escucho la puerta del baño ser abierta y cerrarse por las mismas.

Suspiro mirando la ventana que refleja un nuevo día, el cual para mi, sigue siendo el mismo.

A penas han pasado unas cuantas horas estando en esta casa, y ya siento las ganas de quedarme en la cama y no moverme hasta que los meses transcurran junto a los años, para poder divorciarme de Nicolás.

Pero eso, es algo que mi mente ve muy lejano.

Me levanto de la cama y me quedo sentada en el filo de esta para frotar mi rostro, respingando al mismo tiempo cuando escucho la puerta del baño ser abierta de nuevo.

-Despertaste. Buen día.

-Hola -murmuro poniéndome de pie.

-Ya es muy tarde, así que seguramente nuestro desayuno ya no existe.

-No tengo apetito.

-Como sea, saldré por unas horas. Fani estará en casa, así que no te quedarás sola.

-¿Te vas así nomas? No conozco la casa.

-___________, no puedo quedarme, estoy en medio de un asunto importante -explica colocando una corbata al rededor de su cuello -Necesito empezar a trabajar si quieres que mis padres y su esposa se sientan a gusto con esto.

-Pero, ni siquiera se quién es Fani.

-La sirvienta. Mi padre regresará a casa en cuatro horas, claro, sino tuvo pendientes que atender supongo que sigue aquí junto a Clara.

-Nico -digo siguiéndolo fuera de la habitación y ni siquiera comprendo por qué lo estoy haciendo.

Quizá es el miedo a quedarme sola cuando la única persona con la que he cruzado palabras, para nada amenas, esta por irse.

-¿Qué? -se voltea a mitad del pasillo, esperando mi respuesta que no logro formular en mis labios.

-No, nada.

-Entonces adiós.

Me regreso a la habitación cuando Nicolás ha bajado las escaleras,  en donde al cerrar la puerta puedo sentir la soledad rodearme por completo, y eso que apenas sólo he estado en la habitación.

Al alejarme de la puerta camino hasta el baño y resoplo al ver mi cabeza similar a un arbusto, así que decido tomar una ducha para seguido quitarme la pijama y bajar a conocer mi nuevo hogar.

-Señorita, buenos días -me dice una señora de aproximadamente unos cuarenta años, cuando entro a la cocina -¿Desea comer algo?.

Supongo que es Fani.